Comando Pop'Star

Aleizer Crawley

La Iglesia estaba vac�a aquella tarde, aunque se podr�a decir que casi siempre lo estaba.
El viento, susurrante y misterioso, entraba por los ventanales, inundando el edificio con un aroma primaveral bastante agradable. Sin embargo, la brisa iba torn�ndose cada vez mas en corriente. Se pod�a notar en el ambiente, una tormenta se acercaba y de las grandes.

El padre Aleizer se hallaba solitario en uno de los bancos que se usaban para las misas, sentado, acomodado ligeramente y con la cabeza echada hacia atr�s. No obstante, pese a que su cuerpo estaba all�, su mente... no.

Cada d�a que pasaba se le hacia mas pesada su carga. Ser un Sacerdote como �l no era una tarea f�cil, y mucho menos... para alguien de su clase.
En realidad �l jamas fue inculcado para la religi�n. Su padre fue el verdadero constructor de la Iglesia, y el primer Sacerdote de Dream Land. �l, como su hijo, fue adiestrado en... otras ramas muy diversas. Se le ense�o Magia a muy temprana edad, pero no supo llevarla bien, por lo que su padre, conociendo la Hechicer�a religiosa, acabo por entrenarle para realizar Exorcismos y Curaciones de alto grado, cosa en la cual, se especializo bastante.

Si fue introducido en aquella Iglesia fue simplemente por el hecho de que su padre necesitaba ayuda con los ni�os del Orfanato. Si no hubiera sido por eso, estar�a aun aislado, practicando magia como un simple hechicero. Por fortuna no fue as�, aceptando su padre la buena ayuda que �l le daba, d�ndole trabajo fijo.

Con el tiempo, se hizo buen amigo de uno de los Hu�rfanos, Nicholas. Ahora era mas conocido como Wolfwood.
Se llevaban tan solo unos pocos a�os, diez quiz�s, y ya de por si ten�an bastante en com�n. Sol�a leer libros con �l, o simplemente le contaba alguna historia que otra... Tambi�n, mas secretamente, llego a mostrarle algunos libros de hechicer�a y exorcismo tomados de la biblioteca de su Padre. ... Lo cual, al final, le hizo ganarse alguna reprimenda que otra.

Nicholas se convirti� sin duda en su mejor amigo. Incluso cuando �l mismo se enamoro y caso, llegando a tener una preciosa hija... Nicholas segu�a estando all�, apoy�ndole.

Posiblemente... Si no hubiera sido por �l, ya habr�a acabado con su vida har�a mucho. Puesto que... No sent�a absolutamente ganas de vivir. Notaba un vac�o enorme en su interior, y busco en el amor una forma de rellenar ese agujero. Cosa que tampoco consigui�.

Su esposa se suicido, con el pretexto de demostrarle que la muerte no era la soluci�n, y que solo conseguir�a hacerle da�o a las personas que quer�a. ... Pero incluso cuando ella muri�... cuando vio su cuerpo ensangrentado y con el cuchillo en la mano... ... Solo pudo pensar... ... que hubiera querido verla morir.

Aquel mismo sentimiento lo tuvo cuando su Padre muri�, atrapado en el incendio de la Iglesia, provocado, por cierto asesino y secuestrador de ni�os, que hizo estragos en Dream Land a�os atr�s.
Se sent�a un monstruo, alguien que no deb�a existir ni vivir. Pero deb�a hacerlo, ya no solo por... Los hu�rfanos, si no por su amistad con Nicholas, y por el recuerdo distorsionado de su padre y mujer.

Nicholas y �l buscaron venganza, enfrent�ndose al asesino y derrot�ndolo, acabando con su vida como juicio del Se�or. Ojo por ojo, Diente por diente.
No obstante, no se sinti� satisfecho con ello. Al enfrentarse a �l, quiso buscar una forma de rellenar el hueco de su coraz�n, alg�n tipo de emoci�n que le diera vida, o sentido a su vida. ... Pero de nuevo, no lo encontr�.

Fue tan solo... Tan solo al conocer a cierto hombre... cuando realmente sinti� una chispa en su interior, como una llamarada que se estaba iniciando en sus entra�as.
Kayne Ray. Un extranjero que se caso en Dream Land, con una mujer de bastante parecido a su difunta esposa... O al menos, eso le pareci�.

Kayne y �l eran parecidos, �Lo sent�a! �Era id�nticos!. Ambos no ten�an metas en la vida, ambos solo exist�an por el deseo de otra persona... Y ambos estaban vac�os por dentro. Si... Era su igual, su semejante, su reflejo. ... Y con �l se obsesiono, d�a tras d�a, noche tras noche... No hacia nada mas que pensar en �l.

... Hasta que al final... Ambos, se enfrentaron. Aleizer, buscando una chispa mayor, y Kayne, por miedo a Aleizer y a sus intenciones.

... Casi pod�a notarlo en los dedos... El calor del combate, las chispas del metal... Si...
Aquel momento fue lo que le convirti� en lo que era.

Las llamas rodeaban a los dos individuos. Los trozos de madera desperdigados por el suelo hac�an crecer el fuego aun mas, provocando una inmensa humareda alrededor de ellos.
Ambos estaban agotados, asfixiados. Ten�an heridas que en cualquier otro momento se hubieran considerado muy graves, pero sabiendo lo mucho que hab�an aguantado, no eran mas que rasgu�os.

''�Te tengo!'' Grito Kayne, corriendo hacia un lado y apuntando con su pistola a Aleizer, disparando varios tiros directos a su cabeza. Se mov�a incre�blemente r�pido, a la vez que apuntaba con mucha destreza y precisi�n.

Pero Aleizer no estaba para nada indefenso. Movi� las Black Keys justo enfrente suya, cruzandolas, creando una posici�n perfecta de escudo. Las balas fueron bloqueadas al instante por el metal de las hojas, haciendo un sonido chirriante bastante molesto. ''��Eso es todo lo que un Asesino puede hacer?!'' Respondi� como burla, tensando sus piernas para resistir el impacto de las balas.
La cruz que colgaba de su cuello se mov�a violentamente de un lado para otro, presa de la tensi�n que provocaban los impactos.

Kayne paro en seco, levantando una fina humareda de tierra seca y cenizas. Arrojo su pistola actual a un lado, y se llevo la mano al traje, sacando de su interior un rifle de asalto modificado para que tuviera el tama�o de un arma peque�a. ''�Entonces det�n esto!'' Volvi� a gritar, apretando el gatillo y manteni�ndolo pulsado, arrojando en cuesti�n de segundos una r�faga continua de balas.

''�Maldito...!'' El Sacerdote tuvo que arrojarse al suelo, girando sobre si mismo, y echando a correr intentando ponerse a salvo de las balas. Busco con la mirada algo que usar como escudo, hallando una viga suelta que sobresal�a del suelo. R�pidamente se tiro hacia arriba, coloc�ndose detr�s, oyendo al poco el ruido de los disparos chocar contra el acero de la estructura. ''�Adm�telo, Kayne, te encanta esto! �Te encanta el aroma de este combate!'' Grito lo mas alto que pudo, intentando sobrepasar el volumen de los disparos y del crepitar de las llamas. ''Si lo niegas... �Solo estar�as minti�ndote a ti mismo! �Y al Se�or!'' Aleizer miro las Black Keys, una entre cada dedo, apret�ndolas, prepar�ndose. ''�Pues conmigo no hay mentira tuya que valga!''

El chasquido del cargador son�. El arma se hab�a quedado sin munici�n. Kayne la miro decepcionado, aunque con un atisbo claro de rabia y enfado, y acto seguido la lanzo, tal como hab�a hecho antes. ''Yo no me miento a mi mismo.'' Respondi�, tirando de su cintur�n y sacando una granada del mismo. ''Eres tu quien lo hace... Y eso solo te convierte en un pecador mas.'' Y entonces tiro de la anilla, lanz�ndola justo al lado de la viga.

Aleizer se quedo algo asombrado y paralizado al o�r esas palabras, intentando ignorarlas por la fuerza con la que se hab�an dicho. �Como era posible que �l continuara tan fr�o y pasivo como al principio? �Es que no sent�an los mismos sentimientos?
Vio entonces aquel objeto rebotar al lado suyo. Era un hombre de iglesia, pero no idiota, y lo reconoci� al instante, tanto, que su cara cambio a una asustada, levant�ndose de golpe y saltando.

La explosi�n fue grande, pero controlada. Levantando una inmensa humareda y trozos de tierra que se hallaban desperdigados por el suelo. La onda expansiva tiro por los suelos al Sacerdote, golpe�ndole con fuerza y sin compasi�n.

Aleizer tosi� en el suelo, moviendo un tanto las manos para alejar el humo de su rostro, intentando as� respirar mejor. Comprobo en seguida que todo su cuerpo estaba intacto, con tan solo algunas quemaduras en los hombros.
Intento levantarse apoyando el codo izquierdo en el suelo y levanto su espalda... Pero algo le hecho de nuevo contra el suelo, Manteni�ndole as�, medio tumbado y boca arriba. Inm�vil.

Con el pie sobre el hombro de su enemigo, Kayne lo mantuvo indefenso, en una posici�n que mostraba todo su cuerpo levantando, y apunt�ndole con otra pistola directamente a la cabeza. ''Yo no soy tu...'' Murmuro el hombre, con el rostro manchado con sangre propia. ''No soy como tu. ... Tu no tienes nada. No eres mas que un monstruo.'' Continuo, soltando el seguro y llevando el dedo al gatillo. ''... Y es a eso a lo que me he dedicado siempre... ... A eliminar... a los monstruos como tu.''

El sonido del disparo se escucho, pero tambi�n el de la bala rebotando contra una superficie met�lica, perdi�ndose en la tierra.
Aleizer se hab�a levantado en el momento justo, golpeando con el antebrazo a Kayne en el pecho, y atrapando con sus manos el brazo de �l, desvi�ndolo a una posici�n aleatoria.
''Alguien que mata a otros monstruos... No es mas que un monstruo... Cometes los mismos actos de las personas que asesinas...'' Respondi� Aleizer, apretando un poco los dientes y haciendo fuerza para que Kayne no se resistiera. ''As� que... no eres diferente a mi... �Despu�s de todo!'' Aquel grito saco todas sus energ�as, dobl�ndole el brazo a Kayne hacia la espalda, y empuj�ndolo hacia atr�s, d�ndole el tiempo exacto como para recoger las Black Keys y levantarse.

Kayne se sorprendi� al ser contraatacado por su enemigo, oblig�ndose as� mismo a reponerse alej�ndose un par de pasos de �l.

Aleizer se irgui� del todo, estirando sus brazos hacia los lados, provocando que las Black Keys quedaran en perfecta posici�n.

El viento soplo con mayor intensidad, creando una especie de torbellino de cenizas y llamas alrededor de la estructura derruida.
Ambos enemigos estaban preparados, listos para combatir de nuevo... Sin compasi�n, sin siquiera un sentimiento mutuo... Luchaban por ideales distintos, y sus propios estilos de combate lo demostraban as�.

''��Aleizer... CRAWLEY!!'' Grito Kayne, furioso.

''��Kayne... RAY!!'' Imito Aleizer, mostrando una sonrisa satisfecha.

''�AAAHHH!''

''�ARHHG!''

Los dos rivales se echaron el uno contra el otro, en un grito de Guerra que reson� en la distancia y mas all�, acompa�ado de las llamas y del temporal que ten�an encima. Una batalla clim�tica entre dos iguales que difer�an en muchas cuestiones.

Kayne disparaba sin ton ni son a su enemigo, movi�ndose y llegando incluso a usar el arma como cuerpo a cuerpo, intentando golpearle con ella.

Aleizer, por su parte, mov�a sus brazos con destreza infundada, haciendo cortes precisos y mortales en todas direcciones, bloqueando de vez en cuando los disparos que le llegaban.

As� se mantuvieron por un rato, esquiv�ndose y atac�ndose, sin llegar a alcanzarse si quiera...
Hasta que... por un error de calculo, Kayne piso mal, enganch�ndose al suelo, momento el cual Aleizer aprovecho, girando su cuerpo esbelto hacia �l, empu�ando las Black Keys, dispuesto a darle el golpe mortal que buscaba.
... Pero Kayne tambi�n tenia sus ideas. En un movimiento desesperado, agarro la pistola con ambas manos, us�ndola como una especie de escudo improvisado.

Las hojas chocaron contra el metal del arma, y en un primer momento fueron bloqueadas por esta... Pero obviamente aquello no duro mucho. Las Black Keys eran armas afiladisimas, y la pistola de Kayne no estaba fabricada para resistir ese tipo de ataques, por lo que acabo siendo cortada por la mitad... Algo que solo desencadeno lo peor.

El arma al momento exploto, en un peque�o pero potente estallido, que no solo desarmo a Kayne, si no tambi�n a Aleizer, pues sus Black Keys salieron volando a causa de la onda expansiva.

Ahora ambos combatientes estaban sin armas, sin protecci�n, sin nada mas que sus propios cuerpos, aun vivos pese a la intensidad del combate y el rumbo que hab�a ido tomando.
La sangre de ambos corr�a en peque�os hilos por sus cuellos y frentes, y el sudor les empapaba por igual, intensificado por el incre�ble calor de la zona.
No les quedaba otra... Deb�an seguir, usando lo que quedaba de ellos.

Aleizer fue el primero en atacar. Con la sotana de Sacerdote ya destrozada, se pod�a ver perfectamente su ancho y duro pectoral, al igual que parte de los hombros, tambi�n cargados en musculo puro.
El pu�o de aquel siervo de Dios era enorme, como una roca, e impacto sin compasi�n en el cuerpo de Kayne, d�ndole en el estomago.

Kayne abri� la boca a causa del golpe, escupiendo saliva y algo de sangre. Pero pod�a aguantarlo.
En seguida agarro el brazo de Aleizer, haci�ndole una h�bil llave, y girando su cuerpo hacia atr�s, quedando a su espalda. Ah�, aprovecho, y golpeo con fuerza la nuca del Sacerdote, usando su codo y parte del antebrazo.

Ah� fue cuando la batalla perdi� el control...
Aleizer se repuso, gir�ndose, y empezando de nuevo a golpearle en cualquier parte del cuerpo que alcanzaba. Mientras que Kayne le bloqueaba y le devolv�a algunos de sus ataques, usando tanto piernas como manos.

Estaban igualados, much�simo. Tanto, que en ocasiones realizaban el mismo movimiento, provocando que sus patadas chocaran, o que sus pu�etazos se golpearan el uno contra el otro.

Patadas, cabezazos, mas pu�etazos y patadas... Uno, dos, tres, cuatro, y hasta cinco golpes seguidos por parte de Aleizer... Aquello se hab�a convertido en una pelea desesperada, a vida a muerte.
Y as� continuo... A lo largo de unos incre�bles e intensos minutos, en el que los cuerpos de ambos quedaron aun mas destrozados, con huesos rotos, y alg�n que otro da�o en los �rganos.

''Lo ves... Kayne... �Ves que tenia raz�n?'' Anuncio Aleizer, estirando sus brazos en ambas direcciones. ''Adoras esto... Disfrutas peleando contra mi... Y lo �nico que deseas ahora es quitarme la vida con tus propias manos...''

Kayne suspiro, agotado, aprovechando para limpiarse la sangre de los labios y de la que salia de su boca. ''Tal vez... Tengas raz�n con lo ultimo...'' Respondi�, intentando mantener una fr�a e ir�nica sonrisa.
Pero pese a que no lo pareciese, su mirada estaba fij�ndose en cierto punto brillante del terreno, justo al lado de Aleizer... Era la primera pistola que uso en el combate, y la cual hab�a arrojado... dejando una bala en el cargador.
Intensifico un poco su sonrisa, coloco sus pu�os delante, y estiro las piernas. Iba a por �l.

Aleizer sonri� tambi�n al ver aquella actitud de su rival, imit�ndole, limpi�ndose la sangre de los labios. Pero a diferencia suya, el Sacerdote hizo un movimiento mas, agarrando el crucifijo de su cuello y llev�ndoselo a los labios, bes�ndolo con suavidad. ''Solo Dios sera testigo de esta pelea. �l se pondr� de parte del que considere mas justo.'' Aseguro, coloc�ndose en posici�n de ataque.

Ambos contrincantes aguardaron unos segundos, esperando a que sus cuerpos cargasen la energ�a necesaria... Luego se lanzaron a por el otro.

Los ataques de Aleizer constaban exclusivamente de pu�etazos limpios y directos, la mayor�a, directos al pecho y estomago de Kayne.
Kayne, por su parte, buscaba de nuevo la forma de bloquearlos, pero esta vez, quer�a algo mas... Acercarse a aquel arma, sin que Aleizer se enterase.

Cuando su enemigo buscaba alejarse, Aleizer le buscaba, se giraba a donde fuese y le golpeaba aun mas fuerte. Pero extra�amente no hab�a rabia en el rostro del Sacerdote... Solo, disfrute, placer... todo esto resumido en una sola sonrisa que adornaba sus labios. ... Y posiblemente, fueron estas emociones, las que le cegaron y le impidieron ver todo el plan de Kayne.

Y fue ah�, justo en el momento en que Aleizer intento buscarle otra vez, cuando Kayne, en una �gil acci�n, se agacho, tomo la pistola con su mano derecha, y coloco el ca��n apuntando al rostro del Sacerdote justo cuando este estaba con el pu�o levantando en direcci�n suya. Oblig�ndole a parar en seco.

Un tenso silencio se sinti�. Ni el viento lograba romperlo ya.
Aleizer, desarmado y desprotegido, estaba indefenso ante el arma que portaba ahora su supuesto igual. Por primera vez las tornas se hab�an desequilibrado... Y posiblemente, esa vez, seria la ultima.

''Ya esta, Crawley.'' Pronuncio Kayne, con el dedo encima del gatillo. ''Este es el final. No habr� mas despu�s de esto. Y lo sabes.'' Sus palabras sonaban distantes, aun fr�as... Pero con algo escondido en ellas, como un eco lejano... que solo Aleizer sabia reconocer.

''... Tienes miedo... �No es as�?...'' Pregunto de pronto Aleizer, manteniendo su pu�o cerrado, a un par de mil�metros del rostro de Kayne. Si le hubiera golpeado con toda la fuerza e impulso que llevaba, habr�a sido fatal para �l. ''Sientes... Miedo hacia mi...''

Kayne no supo que responder, por primera vez, no lo supo. Se quedo en silencio, paralizado, y realmente aterrado. Aleizer hab�a llegado a lo mas profundo de su mente, hab�a sacado lo peor de �l. ... Y solo el acto que iba a cometer ahora lo probaba.
''... Adi�s, Aleizer.''

El chasquido del arma, y el ruido del disparo rompieron el tenso silencio de una vez. Despu�s de aquello, solo el golpe de un cuerpo caer al suelo se oy�, creando una extra�a paz en aquel reducto de llamas que lentamente se iban apagando.

Kayne miro al cuerpo inerte de Aleizer, pero acabo por desviar la mirada, cerrando incluso los ojos. Se hab�a acabado, pero no lo sent�a as�, era como si Aleizer siguiera all�, ri�ndose, por haberle demostrado algo que seguramente ya sabia desde un principio, pero que no pod�a admitir... por miedo.
Levanto su arma observ�ndola desprecio, y acto seguido la arrojo, justo encima del cad�ver.

Tras eso abandono el lugar, desapareciendo en la lejan�a... Intentando olvidar lo que en esas horas ocurrieron.

...

Aleizer abri� los ojos.
El sonido de las ventanas chocar contra la pared le despert�. Se hab�a quedado dormido, y en todo aquel tiempo, la tormenta ya hab�a llegado hasta all�. El viento entraba y salia con fuerza, moviendo las ropas del sacerdote.

''... Ahm...'' Bostezo ligeramente, levant�ndose. Se notaba raro, h�medo... Y entonces se dio cuenta, estaba sudado, bastante, incluso algunas gotas aun corr�an por su cuello, d�ndole una sensaci�n fr�a. ''... A este paso voy a enfermarme.'' Murmuro, avanzando r�pidamente a las ventanas, cerr�ndolas con toda la delicadeza que pudo usar.

Aquel sue�o... No, mejor dicho, aquellos recuerdos... �Tan importantes eran para �l? �Tanto se hab�a obsesionado con ellos? Hm, posiblemente... Si.
Aleizer se quedo de pie, plantado en medio de la Iglesia, pensativo. ''Me pregunto... que hubiera pasado si hubiera sido yo el Ganador...'' Pens� en voz alta, estirando sus manos delante de �l, mir�ndolas. ''... No soy mas que un monstruo, �Verdad?''

''�Padre Aleizer!'' Una voz son� en la entrada de la iglesia, una voz infantil pero cargada de �mpetu.

El Sacerdote sinti� como su espalda se estiraba de golpe, por la sorpresa mas que nada. Sacudi� su cabeza y compuso la mejor sonrisa que supo poner, gir�ndose.
Se trataba de uno de los hu�rfanos, Kimi. Era un ni�o de tan solo 11 a�os, bastante activo y aventurero... Le recordaba en especial a Nicholas de peque�o.
''Buenas tardes, Kimi. �Venias a preguntarme algo?'' Sugiri�, avanzando hacia el ni�o, con las manos entrecruzadas en la espalda, pose caracter�stica suya.

''�Buenas tardes padre!'' Saludo, aunque en seguida neg� repetidas veces con la cabeza. ''No, no, no. �La madre Margaret me ha pedido que le diga, que vaya al Orfanato un momento! �Es para un asunto muy raro rar�simo!'' Aseguro el ni�o, moviendo sus brazos agitadamente, lleno de energ�a.

Aleizer asinti� entonces, coloc�ndose al lado del peque�o chico y posando su amplia mano sobre la cabeza del mismo, rascandosela amistosamente. ''Entonces no la hagamos esperar. Si no, podr�a enfadarse y dejarnos sin cena a los dos, �No te parece?'' Bromeo, sonriendo un poco mas.

El ni�o asinti� muchas veces, componiendo una amplia sonrisa, justo antes de salir corriente por la puerta de nuevo, saliendo de la Iglesia rumbo al Orfanato.

...

La brisa le golpeo directamente el rostro, sacudi�ndole los cabellos en todas direcciones.
Ese era su destino... Ese era su hogar. Jamas deb�a olvidarlo. �l no tenia el derecho a salir por el mundo como Nicholas hizo, y tampoco a fundar una familia como su padre hizo. ... Es mas... Su propia hija le odiaba.
�Que le quedaba a parte de aquella iglesia y aquellos ni�os? Nada.

El sacerdote hecho a andar, cerrando las puertas de la iglesia tras de si. Tras eso, avanzo directo al edificio del Orfanato.
''Tenias raz�n, Kayne...'' Murmuro para si mismo. ''No somos iguales... Jamas lo hemos sido...''

''Y yo solo he pecado al creer que si.''

Aleizer se adentro en el edificio, recomponiendo su sonrisa y sus aires de sacerdote amable... Pues tal vez era una mentira, pero era una mentira agradable.
... Los monstruos como �l deb�an estar atados... Encadenados a una falsa realidad... Si no, solo le quedar�a una opci�n... La muerte que ahora tanto tem�a.
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//PV: 50 - PM: 12 - ATK: 5//

-Fuerza: Notable
-Destreza: Excepcional
-Agilidad: P�simo
-Constituci�n: Normal
-Resistencia: Normal
-Carisma: Notable
-Sabidur�a: Normal
-Esp�ritu: Malo
-Raciocinio: Normal

�Debilidades F�sicas: Ataques perforantes. Hechicer�a.

�Armas / Objetos

-Black Keys

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