Comando Pop'Star

-Colette-

Y cómo no... ya la habían castigado de nuevo.

Colette Hiunell abrió levemente la puerta, intentando hacer el menor ruído posible. ¿Cuánto tiempo hacía que no subía a aquella torre? Ya ni se acordaba de cuánto chirriaba la puerta. "Bu... buenas." saludó, asomando la cabeza. "Me... me han vuelto a castigar." informó, como aquello no fuera nada del otro mundo. En cierto sentido, no lo era, pues siempre había sido tan revoltosa o más que ningún otro niño, y siempre la castigaban en la llamada 'Torre del Brujo', que no era otra que la del estudio y los aposentos privados del Padre Aleizer. Esta vez, sin embargo, no la habían castigado por escaparse al pueblo sin permiso, por explorar secciones prohibidas del Orfanato o la Iglesia ni por gastar bromas pesadas. No... esta vez la habían castigado por mala conducta y por abandonar sus deberes, algo que jamás había descuidado en toda su estancia.

¿Qué culpa tenía? No estaba de humor para todo ello. Estaba triste, profundamente triste, y al borde de la depresión. Había sucedido todo tan rápido... Después de varios años, la habían adoptado. ¡Por fin! Dejaría el orfanato, y por fin podría vivir una vida normal, feliz, con su nuevo papá: Finneas Reed, el hombre cappy arqueólogo.

Se la llevó, de hecho, y estuvieron viviendo un tiempo juntos. Él la llevó a sus excavaciones por el Desierto Soleado, a sus expediciones por las Catacumbas bajo el Coliseo e incluso a sectores cerrados del Palacio Naranjo. Le enseñó la importancia que tenía la historia y el patrimonio de nuestros ancestros, así como el impacto de éstos en nuestras vidas. Le enseñó las bases de la arqueología, le mostró sus descubrimientos y después... murió.

Lo habían matado.

Colette cerró la puerta detrás de sí, y con las manos a la espalda, se dirigió hacia el sillón donde se encontraba, de espaldas, sentado el Padre Aleizer, frente a la chimenea. El momento en el que el Padre Aleizer le sometería a una gran cantidad de preguntas y más preguntas. Para asignar los castigos el Padre 'analizaba' la falta, así como el estado de ánimo y las posibles motivicaciones del infractor, tratando así de comprender el por qué de dicha falta. Era, sin lugar a dudas lo más terrorífico para todos los que eran castigados en 'La Torre del Brujo', aunque todo el mundo sabía que era, si acaso, algo que el Padre Aleizer disfrutaba bastante. Les hacía sufrir con tan sólo unas pocas preguntas, haciendo parecer aquello toda una confesión, y sin duda... prácticamente lo era.
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Aleizer Crawley · Publicado: 02 Sep 2013 3:57 am

En el pasado, aquella torre había sido un lugar sagrado de entrenamiento, donde su padre, Edward Zacarias Crawley, adiestraba a sus alumnos en el arte de la pura arte marcial espiritual. Haciéndoles subir largas escaleras en espiral, cargando con grandes pesos. Subir por cadenas que colgaban desde el techo. O incluso, ascender por la propia pared, sin ningún recurso o ayuda. Tan solo, las manos desnudas... Un trabajo muy duro desde luego, y que algunos, hoy en día, tacharían de exagerado. Pero Zacarias Crawley era así. No era un mal hombre, ni siquiera tenia una pizca de violencia en su sangre. Por ello, su propio despacho se encontraba en la cima de la estructura, desde donde podía observar a sus alumnos realizar las tareas, y recompensarles fortuitamente una vez terminadas...
Para Aleizer, un hombre problemático en lo referente a los buenos recuerdos, aquellos tiempos resultaban... confusos. Difíciles de calificar. No obstante, que mantuviese intacto el despacho de la cima, decía ya bastante. ... Por supuesto, la época de entrenar a nuevos Ejecutores y Monjes, hacia tiempo que expiro, por ello, todo lo relacionado con los adiestramientos fue retirado tras el mandato de Aleizer, y guardado en el sótano. Aunque si uno se fijaba en las paredes, podía seguir encontrando las largas cadenas colgantes, y alguna que otra grieta hecha a mano, como meros recuerdos de unos tiempos distintos...

Cuando Colette abrió la puerta pudo encontrarse con la misma habitación de siempre. Una sala redonda, de tamaño medio, con una mesa grande al fondo, en donde se hallaba Aleizer sentado en su silla. Luego, en las paredes, yacían colgados diversos crucifijos, telas, y otros artefactos sencillos sagrados, algunos que incluso no pertenecían a la Religión de esa Iglesia.
Un pequeño bonsái en la ventana; Una fuente de agua de reducido tamaño, que giraba con su rueda; Una chimenea en la esquina, sin encender; Y por supuesto, las cenizas del propio Zacarias Crawley, en un jarrón funerario cerca de la mesa.

Un tranquilo silencio se respiraba en la habitación, acompañado del pequeño chapoteo que hacia la rueda de la fuente al girar, y el murmullo del viento, entrando por la abertura de la hoguera. Aleizer permanecía en su sitio, callado, abriendo y observando una serie de sobres que tenia amontonados en la mesa, todos de un color verde oscuro, con el propio sello de cruz de la iglesia. No obstante, en cuanto la puerta se cerro, el Padre levanto su mirada lentamente, mirándola con sus apagados ojos.
''Me estaba preguntado cuanto tardarías en venir. Pero veo que has sido puntual con tu castigo.'' Hablo él en seguida, colocando una muy pequeña sonrisa en su boca, mientras dejaba el sobre que estaba abriendo sobre la mesa, y se levantaba.

''Ahora mismo estaba ocupado con unos asuntos importantes del Orfanato. Y tenia pensado salir a hacer unos recados. Por lo que avise a la Madre Superiora de que se ocupara de ti en esta ocasión.'' Explico, con su típico tono de siempre. ''Pero como has llegado pronto... ¿Que te parece acompañarme? Así podrás reflexionar sobre tus errores a la luz del Sol. Que siempre es mejor, por supuesto.'' Realmente se notaba que estaba a punto de marcharse. Tenia su habito bien puesto, una pequeña bolsa preparada, y en seguida acabo por acercarse a la mesa, tomando el único sobre de color marrón que allí había, guardandoselo en el bolsillo.
''Aunque si te apetece confesarle tus pecados a ella. No tengo problema. Jeje...''
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-Colette- · Publicado: 02 Sep 2013 3:08 pm

{UN BONSAI. :>}

Vaya. Parecía que el Padre Aleizer aquel día estaba de buen humor, a diferencia de ella. En otro momento, en cualquier otro día, a Colette le habría encantado la propuesta. Aunque fuera a hacer recados, siempre agradecía siempre cualquier excusa para poder abandonar las paredes del orfanato y dar una vuelta por ahí. No es que no estuviera agusto allí, sino que simplemente le encantaba salir.

Pero ahora, con su estado de ánimo... no era precisamente algo que le apeteciera. ¿Quizá el Padre Aleizer lo sabía, y había aprovechado las circunstancias? Fuera lo que fuera, no iba a cambiar las cosas. Aquello era un castigo y tenía que cumplirlo.

...Y desde luego, prefería cien veces la compañía del 'Brujo' a la de la Madre Superiora. Esa mujer daba más miedo que el Padre Aleizer, y eso ya era decir mucho. {XDD}

"Va... vale." contestó. No tenía muchas ganas de decir nada más.
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Aleizer Crawley · Publicado: 15 Sep 2013 4:35 am

Considerando sus movimientos, parecía que Aleizer se habría llevado a Colette incluso si esta hubiese respondido que no. Por lo que tras tomar sus cosas, y abrir la puerta, se giro a la niña, invitándola a salir de nuevo. ''Primero iremos a la plaza, tengo que hablar con cierto amigo allí. Luego, puede que te compre un helado... Aunque primero tendrás que contarme que es lo que te ocurre, por supuesto.'' Aviso él, empezando a bajar las escaleras junto a la niña. ''Se que estas castigada, y que normalmente tendría que enviarte a tu habitación a meditar lo que has hecho. Pero... En cierta manera, entiendo tu actitud. Es comprensible.''

A veces sorprendía un poco que ese imponente hombre, tan alto y fuerte, fuese la clase de Cura que era. La mayoría de gente como él, solía marcharse con el Padre Chapel o con el Padre Lucius. Un ejemplo de ello fue Wolfwood, que nada mas terminar su entrenamiento, abandono el orfanato. ¿Por que Aleizer no, entonces? ¿Que motivos podría tener alguien de su edad para quedarse con esos niños?

''He de suponer, que tu mal comportamiento se debe a la muerte de aquel Arqueólogo, ¿Verdad? El que te adopto. Se llamaba... Hm... ¿Finneas Reed? ... Si, ese mismo. Hum. Un buen hombre, sin duda. Lamento muchísimo su muerte. Igual que toda la Iglesia... Teníamos grandes esperanzas en él para cuidarte...'' Incluso si su tono normalmente era distante y vació, al hablar con los niños la cosa cambiaba, siendo mas cálido, cercano, y atento. Sobretodo con ella. Y no era un mero detalle sin importancia. Se notaba muchísimo.
''Eres de las huérfanas que mas tiempo lleva con nosotros... Y la que mas tragedias ha vivido. Pero aun así, has de entender... Que si esta clase de cosas han ocurrido, ha sido porque nuestro Dios lo quiso así...''

''... Por que él quiso lo mejor para ti.''

Esas ultimas palabras claramente fueron directas, medias con una precisión milimétrica, para que Colette las recibiera sin rechistar, pues surgieron cuando ambos ya habían llegado a la salida de la torre, rumbo a la calle.
Aleizer permaneció en completo silencio, hasta que llegaron a la puerta principal, pasando por la Sala de Oraciones, en donde unos niños acompañados de un par monjas, rezaban en silencio a la cruz del fondo... Con la imagen que tenia delante, el Cura se detuvo, mirando fijamente ese Símbolo religioso.
Colette... Seguramente pensó que él haría lo lógico en esa situación, pues una de las costumbres mas básicas entre las personas de Fe, era hacer el gesto de la cruz con los dedos ante cualquier sello sagrado de ese tipo. ... Sin embargo... Aleizer solo cerro los ojos, suspiro, resignado, y se giro, ignorando completamente esa norma.

''Puedes hablar, Colette.'' Le soltó de golpe, tras todo ese rato. ''Tus pensamientos. Opiniones. Motivos... Quiero oírlo todo. Tal vez así, logres convencerme de levantarte el castigo. ... Y tal vez así... Hasta puedas calmar esas tensiones que tienes en tu interior.''
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-Colette- · Publicado: 04 Feb 2014 10:30 pm

Un helado ¿uh? ...No le entusiasmaba la idea. Aunque en cualquier otra ocasión aquello hubiera sido más que suficiente para animarla, aquel día no tenía ganas de nada, de nada de verdad. Bajó en silencio las escaleras, escuchando con humildad al Padre Aleizer. Las últimas palabras que mencionó al terminar de bajar los escalones se le clavaron como trozos de cristal en el corazón. Ha sido porque nuestro Dios lo quiso así... porque él quiso lo mejor para ti.

Lo mejor para ella... ¡¿Lo mejor para ella?! Quería rechistar y replicar, pero acababan de entrar en la sala de rezo, y allí el silencio sepulcral era sagrado ~~y castigado con pena de muerte~~. Vio cómo Aleizer se plantaba de pie, frente a la cruz sacra y cómo cerraba los ojos, en señal de respeto, para luego soltar un profundo suspiro. Tan embobada se quedó mirandolo que casi olvida realizar ella misma la señal ritual de la cruz. Había oído en el pueblo a algunas personas comentar sobre lo 'estrambótico' que resultaba el Padre Aleizer al dar las misas, ya que 'olvidaba' realizar los gestos rituales característicos en cada momento. A ella no le parecía que aquello fuera estrambótico, (significase lo que significase). Cada uno podía tener su propia forma de entender la religión, especialmente hoy en día. Claro que aquello no podía una decírselo al Padre Chapel o a la Madre Superiora directamente, desde luego...

"Puedes hablar, Colette." oyó decirle entonces, sacándola de su ensimismamiento. "¡Ah! Yo..."

No quería siquiera hablar de ello, pero sabía que solo hablándolo podria quitarse algo del peso de encima. ¿Pero por dónde empezar? ¿Y cómo hacerlo de forma educada?

"...No era perfecto... Siempre estaba trabajando, así que nunca tenía tiempo para jugar conmigo... Y como estaba soltero tampoco tenía más hijos... Pero aún así... siempre me trataba muy bien. Lo quería. Habría sido un buen padre. ¿Por qué... por qué tuvo que morir?" empezó a decir. "¿Por qué? Si realmente esa era la voluntad de Dios... yo... de verdad que no lo entiendo. Todos... todos los que se atreven a adoptarme acaban muriendo o desapareciendo... Y acabo volviendo al principio. ¿Cuántas generaciones han pasado ya? ¿Por qué soy la única que no crece? ¿Y la única que no ha encontrado papá? No es justo... de verdad que no es justo. Si de verdad esa es la voluntad de Él, ¿por qué? ¿Por qué quiere hacerme sufrir? ¿Por qué todos los que me adoptan acaban muriendo?"
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Aleizer Crawley · Publicado: 19 Feb 2014 8:05 pm

Andando ya por la calle, Aleizer escuchó en silencio las palabras de Colette. Tal vez no lo parecía, pues mas de una vez saludó con la mano a algún que otro niño o conocido que pasaba por ahí, o miraba en otra dirección como si buscase algo. Pero estaba atendiéndola, y en cuanto ella acabo, el cura simplemente soltó otro profundo suspiro.
''Dios no es siempre amor, Colette. También es dolor y sufrimiento. Su voluntad recae sobre nuestros hombros, obligándonos a cargar con ella, queramos o no. Tanto en lo bueno, como en lo malo. ... Sobretodo en lo malo.'' Aleizer andaba a paso lento, con sus manos entrecruzadas tras la espalda, en pose solemne. ''Sin embargo, nuestro deber como humanos es ver la luz entre toda esa oscuridad... Lo que no debes hacer es dejarte atrapar por las sombras. Mira el lado positivo de las cosas. Siempre nos tendrás a nosotros. A mi, a los demás niños, incluso a Nicholas, cuando se digna a venir. Y yo hablo por la experiencia, Colette. También he perdido a muchos seres queridos, se lo que se siente, y lo que sufres por ellos.''

Si, eso era cierto. Al padre de Aleizer, Zacarias Crawley, también le habían asesinado cuando él aun era un Ejecutor de la Iglesia. Y no se trataba de un dato al azar, pues Colette estuvo involucrada en cierta manera. Al ser secuestrada en aquel Incidente, junto a un montón de niños mas, Chapel tomo la decisión de enviar a sus Ejecutores a por el secuestrador, siendo la Iglesia de Dream Land el punto clave en la operación. Aleizer participó, por supuesto, y su padre se encargo de mantener todo en orden. ... Pero la desgracia ocurrió cuando el secuestrador, al verse acorralado, ataco a la propia Iglesia, cubriéndola en llamas. Eso supuso su fin, por supuesto, pero no basto para evitar que se llevase consigo a Zacarias.

Sin embargo, la tragedia en la vida del Cura no quedo ahí. Tiempo después, tras un accidente que Aleizer sufrió y que le incapacito de la vida de Ejecutor, su esposa, Cecilia Mirzel, cayo enferma. Ambos llevaban casados pocos años, cinco a lo sumo, pero en esa relación fueron capaces de engendrar a su única hija, Irina Crawley. Cosa que sin duda fue un milagro, pues Cecilia había nacido con problemas inmunológicos severos, siendo albina. Debía permanecer en cama la mayor parte del tiempo, recibiendo medicinas y cuidados especiales. Pues a la mínima herida que sufriese, podría complicarse y suponerle la muerte.
Muy pocos entendieron como Aleizer pudo elegir a esta mujer, y mas considerando que era de la familia Mirzel, enemigos de la Iglesia. Sin embargo, lo hizo. Y estuvo con ella hasta al final, pasando los últimos momentos a su lado. ... Cosa que sin duda no beneficio en nada al Cura, pues los propios Mirzel encargaron una autopsia al cadáver de Cecilia, dándose cuenta de que no había muerto por causas naturales, si no por una profunda herida en las venas del brazo.
Al principio, guiado por el odio y la desconfianza, Seneca Crane, hermano mayor de Cecilia, acuso a Aleizer de asesinato, con el móvil de querer quedarse con la herencia. No obstante, al poco tiempo se demostró que no fue un asesinato, si no un suicido por parte de la mujer.
Nunca se supo cuales fueron sus razones. Solo Aleizer las sabia. Y jamas... Quiso decirlas.

''La muerte es algo natural. Inevitable. Pero ellos siempre velaran por ti desde lo alto, aunque no te des cuenta.'' Añadió Aleizer, dando un par de pasos mas hasta alcanzar la entrada de la plaza, parándose en seco. ''Llorar por ellos puede ser útil para vaciar tu corazón de dolor. Sin embargo, tarde o temprano no quedara dolor que derramar. Y es ahí cuando tendrás que entender... Que hay que seguir adelante, incluso si duele. Al fin y al cabo, tu aun eres muy joven. Y seguirás siéndolo durante el tiempo que haga falta. ... Nos superaras a todos nosotros, y deberás seguir caminando. Esa es la única verdad. Que ninguna Religión, ninguna Filosofía, ni ninguna Ciencia, puede discutir.''
Sus manos terminaron por separarse de la espalda, haciendo crujir los dedos, para seguidamente llevar una a su pecho, palpándolo, justo por encima del corazón. ''... Sin embargo... No te voy a engañar... Hay cosas sobre este mundo que tu no conoces. Ni siquiera yo las comprendo... ... Y cuando digo mundo, hablo del entorno en el que te has criado.''

Apretando su sotana justo en esa zona, Aleizer permaneció en silencio unos instantes, mirando al infinito. ... Por fortuna, esa pausa tétrica acabó rápido, pues al final pareció ver lo que andaba buscando. Allí, sentado en uno de los asientos de la plaza, había otro hombre con sotana, dándole de comer a las palomas con gesto tranquilo y afable. En si no llamaría mucho la atención... Si no fuese por la melena puntiaguda y rubia que salia de su cabeza hacia arriba.
''Muy bien... Vamos Colette, en cuanto le entregue esto podrás seguir comentándome tu caso. Así que ve pensando que sabor quieres para el helado.'' Soltó, cambiando de rostro y tono por completo, incluso colocando otra fina sonrisa, justo antes de echar andar una vez mas.
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-Colette- · Publicado: 24 Mar 2014 12:39 am

Aleizer y Colette se sentaron en el banco, junto a aquel hombre. Cuando se acercó lo suficiente para verlo, Colette le reconoció: era el padre Marik, amigo íntimo del padre Chapel. Él la saludó amigablemente revolviéndole el pelo y a continuación le entregó la bolsa con las migas de pan para las palomas, para que se entretuviera mientras charlaban.

"Leiste la carta." afirmó el hombre, dirigiéndose a Aleizer, mientras miraba a la gente pasar. "Dime... ¿traes la respuesta?"

No tuvo que esperar mucho tiempo. Era el sobre marrón que Aleizer había cogido antes de salir. Se lo entregó y éste lo abrió. En sumo silencio, Marik leyó su respuesta. ¿Por qué comunicarse así, se preguntaría uno? Ya habían llevado a Colette a muchas reuniones similares a esa. A menudo se preguntaba: -¿Es que creen que soy tonta?- por la forma tan 'descarada' a su modo de ver que tenían de pasarse papelitos delante de ella para que no les oyera. Y no, no era porque estuvieran al aire libre, en un lugar público. Alguna que otra vez ya lo habían hecho también en la Torre del Brujo, o en alguna salita privada del orfanato. Había llegado a la conclusión de que tal vez lo hacían así precisamente porque no querían que ella lo escuchara, por lo que no pensaban que fuera tonta. Eso ya era un gran alivio, desde luego.

Pero... ¿por qué papelitos, como niños en la clase, y no simplemente e-mails o mensajes de móvil? Viejos carcamales... (d)

"Está bien." oyó decir a Marik. Parecía que ya había terminado de leer la respuesta. A juzgar por lo larga que era, Aleizer debía haber escrito mucho. ¡Pero Aleizer no era de los que dan largos discursos! Más bien era un hombre de pocas palabras... Tenía poco con lo que trabajar, pero con lo poco que tenía Colette podía sacar algunas conclusiones...

¿Y por qué no hacerlo? En primer lugar, Colette era una niña extremadamente curiosa. Siempre le habían dicho que era bastante revoltosa y cotilla. ¿Pero quién no lo sería viviendo en un orfanato donde apenas tenían cosas para distraerse? ¿Quién no ha soñado siempre con entrar en esas habitaciones cerradas de la escuela? ¿Esos pasillos secretos de oficinas y cosas raras? ¿Esas bibliotecas llenas de polvo que se supone que deberían dejarte usar y no te dejan? ¿Esos armarios cerrados a cal y canto y que nunca se abren?

A veces escondían pequeños cofres del tesoro de recuerdos. Por ejemplo, una vez abrió un armario que contenía muchas maquetas y manualidades hechas por otros niños sobre pequeñas huchas para la caridad. Al parecer, habían organizado un concurso a saber cuándo sobre huchas de caridad. Pequeños secretos como ese eran los tesoros de Colette, y cuando era pequeña... bueno, más pequeña, los compartió siempre con Wolfwood, antes de que se hiciera mayor y tuviera que irse ya a trabajar...

¿Cuántas veces habría visto ya a otros niños hacerse mayores e irse para siempre? Bueno, no para siempre, muchos de cuando en cuando se pasaban a visitarla, especialmente aquellos que habían sido sus amigos, y no tanto ya otros compañeros... Ella, en cambio, jamás se iba. Nunca podía irse del orfanato. Osea, no es que fuera una princesa recluida o algo, (aunque le parecía poético verse así). Podía salir a la calle a jugar o a comprar, visitar el pueblo o el castillo más o menos cuando quisiera, siempre que hubiera terminado sus tareas diarias en el orfanato. Pero, lo que era irse del orfanato, abandonar ese hogar y mudarse a otro... En fin, ser adoptada. Nunca había podido conseguirlo. Siempre acababa, de una forma u otra, sin poder irse de allí. Lo más cerca que había estado era aquellos días en los que su último papá la había llevado a su casa y a sus excavaciones... hasta que... como murió... pues no tuvo más remedio que volver al orfanato de nuevo.

Agitó la cabeza, alejándose esos pensamientos de la cabeza. No quería deprimirse más. Como le había dicho el Padre Aleizer, había que seguir adelante... Y hablando del Padre Aleizer, casi se le olvidaba el pequeño 'juego' de detective que estaba montándose en su cabeza...

-Vamos a ver... Si el Brujo ha escrito una respuesta tan larga... no es para decir simplemente 'Acepto', desde luego... ¿Entonces, esa para presentar su rechazo formal? Sí, entonces tendría sentido que escribiera un tochazo para dar sus razones, pero...-

De reojo, como la que no quiere la cosa, se inclinó un poco para poder ver las caras de Aleizer y el Padre Marik. El primero estaba como siempre, con esa cara imperturbable y tranquila que a su vez daba tanto miedo a veces... --> (sleepy)

El otro, por otra parte, parecía bastante feliz. Tenía una remarcada sonrisa de satisfacción, de esas que ponen los adultos cuando piensan lo bella que es la vida y lo bonito que es vivir. No esa que ponen cuando sueltan un suspiro de decepción o de 'ya lo sabía'.

-Por tanto... chan chan chan chan... deduzco épicamente... ¡¡Que el brujo no ha rechazado la propuesta!!-

Satisfecha y feliz con su victoria mental, empezó a echar más migajas de pan a las palomas, como celebrando con ellas su éxito. Si Aleizer no había formulado su rechazo... ¿entonces por qué había escrito tanto? Mientras echaba palomitas a las palomas... (espera, no eran palomitas sino pan) Colette pensó que la única respuesta posible era que Aleizer había aceptado a medias. Es decir, había propuesto, como siempre, sus propias condiciones si realmente iba a aceptar aquel trato que fuera que habían tenido. Pero... ¿qué condiciones? Sin el papel de respuesta... le sería imposible saberlo. Colette ya estaba empezando a planear cómo recuperar el papel cuando lo tiraran cuando...

"Prepárate, entonces." oyó decirle el Padre Marik al Padre Aleizer "El ataque será mañana a primera hora."

¿El ataque? ¿El ataque a que? ¿El Ataque a los Titanes, como aquella serie que ella veía en la tele? ¡No, espera, espera! ¿Tal vez... la fumigación, por fin, de las ratas que tanto se paseaban por las áreas no concurridas del orfanato como si fuera aquella su casa? ¿Ataque en sentido literal o en sentido figurado? Si era en sentido figurado... ¿Ataque a los estudiantes?

...........

-OH DIOS MÍO, ¿¡VAN A PONER UN EXAMEN!?-

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Aleizer Crawley · Publicado: 27 Apr 2014 4:04 pm

Aleizer estaba tranquilo, pues sabia que la respuesta que escribió les confortaría, y ya no solo eso, si no que al final, le permitiría a él salir ganando. Lo dejo todo bien atado en una larga carta cargada de reflexiones, peticiones y alguna que otra referencia bíblica, todo con tal de satisfacer a Chapel y a Marik. Pues si, básicamente había aceptado lo que le pidieron, pero puso algunas condiciones. No muy duras. Solo... Justas.
''Espero que comprendas que yo no soy Lucius. Y mucho menos Nicolas.'' Respondió Aleizer una vez termino el Padre Marik de leer. ''Ni tengo una plena devoción a esta clase de trabajos, ni soy un jovenzuelo. Estoy ya entrado en años. Perfectamente podría retirarme y vivir una vida de paz, adiestrando a nuevos alumnos en el arte del Hamon, tal y como hizo mi padre cuando aun vivía...'' El sacerdote entonces suspiro, dirigiendo una mirada serena hacia la plaza, viendo con total claridad la pacifica escena que allí imperaba.. Niños jugando, parejas charlando, ancianos paseando... No había ni una sola impureza, ni un solo signo de violencia. Todo era simple, modesto y tranquilo. Incluso relajaba con solo mirar.
''... Tu y Chapel vivís en una ciudad como es Business. Mientras que Nicolas y Lucius viven en ese templo alejado de la mano de dios, realizando tareas que ni yo entiendo... ... Sin embargo, yo vivo aquí. En este pueblo. Un lugar donde nunca pasa nada.'' Los brazos de Aleizer se cruzaron, devolviendo la mirada hacia Marik, con un rostro algo mas serio, como si con eso quisiese decirlo todo. ''... Y me gustaría que siguiese siendo así por siempre.''

Aleizer había pedido a cambio de sus servicios, que nadie, NADIE, absolutamente nadie, perturbase la paz de Dream Land. Esto implicaba que cualquier signo de conflicto, guerra, batalla, etc, debía ser eliminado rápidamente, antes de que supusiese un peligro mayor para los ciudadanos. Asuntos tales como el ataque al Bar de Samo, o el mas reciente, al que le habían pedido participar, eran buenos ejemplos. A cambio, él se comprometía otra vez a ayudar en la Iglesia como Inquisidor. Aunque claro... Se veía a leguas que lo había aceptado porque así podría erradicar los problemas del pueblo personalmente. Sin embargo, Aleizer sabia que al aceptar eso, estaría aceptando también ordenes para cualquier lugar de Pop Star. Es decir, volverían a enviarle a misiones si así lo requiriesen. Cosa que pese a que no le hacia mucha gracia, entendía.

Finalmente, el sacerdote dibujo una sonrisa en su rostro, aunque uno no sabría decir si fue por disfrute o por pasividad. ''No te preocupes... Nunca he dejado de estar preparado. Un par de años en la sombra no me han afectado en nada.'' Aleizer movió entonces su mano, apretándola un poco... Provocando que de ella saliesen unas cuantas chispas doradas. ''Conservar la circulación adecuada. Mantenerse calmado y tranquilo... Ese es el secreto para dominar el Hamon. Un secreto que ha pasado de generación en generación por la sangre Crawley. Por tanto, estaré bien. Cuenta con ello.'' Esas chispas se intensificaron por un espacio de tiempo muy corto, para al final desaparecer por su piel, aunque dejando en el ambiente una sensación cargada, como de electricidad estática... Aunque algo mas mística.

''Pero en fin... Si no hay nada mas que aclarar, aconsejaría tomar algo. Antes le prometí a Colette irnos a comer un helado juntos. Así que, si le apetece acompañarnos, Padre Marik. Cuanta mas compañía mejor, ¿Verdad Colette?'' Esa misma mano acabo posándose en la cabeza de la niña ~~haciéndola explotar por su Pasiva de tocamientos explosivos~~, revolviendole el pelo, tal y como hizo Marik anteriormente. ''Marik es el Padre regente de la Iglesia Armonía en Ciudad Naranjo. Seguro que puede encontrarle alguna solución a tu problema emocional. Es su especialidad.''

~~{Este post ha sido hecho por Don Referencias. Experto con 20 años de experiencia en añadir referencias a todo lo que tu quieras.}~~
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-Marik Ishtar- · Publicado: 17 Aug 2014 7:07 pm

"Una invitación irresistible, he de reconocer." asintió con la cabez. "Pero me temo que he de rechazarla: aun tengo ciertos asuntos que..."

Colette le hizo pucheros, mirándole con cara de pena.

"Asuntos que... eh..."

D:

"..."

DDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD:

"...Está bien." finalmente, se vió obligado a aceptar. "Pero no más de media hora. De verdad estoy ocupado."

Se levantó y los acompañó, situándose respetuosamente al lado de Aleizer. "Siento mucho haberte forzado a luchar una vez más" susurró. "Si por mi fuera, me encargaría de ellos directamente en lugar de preparar un ejército. Pero me temo que la situación parece haberse desbordado. El investigador se decidió a actuar por su cuenta, y el Maestro Chapel ha ordenado la marcha. Será como una cruzada de las de antes... para lo bueno... y para lo malo." explicó, con un suspiro.

-Colette- · Publicado: 17 Aug 2014 7:10 pm

¡Ajajajá! ¡Había conseguido que el Padre Marik se quedase un rato!

...En realidad no tenía ni idea de por qué lo había hecho.

Ejem, ¡bueno! Tal vez así se alargase la conversación. ¡Y tal vez ella podría escuchar alguna cosa! Y en efecto, así fue. Lo primero, porque ella no se enteró de nada. ¡Maldita estatura! ¡Hablad más alto! ¡Hablad más altoooo!

................

....Un momento, se le había pasado la pena. ¿¡DIANTRES, ASI QUE ESTE ERA EL PLAN DEL MALVADO ALEIZER!? ¡HABIA CONSEGUIDO QUE SE LE FUERA LA PENA!

Agh. Ahora se sentía mal por haber dejado de sentirse mal tan rapido.

Aleizer Crawley · Publicado: 18 Aug 2014 5:24 pm

Ante la respuesta afirmativa de Marik, el Padre Aleizer sonrió ligeramente, llevándose ambas manos a la espalda y continuando con su caminata, mirando hacia el frente, aunque manteniendo un ritmo sencillo, para que su compañero pudiese seguirlo y continuar hablándole. Por supuesto, siguió al tanto de Colette, echándole un ojo de vez en cuando, confirmando así, que de hecho, ya se había animado. ... De todas formas, el tema de conversación que Marik y él tenían entre manos escapaba por bastante de la comprensión de Colette, por lo que mantuvo un volumen de voz ajustado, elevando la cabeza, y dirigiéndose únicamente al Padre Marik. ''No me importa luchar, no es eso lo que me molesta.'' Contesto él, cerrando por un momento los ojos. ''Luchar y asesinar son cosas muy distintas... Y si lo que el Maestro Chapel quiere es una cruzada como las de antes, entonces... No bastara con derrotar al enemigo. Habrá que aniquilarlo, y borrar todo rastro de él.'' Si... Tal y como en las viejas guerras santas. Entrar en una nación enemiga, y quemarla de arriba a abajo solo por no compartir la misma creencia religiosa. ... Aunque claro, existía una grata diferencia de aquella época y la de ahora. Y eso era... Que no iban a luchar por un factor únicamente religioso. Si, era obvio que no. Chapel tenia unos motivos muy distintos. Motivos que ni él mismo entendía, pero que al caso, le importaban poco. Su labor no era cuestionarle nada, solo seguir ordenes. Así de simple era la vida de un Inquisidor. Le daban un objetivo, un listado de cosas sobre el mismo, una forma 'pura y limpia' de matarlo, y ya. El resto solo era perseguir y matar, como un cazador. El cazador de los enemigos de Dios.

''Preparar un ejercito... Hm... ¿Y de donde lo va a sacar? ... ...Se que lo que voy a decir es un poco blasfemo, pero Chapel debería empezar a darse cuenta de que ya no vivimos en el pasado. Las cosas han cambiado mucho. Y nuestra Iglesia. ... Bueno. Tu mismo sabes que no somos los mas populares en estos momentos.'' Tenían dinero, poder, y contactos, pero les faltaba algo muchísimo mas importante: Gente. La población había comenzado a moverse en otras direcciones, ya fuera por falta de Fe, o por otros asuntos. E incluso aquellos que aun creían en Dios, no lo hacían de la misma forma que ellos. Muy pocos estarían dispuestos a entrenar sus cuerpos y sus almas para combatir en nombre de el Topoderoso. Y mucho menos, a sacrificarse por Él. ''Ante mis ojos, los únicos Inquisidores a los que yo consideraría aptos de realizar una tarea tan compleja como esta, son Lucius, Nicholas, la Señorita Topaz, usted, y por supuesto... el Maestro Chapel. ... Pero tanto Lucius como Nicholas están ocupados con otros asuntos. Chapel trabaja en Business City, junto con usted usted y Topaz. ... Por lo que si piensas mas abiertamente esta situación, hasta parece que ya no solo son las Cruzadas, las Inquisiciones, o las Cazas lo que se nos escapa de las manos. ... Si no nuestra mera razón de existencia como culto...''

Hablando y hablando, terminaron alcanzando el edificio de la heladería, un recinto pequeño, con puerta sencilla adornada con una campana, y protegido por una cristalera desde la que se podían ver todos los sabores de helados que tenían.
''... Pero en fin, no me hagas mucho caso. Sea cual sea la decisión que toméis, podéis contar conmigo. Haría cuanto fuese por proteger a este pueblo y a los niños que viven en él. No seria la primera vez... ... Ademas, unas cuantas tareas antes de retirarme tampoco están tan mal. He de mantener el ritmo a fin de cuentas.'' Acabo por decir Aleizer, mostrando una mueca sonriente, no muy alargada, pero si lo suficiente como para mostrar que al menos se hallaba calmado. Luego, simplemente giro su cabeza a Colette, relajando las manos. ''Pues ya estamos aquí. ¿Te encuentras mejor? ¿Has meditado lo sucedido? ... Bueno. En ese caso, creo que solo queda pedir el helado. ¿De que sabor los queréis? Esta es la mejor heladería de todo Dream Land, así que procurad elegir sabiamente.'' Aconsejo Aleizer, sacando su cartera.
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//PV: 50 - PM: 12 - ATK: 5//

-Fuerza: Notable
-Destreza: Excepcional
-Agilidad: Pésimo
-Constitución: Normal
-Resistencia: Normal
-Carisma: Notable
-Sabiduría: Normal
-Espíritu: Malo
-Raciocinio: Normal

·Debilidades Físicas: Ataques perforantes. Hechicería.

·Armas / Objetos

-Black Keys

Link a la Ficha: http://comandopopstar.foros.ws/t821/aleizer-crawley/

-Marik Ishtar- · Publicado: 11 Dec 2014 4:49 am

"El desarraigo de la sociedad hoy día ante las necesidades espirituales es un problema cada vez más presente, sí." asintió el Padre Marik, susurrando con el mismo tono de voz, entendiendo que había oídos por todas partes, y que naturalmente aquella conversación debía permanecer en el ámbito de lo privado. "Pero viene dándose desde hace siglos. El culto cambia a la vez que la filosofía tras la cual la gente rige su vida. Pero la clave sigue ahí, hermano Aleizer, y es ahí donde se equivoca." puntualizó. "La gente sigue creyendo, porque Dios sigue existiendo. Los poderes divinos son incuestionables. Los milagros se producen día tras día. Las huellas de Dios están ocultas, pero no son imperceptibles. Sólo es necesario tener los ojos para observarlos, el carisma para divulgarlos, la fuerza de espíritu para interiorizarlos. Ese ha sido siempre el trabajo de los hermanos. La transmisión de nuestro credo. El asegurarnos de que jamás se vea extinguido, y de que las sendas y caminos jamás dejen de ser recorridos."

"He hecho mi trabajo." sentenció. "Tenemos ejército, Aleizer. Y puedo conseguir más. Es a lo que me he estado dedicando estos veinte años. Es a lo que el Padre Chapel se ha dedicado estos veinte años. Pero no puedo estar en dos sitios a la vez. No puedo encargarme de todo, y ciertamente no podré estar presente en ambos asaltos. Ni siquiera sé si podré estar en alguno. Necesitamos a alguien en el frente. Alguien que verdaderamente crea en la causa, y me da igual si los motivos son religiosos o personales. Necesitamos que hagas tu trabajo, Aleizer. Nosotros hemos hecho el nuestro."

"No será conveniente un fracaso. Lo entiendes ¿verdad?"

"Podéis contar conmigo. Haría cuanto fuese por proteger a este pueblo y a los niños que viven en él. No seria la primera vez... ... Ademas, unas cuantas tareas antes de retirarme tampoco están tan mal. He de mantener el ritmo a fin de cuentas.''

Complacido, bajó la cabeza en gesto de asentimiento. Le dio una palmada amistosa en el hombro. "Hazlo lo mejor que puedas. Más que eso. Se acercan tiempos difíciles. Decisiones difíciles. Y vamos a necesitar a la Inquisición al completo."

-Colette- · Publicado: 11 Dec 2014 5:06 am

La gente tendía a subestimarla. A subestimar su memoria. A subestimar que pese a que aparentaba quince o catorce años o trece o doce años, que pese a que PENSABA como una niña inocente, también podía hacerlo como una adulta.

...A veces.

¡Pero lo más importante no era eso! ¡Lo más importante era que la gente también subestimaba su oído y sus manos veloces! Recuperó el papel del bolsillo de Aleizer y éste no se dio cuenta. O al menos, pretendió no darse cuenta. Y disimuladamente, lo leyó. También escuchó prácticamente la mayoría, si no toda, de la conversación. No entendía nada. Nada en absoluto. Pero lo recordaría, oh si. Por todos los bollitos de chocolate del mundo, lo recordaría.

Pero bueno, era solo un juego. Recordaba también otras conversaciones raras e inteligibles de adultos, secretas también de esas que te echan o se ponen a hablar en voz baja. Bla bla bla bla bla. En realidad eran aburridas. Pero el recordarlas, el escucharlas, el ser más lista que ellos, el imponerse silenciosamente frente a que la subestimaran, el recordarlo todo aunque no contase casi nunca ninguna de las cosas que oía... La hacía sentirse guay. Vencer. A los adultos. A esos adultos que te miran con esa sonrisita de 'oh jojojo pobre niño insolente'. Es más, estaba segura de que los bebés pensaban igual. ¡De que los bebés se reian DE LA GENTE cuando hacia el tonto, no CON la gente! ¡HUMPF!

''Pues ya estamos aquí. ¿Te encuentras mejor? ¿Has meditado lo sucedido?"

"¡UUGH!" le pegó un susto de muerte. La última frase, maldita sea. ¿HAS MEDITADO SOBRE LO SUCEDIDO? se le clavó como un millar de puñales sobre su pobre corazón. "Eh... no mucho, padre." tuvo que decir la verdad. "Estaba perdida en mis pensamientos..." confesó, con cara arrepentida, pues realmente la había pillado haciendo el tonto otra vez y se sentía culpable.

"... Bueno. En ese caso, creo que solo queda pedir el helado."

"..."

...¿Ehn? Pero... Pero...

OH MIERDA ES CIERTO EL PLAN MALVADO SECRETO DE ALEIZER DE HACER QUE SE LE OLVIDARA TODO HABIA SURTIDO EFECTO OTRA VEZ.

"...Jajaja..." no pudo evitar reirse un poquito de sí misma. Maldito Padre Aleizer, era un genio del mal. Sí que se le había pasado, más o menos. En fin, no era la primera vez que pasaba... todos morían o la abandonaban. Pero al menos tenía gente amable que la quería en el orfanato, y era suficiente para ella. 'Así lo quería Dios' ¿no había dicho?

"...De vainilla." pidió. Notó que el Padre Marik hojeaba la carta. Tiró de su túnica otra vez. "¡Pruebe el de naranja y canela!" le sugirió, recordando qué sabores le gustaban especialmente. A Aleizer no le dijo nada: estaba claro: helado de tofu. Y sí, había. Maldita heladería del paraíso. e.e
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