Comando Pop'Star

Lilith

En un posible futuro...

Angra Mainyu se encontraba apoyada en la valla que separaba la ingrávida ciudadela de aquel exterior desolado: el País Arcoiris. Agarrada a los barrotes, miraba perdidamente en dirección al punto más lejano... la Fuente.

Un suspiro se escapó de sus labios. Recordó por un instante lo que fue en su momento aquel lugar. Antes del conflicto, antes de la Guerra, antes... antes de que ella, cargada de rabia, posase las manos sobre aquel territorio virgen, contaminandolo para siempre...

Volvió a suspirar. Con algo de fuerza apretó el frío metal, cerrando sus ojos lentamente. Sí... El País Arcoíris, la Fuente de los Sueños... Un lugar de ensueño, mágico y agradable. Un lugar al que muchos se aventuraban para alcanzar pronunciar su deseo más acérrimo frente a la Fuente, esperando que se cumpliese. Deseos de paz, de tranquilidad, de amor y cariño...

“…”

Pero ella... mujer a la cual le dieron el título de Todo el mal del mundo... ¿Qué deseo iba a tener? Pidiese lo que pidiese, estaría corrompido... infectado... Y el día que se plantó frente a la fuente, rezando porque sus ilusiones se cumpliesen, y nada ocurrió... todo quedó claro. Muy claro.

''¿Sabes lo más triste de vivir aquí? ¡Que nunca pasa nada!'' Dijo de pronto una voz algo infantil tras la mujer, cosa que la hizo reaccionar, abriendo los ojos.
''¿Y qué te gustaría que pasase...?'' Preguntó Angra Mainyu, girando su cuerpo, y viendo entonces a aquella criatura pequeña, que desde siempre la había acompañado y ayudado, sirviéndola, tanto como asistente como amiga. ''¿Eh, Nuumuh?''
''No lo sée...'' Contesto Nuumuh flotando de aquí para allá, muy tranquilamente. ''Tal vez una fiesta... ¡O un juego! ... No se. ¡Pero estoy harta de esta... esta...! ¡¡Esta monotonía!!''

Angra sonrió un poco al verla así dando un pequeño salto para colocarse junto a ella en el aire.

''Y yo también, Nuumuh, yo también... Ay...'' Se llevaba sintiendo mal desde hacía tiempo, pero ya no solo por aburrimiento, sino por tristeza. Quería sentirse feliz otra vez. Alegre, distraída. Y allí, en ese mundo Amargo y Sombrío lo único que podía hacer era esperar, esperar y esperar...

¿Pero que otra cosa le quedaba? Su marido le había aconsejado no hacer cosas raras, y él siempre estaba ocupado con sus asuntos, igual que los otros dos... Sólo tenía consigo a Nuumuh.

''¡Ni siquiera esta sala me entretiene ya! Flotar es divertido, pero... ¡¡ABURRE!!'' Siguió diciendo la niña, corriendo de vez en cuando por las paredes, aprovechándose de la falta de gravedad que ese salón ofrecía.

''Hm...'' La mujer se quedó pensativa allí arriba, moviéndose de vez en cuando para no quedarse boca abajo.

Algo que hacer... Algo que hacer... Le apetecía ver la luz del día otra vez, sentir la brisa tibia, y el aroma del bosque... Pero ir así como así al Pasado era algo estúpido, necesita un motivo, una razón... Algo como... ... como...

''...''

... Su cuerpo se quedo totalmente paralizado en el aire, tenso, mas de lo normal... Y poco a poco, una siniestra sonrisa se dibujo en su boca... Iluminandosele los ojos aun mas...

''Nuumuh...''

La Sirvienta reaccionó en seguida, subiendo la cabeza hacia su ama. ''¿Hm? ¿Que ocurre?''

Cientos de imágenes y sonidos inundaron la cabeza de Angra Mainyu... Las escenas de muerte y destrucción... Los gritos y los llantos... Miedo, terror, pánico... Rabia, ira, odio... Y al final del todo, una única imagen, una única... figura. Imponente, enorme, gigantesca... Y sobretodo, terrorífica.

Ella misma...

''¿Cuánto tiempo hace del último Juego?...''

''...'' Nuumuh en un principio se quedó callada, mirando a la mujer fijamente. Tal vez fuera pequeña, y tuviera una actitud infantil, pero si su ama le preguntaba eso, y justamente con aquel tono, no era precisamente por simple curiosidad. ''... En un mes harán los 200 años...'' Acabó contestando con una voz... que no revelaba miedo o intimidación alguna. Solamente, y por increíble que pareciese... parecía emocionada.

''Oh... ¿Ya? Que rápido pasa el tiempo...''

¿Era quizás el destino? ¿O simplemente su reloj biológico lo dictaba así? Ya se había cansado de estar así, ya se había cansado de aburrirse y frustrarse... Ahora era el momento de descargarlo todo. Una vez más. Había llegado su oportunidad.

Nuumuh no tardó mucho más en bajar hasta al suelo, ahora sonriendo de una forma parecida a su ama. Ella también se encontraba igual, y tener la oportunidad delante de sus narices, la alegraba muchísimo... más que cualquier otra cosa.

''Entonces... ¿Voy a decírselo a los demás? ¿Preparo los anillos?'' Preguntó ella, con voz rápida y veloz.

... Pero no hubo respuesta por parte de Angra... Sólamente... Risa.

''Ji... Jiji... Jajaja... ¡Jajaja...!''

La oscuridad cubrió lentamente a la mujer, envolviendola en un manto de sombras uniformes que resaltaban todavía más las marcas de su cuerpo... Su sonrisa se estiró un poco, y sus ojos se abrieron también... convirtiendo su rostro en una imagen digna de la más terrible inocencia... Una inocencia que causaba más miedo que tranquilidad... una inocencia que no traía nada bueno consigo... una inocencia... que a fin de cuentas... encajaba muy bien con ella.

''... Ve al Pasado... Prepara el escenario y busca a unos participantes dignos de mi presencia. Muy pronto daremos por iniciado el Decimotercer Another Heaven... De una vez por todas.''

El anterior Juego acabó resultando en fracaso... La había dejado en ridículo, y avergonzada durante mucho tiempo. Esa fue la causa de su actual encierro. Pero ya no solo se trataba de si misma, sino de lo que su marido pensase. ¿Se opondría? ¿Intentaría detenerla? Por supuesto... ... No obstante... Ya se le ocurriría algo para mantenerlo a raya, o al menos, algo para que no le estorbase su entretenimiento.

Total... A los Dioses no se les puede reprimir nada, ¿Verdad?

Nuumuh se había quedado paralizada, mirando fijamente a su ama. Verla así, una vez mas... Era algo que ella esperó con ansia, y solo por eso, cumpliría su cometido con más ganas que nunca. Los Anillos, el Terreno, y los Participantes. Lo organizaría todo, y lo tendría todo listo para el aniversario. ''Será una gran fiesta... ¿A que si?''

La oscuridad acabó por rodear a Angra Mainyu como si se tratase de un bonito velo negro, y pese a que sus ojos estaban también cubiertos por esta sombra, el brillo de ellos se seguía haciendo visible, muy, muy visible...

''Por supuesto... Vamos a darles a esos mortales la mayor fiesta de sus vidas...''

Un enorme ruido, como una explosión, se escuchó por fuera de la ciudadela, en el exterior, y cuando Nuumuh desvió su vista hacia la cristalera, sonrió todavía más.

Mucho tiempo atrás, la Fuente de los Sueños se alzaba allí, fascinante y extraordinaria, manteniendo iluminado aquel territorio frío y helado... Pero eso fue en el pasado. En un pasado muy, muy lejano... Cuando Angra Mainyu aun era humana... cuando aun tenía un corazón cálido que latía... y cuando aun... esa sombra que ahora habitaba su interior... no había posado sus manos sobre ella.

Sí, País Arcoíris seguía disponiendo de su Fuente, una fuente maravillosa, imponente y colosal, e incluso capaz de conceder deseos.

...Pero no era ni de lejos la Fuente de los Sueños. Para nada...

No, lo que ahora allí habitaba era una Fuente de Sueños Rotos, de Pesadillas, de Sangre y de Lágrimas... Un recipiente que contenía todos los Males de este Mundo... Sin excepción... Y su nombre, dejaba claro lo importante que era para Angra...

La Gran Urna