Comando Pop'Star

-Ahina-

"...¿Por qué...?"

Ahina posó su mano sobre el cristal. Su mirada se posó sobre el cuerpo inerte de su amado caballero: Aqualord. Sus ojos, vacíos de toda expresión, reflejaban una tristeza más profunda que el mismísimo océano.

¿Cuándo habían llegado a torcerse tanto las cosas? Todo había comenzado tan bien... Había encontrado a alguien con quien compartir la inmortalidad y el poder de una diosa, había encontrado a alguien con quien compartir su existencia. Alguien con quien reir y llorar, alguien en quien confiar, alguien en quien poder apoyarse. Ahina llevaba milenios encerrada en el cristal, sin poder comunicarse más que a través del cascarón que encerraba su cuerpo en un terrible Torbellino, más que a través de dictámenes simples a criaturas simples

Le disgustaban los Duendes del Mar, porque eran criaturas horrendas y feas. Pero por encima de todo, le disgustaban porque se parecían a ella. No en el aspecto físico, gracias al cielo, sino en el interior. En la psique más profunda. Los Duendes Marinos eran criaturas débiles, cobardes. Criaturas que necesitaban que alguien les protegiera, que les guiara y ordenara. Los Duendes Marinos eran criaturas, sobretodo, dependientes.

Ahina también lo era. En el fondo, en lo más profundo de su corazón, lo sabía. Destestaba estar sola. Temía, sobre todas las cosas, la soledad. Había pasado más de tres mil años en completo aislamiento, inmovilizada en un cristal, encerrada en una ciudad fantasma que antaño consideró un hogar.

Había perdido a sus dos 'amigos' a causa de la rebelión de las Tres Ciudades. Y ahora, La Sombra le había arrebatado también a su gentil caballero. Los cadáveres de los agresores yacían, congelados, alrededor del cristal en el que Ahina había encerrado a Aqualord. No estaba exactamente muerto, pero había sufrido heridas gravísimas y la magia de Ahina no era suficiente como para sanarle. Su caballero dormía... dormía en aquel sarcófago de cristal... en un sueño profundo del que quizá jamás despertase.

Ahina se desplomó, arrodillándose frente al cristal que guardaba a Aqualord. El cristal que ella misma había fabricado con su magia para protegerlo de la muerte. Se apoyó en él, agotada, y lágrimas de dolor brotaron una vez más a través de sus ojos.

"...¿Por qué...?" volvió a repetir, sollozando. ¿Por qué estaba condenada a sufrir? ¿Por qué todos sus seres queridos morían, desaparecían o peor aún, la traicionaban? Ella sólo... sólo quería alguien... con quien compartir la existencia. Alguien en quien confiar.... alguien a quien amar. Alguien que la amara.

¿Cuánto tiempo llevaba así? ¿Horas? ¿Días? ¿Semanas? El tiempo no importa cuando has pasado miles de años en soledad... el tiempo no pasa cuando se es inmortal...

El tiempo no importa cuando estás sola en el mundo.
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~//PV: 800 ATQ: 70 PM: 100//~
~Armas~: Tridente
~Debilidades~: La electricidad. La Magia de La Sombra. La Magia Estelar concentrada.
~Características~:
~Fuerza~: Normal ~Destreza~: Excepcional ~Agilidad~: Notable ~Constitución~: Mala ~Resistencia~: Normal ~Carisma~: Excepcional ~Sabiduría~: Notable ~Espíritu~: Sobrenatural ~Raciocinio~: Notable

"¿De verdad creíais que así ibais a destruirme?"

Lilith · Publicado: 25 Jan 2013 12:19 am

Aquel lugar, en lo alto, rozando los cielos... Era posiblemente el sitio menos esperado para que Ahina estuviese. Lejos de su territorio, desprotegida, en un entorno frío, duro, y... como ella bien dijo... Totalmente sola.
Con el milagro de la vida eterna dentro de si misma, pero cargada ademas, con la maldición de perder a todo aquel que se quedase con ella. ¿Quien podía culparla pues de sus actos? Tan solo... era un alma en pena.

Entonces... ¿Eso la volvía también una incomprendida? Ni mucho menos. Alguien la había estado observando todo aquel rato, alguien que... lloro, pero también rió al verla así de destrozada. Y como toda buena espectadora con clase... Debía dar su veredicto.

''Se te ve muy mal, Ahina... Demasiado mal...''

La voz fría y sombría de Angra se escucho justo a la espalda de Ahina, como un eco lejano, pero a la vez cercano, que estaba, aunque también, no parecía estar... Igual... que una autentica Diosa.
Sus pasos empezaron a oírse lentamente, amortiguados de forma ligera por la nieve, hasta que al final, se planto justo al lado de la Princesa del Mar, mirando ahí donde estaba encerrado Aqualord

''Que imagen mas triste tenemos delante... Realmente me dan ganas de llorar. Aunque supongo que tu... Ya has soltado demasiadas lagrimas por esos ojos'' Comento la mujer, sin dejar de mirar al cristal... No obstante, tal y como estaba, parecía estar mirando simplemente al infinito. ''Tanta tristeza junta... Tanto dolor... Tanto... Sufrimiento... ... Ah... Si... Realmente creo que puedo ayudarte.''

Angra entonces giro su cuerpo hacia Ahina, y sin darle tiempo a moverse, ella se agacho, quedando a su misma altura. ''Para de llorar... No derroches esas lagrimas tan preciadas en un sitio como este...'' Le dijo, posando su mano sobre el rostro de la chica, y con gesto suave, le limpio las lagrimas usando el dedo, en una caricia...
Era extraño que esa desconocida se hubiese plantado de golpe allí, y estuviese tratando a la mismísima Diosa del mar... de esa manera. ... Aunque... La mirada de Angra... era tan absorbente y cálida... Que cualquiera podría confiarse...

''Se lo que necesitas. Se lo que quieres. Y por supuesto... Puedo dártelo'' Continuo diciendo, levantándose. Su cuerpo estaba recubierto en un aura oscura, que en vez de parecer peligrosa... Resultaba bastante bonita, igual que un velo. ''Por eso he venido aquí, contigo. ... Llevo observándote bastante tiempo... Y creo que ya iba siendo hora de que me conocieses en persona...''

La extraña mujer extendió su mano hacia Ahina, ofreciéndosela, para que se levantara... Y con aquella mirada sombría, pero agradable... Sonrió.

''Me llamo Lilith. Y soy... Aquella que va a darte un nuevo futuro... Sin sufrimiento, sin dolor... Sin soledad.''

-Ahina- · Publicado: 26 Jan 2013 3:43 pm

La inesperada aparición de aquella extraña sobresaltó a Ahina. En cualquier otra ocasión, la habría oido llegar y se habría puesto en guardia, en cualquier otra ocasión, jamás la habrían sorprendido tan vulnerable. Pero en aquel momento, Ahina no tenía fuerzas siquiera para alzar la cabeza y mirarla.

Escuchó entre sollozos a aquella misteriosa mujer. Sus palabras sonaban melosas y convincentes, su voz tenía un tono atrayente y persuasivo. Conocía su nombre. Decía que quería ayudarla. Era como una enviada del cielo... alguien capaz de romper la maldición que sufría. Alguien capaz de salvarla.

Rechazó, apartándose, la suave caricia que ella le dió, pese a que conmovió a su dolido corazón. Rechazó la mano que le tendió, aunque necesitara alguien en quien apoyarse. ¿Un nuevo futuro? ¿Sin sufrimiento, dolor y soledad? Para Ahina, eran claras las verdaderas intenciones de aquella mujer... pertenecía a La Sombra. Había venido a matarla.

"Adelante..." dijo, bajando la cabeza y mirando de nuevo a Aqualord. Había dejado de llorar. "Acaba conmigo. ¿No es eso a lo que has venido? Tú y los tuyos me lo habéis arrebatado todo..." un fugaz destello apareció en los ojos de Ahina, pero fue durante menos de un segundo. Luego, sus ojos volvieron a tener aquella expresión vacía y perdida...

"Ya no me queda nada... no tengo razones para vivir."
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"¿De verdad creíais que así ibais a destruirme?"

Lilith · Publicado: 26 Jan 2013 7:06 pm

Lilith contemplo la imagen que tenia delante, sin girar ni por un momento la cabeza. Tal vez Ahina no lo notase... Pero la mujer sombría lo estaba disfrutando, y mucho. En su interior era como si se relamiese los labios al observar un buen plato de comida... Y Ahina era la comida perfecta.
... Aunque... esta vez... No iba a devorarla como la ultima.

''El mundo necesita de la Princesa del Mar... Y la Princesa del Mar necesita al mundo... ¿No te parece suficiente?''

La mujer abrió mas su mano, y sin agacharse, agarro con suavidad la barbilla de Ahina, levantandole el rostro. ''Mi dulce niña... Mis intenciones no son hacerte daño. Ya has sufrido, ya has visto la oscuridad... Y por ello, te has refugiado aquí... En las sombras...'' Su voz era tranquila y dulce, y mientras hablaba, sus caricias recorrieron de nuevo la mejilla de Ahina. ''No todas las sombras de este mundo son malas... Pues... todos necesitan de ellas para descansar y dormir. Yo, soy eso. Aquella sombra que ha atendido siempre tus sueños, tus ilusiones... tus lamentos... Y hoy, ha venido aquí... a salvarte.''

Y una vez mas, Lilith se agacho hacia ella, sujetándole el rostro con suavidad usando ambas manos... clavando entonces sus rojizos ojos en ella.
... Era extraño... Pues el rostro de Ahina se podía ver reflejado en ese rojo... Pero no era ella, no ella totalmente... Si no alguien distinta... Como... Como... Una versión oscurecida de si misma.

''Eso que ves... Es el camino que La Sombra quiere para ti... Hundirte, tocarte con su oscuridad... y consumirte del todo...''
''Usarte, usarte, y usarte...''

Lilith espero unos instantes a que ella lo pensase, y de golpe, se levanto, soltándola con suavidad. ''Acéptame en tu corazón como tu salvadora... Y yo ayudare a tu alma en pena a que alcance la felicidad eterna.'' Pronuncio con potencia, pero con suavidad... Igual que una madre, que estaba intentando ayudar a su hija. Y entonces, otra sonrisa se dibujo en su rostro, volviendole a extender la mano. ''Ahina... No estaras sola. No, mientras yo este aquí.''

-Ahina- · Publicado: 26 Jan 2013 10:15 pm

"¿Que el mundo me necesita?" Ahina hizo una mueca, un esbozo de una sonrisa. Se reincorporó lentamente, sin levantarse y permaneciendo aún de rodillas. "Ja... jaja... jajaja..." rió con desgana. "Por mi el planeta puede irse al infierno..." respondió, sombría. "Este ya no es el mundo que yo conocí."

La segunda vez, no rechazó el roce de las manos de aquella mujer. Sintió el calor de las manos de aquella mujer en contacto con su rostro. La miró a los ojos, atraída por ella, por sus palabras, por el tono relajante de su voz, por sus caricias... Se sentía segura, protegida... a salvo con ella. Como si pudiera confiar en ella. Era como un hechizo... como si de verdad estuviera frente a frente con una divinidad maternal...

En cuanto Lilith retiró las manos, el hechizo se rompió. Fue como si hubieran resquebrajado el corazón de Ahina en mil pedazos otra vez. Tenía miedo. Mucho miedo. Se sentía vacía, sola... Quería que la acariciara otra vez, necesitaba sentir el calor humano, necesitaba sentir que alguien cuidaría de ella. No quería... no quería estar sola. Eso la aterraba.

Necesitaba la certeza de que al menos tenía a alguien en el mundo al que poder acudir.

"¿Qué... qué quieres de mí?" preguntó, en un hilo de voz, tan bajo que apenas se distinguía del sonido del viento. "¿Qué tengo que hacer?"
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"¿De verdad creíais que así ibais a destruirme?"

Lilith · Publicado: 27 Jan 2013 1:04 am

Ya prácticamente lo había logrado... Ahina estaba totalmente caída. Su dolor, su soledad... era todo tan profundo en ella, que simplemente, necesitaba a alguien que la comprendiese y quisiera. Era irónico, pero en el fondo lo que le dijo fue cierto. Podía entenderla, pues realmente ella había sufrido lo mismo. Así que... No estaba siendo tan mentirosa como de costumbre.
''Ser Ahina. La Ahina que siempre fuiste.'' Contesto con solemnidad, entrecerrando sus ojos y sonriendo. ''Este mundo no es como en tu época, ¿Verdad? Pero tu tienes el poder para devolverlo a como era. Incluso... Quien sabe... Darle tu propio toque personal.''

Lilith giro su vista entonces hacia el cristal, allí donde seguía Aqualord. ''Ya no le necesitas a él...'' Murmuro con una voz suave. ''... Yo te daré a alguien que te quiera, y que jamas. ¡Jamas! Se separe de ti.'' Tal vez Ahina no lo vio, pero la mujer sonrió aun mas en ese momento. -Ese sucio perro... Espero que sepa contentarme ahora que le he buscado un papel...- Pensó, mordiéndose el labio inferior con gusto. ''Alguien con el que reinaras sobre este mundo... Alguien al que amaras, y él te corresponderá... Y así, por siempre.''

Y de pronto ella se giro otra vez. ''A todo esto... Solo le pondré una petición. Una sola.'' Lilith tomo un poco de aire, preparándose. ''... Algún día... cuando tu ya seas feliz, cuando tu ya hallas olvidado todo esto... Yo iré contigo, y te pediré un favor, una única cosa... Y tu deberás hacerla.''
Sus ojos se clavaron de nuevo en los de ella, como si estos le llegaran al alma. ''Acéptalo, y yo te daré la felicidad eterna. Es una promesa.''

Los brazos de Lilith se extendieron de golpe, creando una imagen espectacular y hermosa... Ella ahí, ofreciéndole todo, con las inmensas montañas Iceberg de fondo... Digno de una diosa, sin duda.

''¿Y bien, mi querida niña? ¿Quieres entonces lo que te propongo?''

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//PV: 50 - PM: 12 - ATK: 5//

-Fuerza: Pésima
-Destreza: Normal
-Agilidad: Normal
-Constitución: Normal
-Resistencia: Normal
-Carisma: Notable
-Sabiduría: Excepcional
-Espíritu: Notable
-Raciocinio: Malo

·Debilidades Físicas: Luz

Armas/Objetos:
-Tela Negra

Link a la Ficha: http://comandopopstar.foros.ws/t872/lilith/

-Ahina- · Publicado: 28 Jan 2013 8:02 pm

"Ser Ahina..." repitió. Desvió la vista al horizonte, pero su mente estaba en otro lugar. Recordó... recordó lo que había sido y lo que había llegado a ser. Ella, una simple mortal que había alcanzado la divinidad. La más bella, la más deseada, la más querida y temida. Todo cuanto quiso y podría desear... La Princesa del Mar. La Heredera de Atlantis.

Comenzó a levantarse. Lentamente, sus ojos también recuperaron el brillo habían tenido. Lo había perdido todo a manos de La Sombra. Una y otra vez. Le arrebataron su reino, sus seres queridos y hasta su libertad... casi le habían arrebatado las ganas de vivir...

"Más de tres mil años en un maldito cristal... " espetó, con un tono de voz cargado de odio. "...más de tres mil años esperando a que alguien me liberase, alguien con quien compartir mi poder..."

Había esperado, había esperado a que apareciera un valeroso caballero que la rescatara de aquella prisión infernal. Sí, La Sombra le arrebató delante de sus narices a su nuevo y único amigo... Pero no podrían encerrarla de nuevo. Sus enemigos ya no eran tan temibles como antaño: su fuerza se había diluido con el paso de los años. Pero ella... ella seguía igual. Igual de espléndida. Igual de poderosa.

Acabaría con ellos. Los mataría a todos, uno por uno. Los actuales miembros de La Sombra no eran más que el reflejo diluido de lo que una vez fueron. Ya solo eran una pequeña plaga de molestas ratas que habría que exterminar de una vez por todas...

"Demasiado tiempo..." susurró, quedando de pie, frente a frente con la desconocida. "Demasiado tiempo esperando mi dulce venganza como para abandonar todo por una derrota... No. No ahora que vuelvo a ser libre."

"Tienes razón." dijo, sorprendida. Ladeó la cabeza hacia un lado, como si acabara de ver una verdad tan absoluta, natural y obvia que hasta pareciera extraño que no se hubiera dado cuenta antes. "Todos deberían inclinarse ante mí. Todos deberían suplicarme piedad, agasajarme con grandes regalos y suspirar por mi atención. ¡Todos deberían inclinarse ante mí! ¡Es cierto! ¡Es totalmente cierto!" sonrió como una niña al acabar de abrir un regalo.

Alzó ambos brazos al cielo. Sus ojos se abrieron al máximo y comenzó a reir lunáticamente, mostrando un rostro de superioridad infinita y una sonrisa demoníaca... Un rostro de pura maldad y locura, tanta, que incluso estremeció a la mismísima Angra Mainyu.

"Ju... juju... jajaja... hahahaha ha..." cada vez reía a mayor fuerza. "Ha haha hahaha... ¡HAAAAHAHAHA HA!"

"¡¡HUAHAHAHAHAAAA HAAAHAHAHA HAAAA HA HA HAHAAAAA!!"

"¡Haré que el sacrificio de Aqualord merezca la pena! ¡Se arrepentirán de haber tocado a mi caballero! Haré que conozcan la verdadera oscuridad, ¡multiplicaré por diez el sufrimiento que me han hecho pasar!

¡¡LAMENTARÁN POR SIEMPRE EL DÍA EN QUE OSARON TRAICIONAR A LA MISMÍSIMA DIOSA DE ATLANTIS!!"

El poder con que formuló esas palabras hizo temblar el suelo que pisaban, y su voz resonó entre las montañas. La Princesa del Mar había vuelto. Bajó las manos, relajó su rostro, sonrió cálidamente a su interlocutora y la abrazó. Tras separarse, extendió los dedos y un hilo de magia brotó de ellos, rodeándola poco a poco, como aquella vez en la que su cuerpo se unió con su alma. "Necesitaré arreglarme... un pequeño cambio de vestuario temporalmente me vendrá bien." sus ropas comenzaron a cambiar, transformándose en una elegante blusa morada, una larga capa con capucha y una larga túnica y falda ligeramente abierta a partir de los pies.

Se agarró la capa y la movió, exhibiendo el vestuario que había creado. "¿Te gusta?" preguntó, dando un par de vueltas, mirándolo. "He estado dudando entre un pantalón o la túnica... lo primero es lo más cómodo y versátil, pero creo que la túnica ajustada realza más mi figura.."

Esperó a ver su respuesta, y se explicó:

"Los de La Sombra me han localizado, así que confío en que esta ropa sea suficiente para despistarles durante unos días. Con suerte, esos idiotas no se darán cuenta en un mes. Además..." se llevó coqueta. el dedo índice al labio y miró hacia un lado "...quiero que cuando me vea me encuentre... irresistible."

Se echó la capucha adelante, y sonrió con satisfacción...

"Mi querido Ángel de la Guarda... acepto humildemente tu oferta. Preséntame a ese apuesto príncipe azul del que hablas... muéstrame alguien digno de la mismísima Princesa del Mar. Alguien con quien merezca compartir la victoria... Cuando llege el momento, yo cumpliré mi parte del trato..."

"Es una promesa."

Ahina:

Lilith · Publicado: 28 Jan 2013 9:07 pm

Lilith acabo por cerrar tranquilamente los ojos al ver el resultado de su obra, sonriendo con placer. Ahina... La Princesa del mar... renacida de la escarcha, y convertirá en un poderoso tsunami que arrasaría con todo. Si, realmente... era la imagen que llevaba tanto tiempo buscando.
La primera vez que vio a Ahina, muchos... muchos años atrás, se lamento de no haber admirado su belleza al máximo, de no haber tenido esa oportunidad... Y ahora que la tenia, realmente disfrutaba.

No sintió miedo alguno cuando escucho a Ahina emplear ese tono, pero la sensación de estremecimiento si... Y le encanto. Fue como una chispa que recorrió su espina dorsal, hasta llegar a su cabeza... Algo que... En alguna otra circunstancia, la habría llevado a hacer alguna locura, movida por la emoción. No obstante, la protagonista esta vez era ella, Ahina... Romperle la escena, seria... demasiado cruel, y feo.

Lilith volvió a abrir su mirada, contemplando las nuevas ropas de Ahina. ''Por supuesto. Son perfectas para ti. Muy bonitas y...'' La mujer incluso paso la mano por sus ropas, acariciándolas. ''Suaves... Estoy segura de que a tu nuevo Príncipe le gustaran...'' Aseguro ella, sonriéndole... maternalmente.

Realmente se había encariñado con ella... Tal vez, hasta podría tratarla realmente como... a una protegida o hija, algún día. Aunque para ello, aun tendría que cambiarla un poquito mas. ¿Quien sabe? ¿Hundirla un poco en el Licor? Bah... Ya se vería...
''Mientras tu seas feliz, yo lo seré. Incluso el favor que te pida algún día... Sera por tu bien. Recuerdalo siempre. Yo velare siempre por ti... Pase lo que pase. Y el resto... Esta en tu mano.''

Nada mas decir eso, Lilith tomo la mano de Ahina entre las suyas, acariciándosela con suavidad. ''Lo que te voy a dar ahora, es el pase a tu reconocimiento... A tu victoria...'' Dijo ella, con tono solemne, y mirándola todo el rato a los ojos. ''Y también... Sera la señal que tu Príncipe vera y te unirá del todo a él...''
... Y entonces Ahina lo sintió, un calor ardiente que quemo un poco su piel... Pero era extraño, pues de nuevo, Lilith la tenia ahí, sujeta y... a salvo. Sus ojos, igual que dos pozos profundos, daban una sensación de tranquilidad, que incluso en ese momento no se perdió.

El calor duro un par de segundos, hasta que finalmente se detuvo súbitamente, y Lilith aparto la mano, dejándola ver el resultado de aquello.
Era una marca, gravada a fuego en su piel y que brillaba ligeramente cuanto mas se miraba.

''Bienvenida al Another Heaven... El Juego... que dará inicio a tu nuevo Futuro...''

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-Destreza: Normal
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