Comando Pop'Star

Mod Kablo · Publicado: 10 Mar 2015 8:38 pm **T�tulo del mensaje**: Roberto.

La inmundicia de los botes de basura se mezclaba con el olor a humedad de la tormenta que se propiciaba sobre la gran ciudad de Business City. Siendo la capital y �nica gran ciudad de todo el planeta Pop'Star, no era de extra�arse que fuese adem�s de extensa, amplia en su poblaci�n. Mientras que la mayor�a de avenidas que llevan al centro y el centro eran lugares infinitamente concurridos, no era as� con los alrededores, las afueras, aquella zona residencial donde iban a acabar los desechos de la ciudad. Ya sea la gente expulsada socialmente, los restos t�xicos de f�bricas, o la misma maldad que se busca alejar constantemente, iban a parar al punto estable m�s cercano. La zona residencial de baja calidad de la ciudad.

En el interminable laberinto de calles de tierra, casas prefabricadas y callejones de hogares sin rejar, una persecusi�n se halla en progreso. Una peque�a entidad vuela a toda velocidad, escapando de tres figuras en la oscuridad. Colisiona con diversos objetos, botes y buzones, pero no disminuye su carrera. Intenta con todas sus fuerzas llegar a la luz de una m�s civilizada sociedad, intenta salir de los barrios bajos para llegar a las zonas m�s pobladas y menos ca�ticas de las afueras, o incluso intentar llegar al centro una vez m�s. Las tres figuras se vuelven n�tidas ante las moment�neas luces de las calles. Son tres j�venes humanos, uno de ellos portando un cuchillo y los tres corriendo a toda la velocidad. Sin ning�n tipo de represi�n, sin ning�n tipo de pudor de llamar la atenci�n y mostrarse con un arma. Como si fuesen los reyes de la desolada calle nocturna.

Un golpe de luz de un auto ciega moment�neamente a la criatura que huye. A pesar de perder la visi�n, contin�a su huida por el camino que recuerda unos momentos antes. Podemos, gracias al auto que se detuvo antes de atropellarle, ver su cuerpo completo. Una esfera rosada, con alas y pies, y un bolso marr�n de cuero colgando de �l. Un bronto burt.

Los chicos no tienen problemas en pasar frente al auto, incluso uno le golpea el parachoques de una patada en su frenes� de vandalismo. Aceleran el paso, su presa se escapa a zonas m�s concurridas. Donde podr�a haber testigos, o peor, un opresor listo a dar pelea y la represi�n que les hace falta. No pueden permitirse eso una vez m�s.

El bronto dobla una esquina y, en un acto instintivo, entra dentro de un negocio abierto a esa hora, y se esconde detr�s de algo que no sabe bien qu� es, pero sabe que lo ocultar�. Cierra los ojos e intenta hacerse m�s peque�o a�n, deseando que todo pase, que no lo vean, que logre escabullirse...

Unos acelerados pasos se oyen doblar la esquina y, para su suerte, seguir de largo.

El bronto permaneci� as� unos segundos m�s. Ante la duda, por el susto y la abrumadora falta de aire que ahora notaba que le invad�a. Respir� agitadamente, con intenci�n de no hacer ruido, para abrir los ojos y levantar la mirada lentamente...

-Ya se fueron, pero si vuelves te escondo otra vez.- Le dijo una voz adulta. Era un Cookin, sus manos flotantes y su gorro de chef lo delataban. Estaba detr�s de un mostrador, al lado de uno de los clientes que se hallaba sentado en uno de los banquillos frente al mostrador. El cliente era alto, grueso, robusto y verde. Era un orco, y le miraba con indiferencia mientras sosten�a en su mano una jarra de alguna bebida, que para su altura era un vaso m�s.

-�D�nde estoy?- Pregunt�, sorprendido por el repentino contacto civilizado. Mir� para todas partes, hab�a unas pocas mesas, algunos cuadros, muchos utensilios de cocina, y �l estaba oculto detr�s de una caja de tel�fono. Estaba en un restaurante ligero, un negocio de fast food, un local de comida para llevar.
-Mi nombre es Rover Thenesee, y este es mi negocio: El Perro Porfiado.- El Cookin respondi� a su pregunta y se present�. Lo normal, lo que correspond�a, era que el bronto se presentara tambi�n.
-Yo soy... Brandon, Brandon Burt.- Se acerc� con miedo, revisando afuera y agudizando el o�do. No hab�a rastro de los asaltantes. Vol� hacia uno de los bancos, y se sent� en el m�s alejado al orco que pudiera.
-Bueno Brandon, estoy por cerrar. As� que te sugiero que vayas buscando otro lugar donde esconderte.-
-��Con esta lluvia!? No s� siquiera en qu� parte de Business City estoy...-
-Est�s apenas afuera del centro. Pero para tu suerte est�s en una avenida, los autos pasan a cada rato, no tienes por qu� tener miedo.-
-Pero mira si vuelven esos...-
-�Es por el bolso, no?
-S�, quer�an que se los diera.-
-No, ellos quer�an perseguirte, sacartelo, no se conforman con robar, ellos quieren la emoci�n de la persecusi�n, un golpe de adrenalina. Si se los dabas, seguro iban a matarte y punto.-
-�Hice bien en correr?-
-Nunca haces bien en correr.- Dijo el orco. Su voz era ronca, profunda, lo que esperar�as de un orco duro como �l parec�a ser. Vest�a ropas comunes, pero ten�a un gran escudo de bronce con un extra�o grabado de dibujos de dragones en su espalda. Bajo �ste ocultaba algo, pues se ve�an los mangos de alg�n tipo de arma, pero no se alcanzaba a ver cuales eran.
-�Qu� esperabas, que peleara?-
-Y si no, aprender a hacerlo, como todos deber�an.-
-No soy muy bueno en eso...-
-Pero eres peque�o, y r�pido. Deber�as aprender a evadir y atacar.-
-Bueno ya, d�jalo en paz Burgo. Ya estoy por cerrar, as� que te aconsejo a t� tambi�n te que vayas.- Acot� el Cookin, retirando la jarra vac�a del orco y comenzando a limpiarla con su trapo.
-��TE HE PEDIDO CONSEJO?!- Grit� el orco, dando un golpe a la mesa. El Cookin salt� hacia atr�s, sorprendido. Sin contar el bronto, que de un salto comenz� a volar otra vez, listo para volver a huir. -... Probablemente tengas raz�n, ya es tarde. Y tengo que preparar la cama para invitados. Vengo ma�ana, Roberto.- Repuso, sereno. Se levant� y se oyeron todos sus artilugios met�licos golpear entre ellos en su movimiento. Se alej� y tom� a Brandon de los pies, llev�ndoselo con �l. El pobre no dijo palabra, prefer�a un orco que le invitase a dormir a dormir con 3 j�venes armados... Despu�s de todo, si ten�a raz�n, era tan peque�o y �gil que podr�a escapar. Y ya estaba acostumbrado a tener compa�eros grandotes, emocionalmente inestables y de mal car�cter...

En cuanto a Rover, alias Roberto, aprendi� una de las lecciones m�s fuertes y m�s dif�ciles de cumplir en el negocio: No aconsejes a nadie que no te lo haya pedido.
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HP: 7660.
MP: 7660.
ATQ: 7660.
Caracter�sticas: Narraci�n NOTABLE Graduaci�n P�SIMA Aportes NORMAL Moderaci�n MALA Ideas EXCEPCIONAL Como hacerle "Favores" a Bomber EXCEPCIONAL Xat NOTABLE Trabajo P�SIMO Ganas NOTABLE.
Debilidades F�sicas: Rascadme la cabeza.
Arma u objeto: Una mu�eca inflable de Haruhi Suzumiya y una guitarra de juguete, de esas peque�as de colores.
Grupo de Rol: Ninf�manos An�nimos
Link a tu ficha: http://comandopopstar.foros.ws/user.php?u=117

Mod Kablo · Publicado: 23 Apr 2015 11:20 pm

La lluvia amenazaba caer en un h�medo y gris paraje. Las nubes dudaban y el sol esperaba paciente el momento de la decisi�n. Mientras tanto en el mundo la vida segu�a. Siempre cambiante, siempre adaptable y lista para soportar cualquier capricho natural que tuviese el clima. Los animales segu�an buscando sobrevivir, mientras los seres pensantes segu�an pregunt�ndose para qu� hacerlo. Y en la calle principal de Business City, cuando �sta dejaba de ser bonita, el portador de un gesto cansado organizaba las copas que hac�a unos d�as hab�a limpiado.

El reloj avanzaba lento pero seguro, y el sonido del silencio acompa�ado de una vivaz voz sin vida como lo es una estaci�n de radio de m�sica reflejaba todav�a m�s la soledad del Cookin. Le resultaba raro encontrarse solo. No necesitaba hablar, pero la compa��a silenciosa de alguien a veces es suficiente para que el alma se sienta en paz. Burgo no hab�a venido ese d�a. Siempre ven�a a beber desde el mediod�a hasta la noche. Dec�a trabajar de noche. "Debe ser un vampiro", pens� el cocinero, ya que parec�a no dormir jam�s. No sab�a de qu� trabajaba, pero un orco de oficina no lleva tantas armas, tales ojeras ni sabe jugar tan bien al solitario.

... Pens�ndolo bien, podr�a perfectamente ser un orco de oficina.

Las relaciones racionales son complicadas. Hay realidades, culturas, pasados y experiencias que chocan y nadie sabe si esos choques ser�n complementarios, fuertes, dolorosos o incluso placenteros. La relaci�n entre Rover y Burgo era rara, dos hombres que pasaban el d�a entero solos, en silencio. Uno bebiendo, otro sirviendo, para terminar la jornada con un par de esferas estelares y a veces un "adi�s." Tan ocasional como un "buen d�a." La �nica que hablaba era la radio, e incluso con sus chistes, optimistas comentarios y diversas canciones, apenas hab�a una expresi�n en la cara de ambos. Rover jam�s entendi� a su mejor cliente, ni tampoco estaba del todo satisfecho con su falta de humanidad, a pesar de ninguno de ellos ser humano. Pero era soportable, estaba... Bien. S�lo bien.

Una ligera neblina inundaba el aire. Esa noche har�a fr�o. El sol volv�a a casa, sin la esperanza de tocar esa tierra ese d�a. Pero porfiado saldr�a al siguiente, a esperar su turno cual paciente con n�mero. "Lo tengo merecido", pens� el cantinero. Su trabajo era bastante aburrido. Y el d�a de ayer hab�a pasado algo interesante, un peque�o Bronto se escondi� de unos delincuentes en su local, y luego se fue a la casa de Burgo a pasar la noche. Ese d�a Rover hab�a aprendido que Burgo s� ten�a una casa y s� dorm�a. Podr�a perfectamente ser un orco de oficina. Lo normal para que haya un balance c�smico y celestial del universo es que el d�a siguiente a tal experiencia sea a�n m�s aburrido de lo normal. Bah, para �l ten�a sentido, y eso bastaba.

Un energ�tico viol�n resonaba en una canci�n electr�nica. No sab�a de qui�n eran esas canciones y siempre olvidaba escuchar el nombre del artista al final, pero s� sab�a que le gustaba cuando pasaban esas canciones de viol�n moderno. Entretuvo el o�do mientras sacaba el polvo de las repisas con sus flotantes manos. Tan en lo suyo estaba, que no not� que pronto se o�an unos pasos y revoloteos dentro del establecimiento.

-Buen d�a.

La grave voz reson� en los rincones de la cabeza del Cookin. La sorpresa amplific� el sonido y le hizo dar un peque�o salto. Se di� la vuelta; y ah� estaban. Y el orco y el bronto.

-Buen d�a.- Respondi� indiferente. Estaba alegre de verle, aunque sea tan tarde, pero no iba a demostrarlo. Su relaci�n era... As�, simplemente.

-Buenas tardes...- Salud� el bronto, a�n t�mido y cobarde como el d�a de ayer. Se le hizo raro verlo, pens� que se habr�a ido ya, pero ah� estaba. No ten�a ninguna relaci�n con �l, as� que pudo saludarle normalmente.

-Buenas tardes, se�or... �Brendon, puede ser?- Dud� el nombre.

-Brandon, Brandon Burt.

-�Qu� les sirvo, ByB?- La charla anim� el cansado esp�ritu de Rover, y en seguida tom� confianza. No importaba que volviera a estar cerca de la hora de cierre, alcanzaba para algo r�pido e irse a dormir con la consciencia limpia.

-En realidad vengo a usar su tel�fono...- A�adi� por lo bajo el bronto, el orco solo asinti�.

Sorprendido, e incluso algo indignado, el Cookin asinti� tambi�n. No quer�an verle a �l, claro, ahora que Burgo encontr� a otro ser peque�o a qui�n molestar ya no necesitaba la compa��a de su fiel tabernero. Ahora a fregar, �No?

-Seguro, ah� lo tienes- Respondi� sin �nimo, en contraste a su emoci�n de hace unos instantes.

Burgo por su parte se sent� y se qued� en silencio. Mir� la hora, y luego mir� a Brandon, que sacaba una moneda de su bolsa y la llevaba al tel�fono. Se volvi� a Rover, y se�al� un tarro que ya era b�sicamente su tarro personal de la repisa.

-Un Criminal Suave por favor.

Era la primera vez que Burgo ped�a algo que no fuera Rey de los Suburbios. La primera bebida que pidi�, y la que tom� por inercia hasta el momento. A�n sorprendido, pero en menor medida, el Cookin sirvi� y permiti� que el orco bebiera. Por su parte, el Bronto ped�a rescate en voz baja. Su caracter�stica principal al momento. No se o�a lo que dec�a, pero s� se distingu�an palabras como "orco," "comida," y "camino."

Una sensaci�n de curiosidad inund� al servidor. �C�mo fue esa noche de hu�spedes? Ten�a varias dudas de su mejor cliente, y Brandon parec�a ser el tipo de bronto al que le hablas directo y suelta toda la verdad. Burgo por su parte segu�a bebiendo, con la mirada perdida, en su mundo una vez m�s. Era como tener a un monstruo dormido en las puertas de tu casa, y constantemente le dejas pasar o le alimentas. Esa relaci�n de distancia ya estaba cansando. Quiz� fuera el d�a, el hecho de que luego de un d�a solo y sin clientes ahora tenga esta oportunidad, pero Rover estaba exaltado. Necesitaba romper el hielo, por Dios, necesitaba hablar.

-�Y por qu� un Criminal Suave? Siempre tomas un Rey de los Suburbios- La pregunta obvia.

-Porque hoy quer�a un Criminal Suave.- La respuesta obvia.

-�Y por qu� hoy quer�as un Criminal Suave?

-Porque me apetece.

�Por qu� era siempre tan distante, tan fr�o y cruel con �l? Pasaban todo el d�a juntos, y no parec�a tratarle como amigo. S�lo... Como un extra�o.

Brandon colg� el tel�fono, y vol� r�pidamente al lado del orco.

-�Burgo, el doctor dijo que...!

-No me importa.- Respondi� arisco.

Algo hab�a sucedido, y nadie se lo estaba contando. No era por cotilla, si no mera preocupaci�n y exaltaci�n del momento que sent�a esa necesidad imperiosa de saber. Un an�lisis visual mostr� que Burgo ten�a parte del pecho vendado, m�s precisamente en la cintura. Cubierto por su saco de cuero.

-Eh, no quiero ser responsable si te pasa algo.- Se excus� Rover, tomando devuelta el tarro y atray�ndolo hacia �l.

-No eres responsable de nada.- Respondi� Burgo, sosteniendo con fuerza el tarro e impidiendo que le quitaran su bebida.

Hablar con �l era como hablar con una roca.

-Brandon, �Qu� ha pasado?

-Yo.. Lo cierto es que...

-No ha pasado nada.- Brandon fue callado firmemente.

�Por qu� hab�a que ocultarle cosas? �Acaso no ten�a derecho a saber? �O qu� secreto era tan grande que hab�a que ocult�rselo?

-Brandon, d�melo, te lo pido por favor.

Pero el Bronto no respondi�. Complacido, el orco continu� como si nada hubiera sucedido. Pero no as� Rover, que se hab�a puesto firme contra aqu�l que era menor que �l.

-�Brandon, dime qu� pasa, este es mi local y merezco saber!

-�No te interesa que pas�!- Rugi� Burgo, con su voz gruesa y su mirada asesina. Eso habr�a callado a cualquiera. Pero no a Rover, qui�n pasaba la mayor parte del d�a con �l y se hab�a acostumbrado a su aire y sus reacciones.

-�Quiero la verdad, no puedo darle alcohol a una persona herida u operada, es contra la ley!

-�Tus leyes no son las m�as!- Un golpazo en la mesa hizo estremecer las flotantes extremidades del anfitri�n. Pero �ste no se inmut�, los golpes en la mesa y los gritos eran normales con alguien de tan mal car�cter a tu lado.

-�Pues lo siento, si me dices que pasa, no hay servicio!- Ambos firmes. El peque�o cocinero del tama�o de una bota de orco, y un orco fornido y testarudo.

-Bien, pues vete a la mierda, Roberto.- Y con estruendosos pasos, el orco se levant� y se fue, dejando el tarro vac�o y sin pagar.

Y el silencio ruidoso se hizo una vez m�s. A�n m�s inc�modo para todos. Brandon se qued� inm�vil, mirando la escena, peque�o ante la situaci�n. Apenas el orco se fue, el aire de tensi�n se desvaneci� con la m�sica ochentera que inundaba el local.

El cookin no dej� de mirar a su mejor cliente hasta que lo perdi� de vista. Entonces recobr� movimiento, y volvi� a respirar. Mir� a Brandon; que estaba... Mir�ndolo con l�stima. Condescendiente, triste e incluso desilusionado. No supo explicar qu� vi� en su mirada, pero le doli�.

Sin palabras, se alej� revoloteando las alas. Sin mirar atr�s, perdi�ndose en la oscuridad que sin darse cuenta hab�a ahogado la luz del d�a. En unas horas habr�a que cerrar. Pero crey� que mejor ser�a cerrar temprano por hoy.

Hab�a perdido a su mejor cliente.

Esa noche Roberto no pudo dormir, pas� la noche sentado en su sof�, recordando la escena una y otra vez. Hasta caer dormido en la madrugada bajo una tenue luz amarillenta de poca calidad, con una cerveza en la mano y la compa��a de una muda televisi�n. Recordaba el rugido de Burgo y la mirada de miedo de Brandon... Que luego se hizo una mirada de decepci�n.

"Recuerda, Rover" se dec�a: No amenaces ni a un cobarde ni a un le�n herido.
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Debilidades F�sicas: Rascadme la cabeza.
Arma u objeto: Una mu�eca inflable de Haruhi Suzumiya y una guitarra de juguete, de esas peque�as de colores.
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