Se recomienda utilizar un navegador compatible con el estándar html antiguo para la correcta visualización del foro. Tenemos constancia de que Google Chrome y Opera Next no funcionan correctamente con el foro, particularmente con texto a scrolling vertical. Una alternativa aconsejable del mismo motor es Comodo Dragon, que si es compatible. También podéis usar Mozilla Firefox.
Actualizado el avatar y la primera imagen de la firma de Bastet, ahora las dos imagenes tienen mejor calidad y el avatar es más grande. ¿Que esto no es una noticia realmente? Eeh... uh... bueno...
¡Así es! ¡Las nuevas criaturitas más tiernas de la galaxia ahora están disponibles en la Tiendita de Mascotas de los Horrores!
¿Curioso nombre no? Que no os engañe, este pequeñín no es un horror para nada. Un animalito de lo más mono y cariñoso, un energético compañero que alegra a tanto niños como ancianos.
Por ahora han tenido un especial impacto en los habitantes de la Isla del Helado, que adoran sus nuevas mascotas. ¡Pero no faltará mucho para que estén por todo Pop'Star!
¿Qué esperas para conseguirte el tuyo propio? ¡Al escribir esto tengo el mío dando vueltas en mi pierna y lamiendo mis pies, es tan juguetón! ¡Pasaos cuando queráis por la galería de los Edificios Mantequilla, y no se arrepentirán!
Evento Actual
Crucero Star Ship
¡Sean todos bienvenidos al Star Ship! Disfruta de un relajante viaje paradisíaco a bordo del más exótico crucero de Dreamland, a través de las hermosas aguas del Océano Naranja. ¡Dado que es la innauguración, las entradas cuestan la mitad de su precio normal!
El General Drake de los Shadow Riders ha sido un misterio durante años. Generalmente pasivo, encerrado en su habitación de la base con sus propios asuntos, se ha vuelto más activo en los últimos tiempos.
Tomando una participación en la odisea en la Fábrica, dándole traumas a Luminary Knight que definitivamente aumentaron su carácter para ser Luminary Umbrae o incluso organizando su propia investigación oceánica con la ayuda de la mismísima Princesa del Mar, por "motivos académicos" y con un nombre falso...
Pocas veces se ha visto a este hombre actuar, y muy pocos saben qué se trae entre manos y cómo reacciona ante las diversas situaciones. Sin embargo ese misterio es el que nos mantiene aún interesados en este personaje y los secretos que puede guardar. Por el momento, le daremos este pequeño homenaje acompañándonos durante todo marzo. ¡Felicidades Drake! Y que lo que tengas en mente no acabe con demasiados muertos...
Publicado: 30 Apr 2013 2:27 amTítulo del mensaje: Mi Príncipe Azul
{Al igual que en Paseo Nocturno, puede entrar cualquiera en este tema a espiar el culebrón}
La habían descubierto. Los de La Sombra la habían descubierto.
Ahina lanzó un par de bolas de agua a sus perseguidores, tratando de ganar tiempo y acortar la distancia que los separaba. Normalmente habría sencillamente echado a volar para eludirlos, pero había visto sus armas, y sabía que sería un blanco fácil así. Si la alcanzaban, la atraparían. Ya le había pasado una vez. Y tardó miles de años en escapar. Miles. De. Años.
No tenía forma de contrarrestar su tecnología de Sombra. Su magia de Sombra. Ellos eran su punto débil, y la habían pillado desprevenida. ¿Cómo se habían dado cuenta? ¡Se había disfrazado, maldita sea! ¡Ni siquiera había expuesto sus poderes! Alguien debió haberlos avisado... alguien les dijo qué tenían que buscar exactamente.
¿Pero quién? ¿Quién, maldita sea? ¿Quién sabía que tras aquella apariencia se escondía la mismísima Diosa del Mar? ¿¡Quién!? Una imagen le vino a la mente a Ahina entonces. Lilith. Su Ángel de la Guarda. Ella la había visto transformarse. ¿Pero por qué? ¿Por qué la traicionaría? ¿Por qué se tomaría tantas molestias en 'despertarla' para después delatarla? No tenía sentido. No podía ser ella.
Reprimió un grito de sorpresa cuando vió que había tomado el giro equivocado. Se había metido en un callejón sin salida. "¡Maldita sea!" gritó. No conocía aquella ciudad. No conocía aquel mundo. Se planteó volar hasta los tejados, pero entonces sus perseguidores la alcanzaron...
Estaban ataviados con unas largas túnicas rojas, y ocultaban sus rostros en máscaras blancas. No habían vestido así la última vez que la atacaron, pero sí que llevaron esas malditas máscaras.
"¡La tenemos!" exclamó uno. "¡Por la Balanza, la tenemos!"
"No bajes la guardia. Es un monstruo" dijo el otro. "Acabemos con esto rápido."
"¡Me van a ascender! ¡Oh equilibrio, me van a ascender!" exclamó el primero, mientras se acercaban. "Aún no puedo creerme que realmente estemos frente a la Tirana de Atlantis."
"Creo que es hora de volver al mar, Terrible Torbellino." dijo el segundo. Ahina hizo una mueca, y le echó una mirada asesina. Intentó conjurar un tsunami, pero la dispararon con aquellas extrañas armas electrificadas, las mismas que usaron la última vez. "IIIIH... ¡AAAAAAAAHH!" gritó la chica.
//50 daños// //50 daños// //50 daños//
El dolor de la elevadísima descarga había interrumpido su concentración por completo e impedido ataque alguno de la mujer. Dándoles a los encapuchados el tiempo necesario para atacarla. La estamparon contra la pared //50 daños//, con aquella extraña Magia de Sombra, la misma que usaron la última vez.
//50 daños// //50 daños// //50 daños//
"¡¡KYAAAAAAAAAAAAAHH!!"
Bajó la cabeza y apretó fuertemente los dientes. Los llorosos ojos de Ahina estaban llenos una ira y un odio verdaderamente intensos, parecía un auténtico demonio a punto de estallar. Con toda su fuerza de voluntad, empezó a mover su tembloroso brazo muy lentamente, en dirección a aquellos encapuchados.
"¡¡Sube el voltaje!! ¡¡SUBE EL VOLTAJE!!" gritó inmeditamente el segundo encapuchado. Podía verse el terror en sus ojos detrás de la máscara. Su compañero dudó por unos segundos, pero accionó la palanca y subió el voltaje hasta la máxima potencia.
Crucificada, sumida en continuas descargas eléctricas de miles de voltios, vomitando sangre, incapaz siquiera de moverse para contraatacar, Ahina no podía hacer otra cosa que gritar, gritar del profundo y horrible dolor que sufría.
//800 PV - 650 = 150 PV// _________________
~//PV: 800 ATQ: 70 PM: 100//~ ~Armas~:Tridente ~Debilidades~:La electricidad. La Magia de La Sombra. La Magia Estelar concentrada. ~Características~: ~Fuerza~: Normal ~Destreza~: Excepcional ~Agilidad~: Notable ~Constitución~: Mala ~Resistencia~: Normal ~Carisma~: Excepcional ~Sabiduría~: Notable ~Espíritu~:Sobrenatural~Raciocinio~: Notable
Pasar desapercibido, esconderse, ocultar su identidad... Eran cosas que Harald desconocía por completo, y aun siendo de día, el antaño Rey de Héroes, iba recorriendo los tejados de aquella ciudad en Océano Naranja, con su brillante armadura, como si fuese lo mas normal. Iba de balcón en balcón, subiéndose incluso a las farolas, y permaneciendo alli unos varios minutos, para alcanzar la vista que tanto deseaba.
''¿Que demonios es todo esto?'' Dijo con ímpetu, observando sus alrededores. ''¿¡Que demonios es toda esta basura!?'' Recién salido de aquel Palacio subterráneo, Harald estaba empezando a ver el nuevo mundo... Muy distinto al que él recordaba. Y eso, como no, le enfurecía muchísimo. ''Estas casas... Construidas por doquier, ¿¡Sin ningún permiso mio!? ¡¡¿SIN MI PERMISO?!! ... ¡Tsk!''
Aborrecía lo que le rodeaba. Odiaba en lo que se convirtió su posesión mas preciada. Y las gentes que vivan allí... Aquellas a las que él les hecho el ojo... No eran mas que Perros sin honor, y espíritu. Nada comparable a su época, donde sus súbditos eran personas fuertes, capaces de tomar todo lo que quisieran, siempre y cuando, su Rey les diese permiso. Aquello era lo que él recordaba. Su paraíso. ... Pero esto... Era mucho peor que el infierno.
''¿Cuantos años han pasado? ¿3000? ¿4000? ¿5000? ¡Tsk! Pensé que ni en millones de años se olvidarían de mi. Pero lo han hecho. Ni estatuas, ni cuadros... ¡Nada que me represente! ¡Nada que me recuerde como amo de este Mundo!'' Y eso era al final lo que mas le ofendía... Pues había visto esos textos en papel llamados periódicos, y esas cajas con luz dentro llamadas Televisión. En ambas se hablaba de Lideres, Presidentes, Gobernantes... E incluso otros Reyes. Gente que había reclamado lo que era suyo. Gente... Que si tenían un nombre mas acorde, era el de meros ladrones.
''Ignorando y olvidado... Sustituyendo mi tesoro, por esta baratija hecha de meros mestizos, usurpadores, e imitadores. Hmf. ¿Y era a mi al que acusaron de egolatría? ¿Al que los Dioses castigaron con un diluvio? ¿¡Al que los Dioses castigaron con la muerte de su... Compañero!? ¡AGH! ¡Malditos sean los Dioses...! Solo me quitaron del medio, para seguir castigándome... ¡CON ESTO! ¡Con esta horrenda y sucia visión!''
Mientras hablaba y gritaba solo, continuaba su camino por la ciudad, sin pisar ni una sola vez el suelo. ''Pero me las pagaran... Tanto ellos, como la gente de este mundo... No se como... Pero así sera. Les haré saber... ¡Que el Rey de Héroes! ¡¡EL REY DE REYES!! ¡HA VUELTO PARA TOMAR SUS TESOROS! ... ¡Pues solo yo tengo el derec-! ... ¿Y ese ruido?''
A sus oídos llego ese extraño sonido. Un chisporreo vacío, muy fuerte, que se oía tan solo a unos pocos metros. ... Si se hubiese tratado de otra cosa, lo habría ignorado. Habría dado por sentado que era otro de esos molestos sonidos del mundo moderno. Pero no... No era el caso. Pues... Ese simple chisporreo, le traía a la mente un mal recuerdo... Demasiado profundo para tratar de olvidarlo.
''... Enkidu...'' Su querido y amado compañero... Asesinado por los celosos Dioses, y su afán por amargarle la existencia. Y con aquello, lo lograron... Demasiado bien. Pues eso fue lo que al final desencadeno en su propia muerte... ''... Tsk... Pero eso no tiene nada que ver ahora... Es ese sonido, lo que me escama algo'' Era cierto, pues ese mismo sonido, chisporreante... eléctrico... y... repetitivo... Lo había escuchado en el momento que su amigo cayo. Y se había quedado tan dentro de sus oídos, que el oírlo ahora, hasta le daba escalofríos.
''¿Son ellos entonces? ¿Es eso posible?'' Pero la pregunta ni siquiera tenia un sentido, pues cuando la soltó por su boca, ya se estaba dirigiendo al lugar, plantándose finalmente sobre una alta farola, desde donde podía ver el panorama de forma casi perfecta. ''Maldita sea... ¿De donde viene? Esta cerca, pero... ... ¡Ah! ¡Ahí!''
Al este, en un callejón, aislado del resto de la calle, podía vislumbrar claramente a unas cuantas figuras cubiertas en rojo, con lo que parecían ser, unas mascaras tradicionales blancas. ''...'' Viéndolos ahora, no podía saber con claridad si eran o no los que asesinaron a su compañero... Pero algo estaba claro... Se encontraban atacando a alguien mas. Era una joven, de cabellos azulados, acorralada por esas figuras, y por supuesto, siendo atacada con esos rayos por estas.
''... Agh...'' Un chasquido de rabia se escapo de su boca, seguido de un fuerte temblor por todo su cuerpo. Dos sentidos diferentes se entremezclaron en su mente. Uno... El propio enfado del recordar tal tragedia relacionada con su compañero Enkidu. Dos... La propia Justicia del Rey... Y si con un solo sentido Harald podía ser inestable... Con dos, su razón, prácticamente se perdía.
''¡HEY, VOSOTROS!'' Les grito desde su posición, cruzándose de brazos, y clavando sus rojos ojos en ellos. ''¡¿SE PUEDE SABER A QUE JUGÁIS?! ¡Atacando a una Dama desarmada, usando métodos despreciables, y ocultando vuestros rostros! ¡¡Y TODO SIN MI PERMISO!!''
Decenas de luceros, radiantes como el mismo Sol, aparecieron a la espalda del Rey Dorado, dándole una imagen mucho mas esplendida y divina de lo que ya era. Pero poco a poco... Lo que parecía ser un bello cuadro, se transformo en algo mucho mas afilado y peligroso, cuando de esos círculos de luz comenzaron a salir ... Armas.
Sables, lanzas, hachas... Cualquier arma con filo era aceptada ahí, y cada una, parecía ser mas mortífera que la anterior. De distintos colores y tamaños, con adornos, que dejaban claro el valor que tendrían.
''Jamas haría uso de mi Tesoro con Perros como vosotros. Pero hoy me habéis pillado de mal humor, ¡Mestizos!. Así que llorad y disfrutad por igual. Porque la muerte que sufriréis... A la par que cara... Sera muy dolorosa''
Las Armas en los luceros comenzaron a temblar, igual que misiles a punto de ser disparados contra su objetivo. ''¡Yo, Harald Ballad, Rey de Babylonia y Amo indiscutible de todos los tesoros que habitan este Mundo, os condeno... A la pena Capital!'' Un profundo sonido metálico comenzó a vibrar en los oídos de los allí presentes, llegando incluso a romperse el cristal de la farola, temblando aun mas.
''Y ahora hacedme el favor de ser buenos Perros...''
''Y morid de una vez.''
-Fuerza: Notable / Excepcional / Pésima
-Destreza: Normal / Normal / Normal
-Agilidad: Normal / Normal / Normal
-Constitución: Normal / Normal / Mala
-Resistencia: Normal / Notable / Normal
-Carisma: Excepcional / Normal / Notable
-Sabiduría: Pésimo / Pésimo / Notable
-Espíritu: Notable / Notable / Normal
-Raciocinio: Malo / Malo / Excepcional
·Debilidades Físicas:Golpes Físicos. / Ataques Perforantes. [Armadura] / Hechizos o Ataques de Luz. Luz Solar. Daños en la cicatriz del cuello.
·Armas/Objetos:
-Ea - Espada de la Ruptura
-Enkidu - Cadenas del Cielo
-Cuchillos
·Guardian Force:
-Fuerza: Excepcional
-Destreza: Notable
-Agilidad: Notable
-Constitución: Normal
-Resistencia: Normal
-Carisma: Malo
-Espíritu: Pésimo -Sabiduría: Normal
-Raciocinio: Normal
Estaba desfalleciendo, a punto de desmayarse y caer inconsciente. Sabía que si lo hacía no volvería a despertar, pero... ¿qué podía hacer?
¿Qué podía hacer, si estaba indefensa? Era débil, en el fondo era débil, y ella siempre lo había sabido. Apenas llevaba unos meses en libertad, y ya la habían capturado. No era nadie, no era nadie por sí sola...
Dejó de gritar, porque ya no tenía voz. Sonrió para adentro, qué patética resultaba ahora. Ella, la Reina de Atlantis, la Princesa del Mar, la Diosa de los Océanos. Apenas había resurgido (dos veces) y ya había vuelto a caer... Maldijo su mala suerte, y se reprochó no haber sabido actuar, no haber previsto una defensa contra La Sombra.
Sentía cómo las fuerzas la abandonaban. No tardaría en caer. En fin, había sido agradable mientras duró. Había saboreado la libertad, aunque fuera solo unos meses, y había conseguido escapar de su prisión. Había roto la caracola, había creado un ejército de duendes marinos...
Esperaría. Aguardaría durante miles de años, como ya habia hecho antes. Podía hacerlo. Después de todo, era inmortal. La única forma que tenían de vencerla era destruyendo su voluntad, y eso jamás ocurriría. Había estado a punto de quebrarse, a punto de perder la voluntad de vivir para siempre. La Sombra casi había ganado la partida, casi. Pero cuando parecía que no había luz al final del túnel, Lilith apareció y la salvó. Le prometió un Príncipe Azul, alguien que cuidaría de ella, que estaría con ella para siempre. ¿Por qué.... por qué no había aparecido ese príncipe... su príncipe? ¿Es que acaso no era digna de él? ¿Es que acaso era una fantasía? ¿No iba su Ángel de la Guarda a cumplir su promesa?
-Lilith... Lilith... ¿dónde estás? ¿Dónde está el Príncipe Azul que me habías prometido? ¿...Por qué? ¡¿Por qué?! Yo... yo sólo... quería ser feliz como mujer...-
"Li... lith..." murmuró, con un hilo de voz, como si la llamara.
Su visión empezaba a hacerse borrosa. Veía una luz. Veía una luz al final del túnel. ¿Era ése el final? ¿Estaba muriendo? No... ¡no! ¡Ella era inmortal, ella era una diosa! ¿Es que iba a acabar así de verdad? Lágrimas brotaron de sus ojos, nublando su vista aún más. Empezó a ver una silueta entre las luces... pero no sabía si estaba empezando a ver alucinaciones. Era la silueta de un hombre... un caballero de brillante armadura...
"¡Yo, Harald Ballad, Rey de Babylonia y Amo indiscutible de todos los tesoros que habitan este Mundo, os condeno... A la pena Capital!"
Aquello la despabiló por completo. Abrió mucho los ojos, sorprendida. ¿Había oído bien? ¿Era real? ¡Era real! ¡Su príncipe! ¡Su Príncipe Azul! Lo supo entonces, lo entendió todo al instante. Supo que aquello había sido orquestado por su querido Ángel. ¡Había avisado a La Sombra para que éste pudiera encontrarse con ella, rescatarla de las garras del villano en un brillante fulgor! ¿Qué mejor forma de conocerse? ¿Qué mejor forma encontrarse Príncipe y Princesa?
¡Decenas, cientos de espadas, hachas, lanzas y alabardas surgieron de aquellas luces detrás de aquel hombre, y salieron disparadas en dirección a las asquerosas sabandijas de La Sombra! No tuvieron oportunidad alguna, murieron empalados y atravesados por aquella lluvia de armas, de la forma más horrible y deliciosa que Ahina jamás hubiera presenciado en mucho tiempo. Ni una sola, ni una sola de aquellas armas rozó siquiera a Ahina.
Cuando el último aliento abandonó los cuerpos de aquellos hombres enmascarados, el control sobre Ahina desapareció, y las descargas cesaron. Se encontraba aturdida y débil, pero estaba ilesa. Se le había caido la capucha a los hombros, y lentamente, empezó a caer también ella por el peso de la gravedad, pues la magia que la había mantenido pegada y crucificada había empezado a esfumarse. _________________
~//PV: 800 ATQ: 70 PM: 100//~ ~Armas~:Tridente ~Debilidades~:La electricidad. La Magia de La Sombra. La Magia Estelar concentrada. ~Características~: ~Fuerza~: Normal ~Destreza~: Excepcional ~Agilidad~: Notable ~Constitución~: Mala ~Resistencia~: Normal ~Carisma~: Excepcional ~Sabiduría~: Notable ~Espíritu~:Sobrenatural~Raciocinio~: Notable
Disparadas como misiles, se clavaron en sus objetivos a una velocidad que parecía de fantasía. Obviamente, ninguno sobrevivió. Eran armas de una antigüedad tan grande como su peligro. Espadas, lanzas, hachas... Tesoros que pertenecieron a Héroes del pasado, Herramientas de destrucción que permanecieron ocultas durante siglos, Joyas... que solo los Dioses y sus divinas manos eran capaces de construir. Y todas y cada una de ellas, eran de su propiedad. Dignas únicamente... del Rey de Héroes.
''¡Tsk! Ni vuestras muertes han sabido satisfacerme'' Soltó al ver los cadáveres, empalados y destrozados, con las armas aun encajadas en sus carnes. ''Pero este ha sido el precio por desafiarme, perros. La próxima vez... En otra vida, espero que lo recordéis mejor.''
Harald dio un simple y elegante salto, bajando primero a un tejado, y luego al suelo, en todo momento, con la misma pose elegante del principio. Cruzado de brazos, con la espalda recta... Y con una mirada cálida, pero fría a la vez. Y así, lentamente, comenzó a andar por el callejón, acercándose a donde estaba recostada Ahina.
''Atacar a una mujer sin posibilidad de defenderse. Y encima a sangre fría. Que atrevimiento...'' Fue murmurando mientras andaba, y de golpe, movió su brazo derecho a un lado, haciendo que todas las Armas se desvaneciesen en un polvo dorado. ''Tal vez, manchar mis tesoros con esta sangre de mestizo halla sido un deshonor para mi. No obstante... Si debía elegir entre esto, y el marchite de una bella flor. Elijo esto'' Recito, con un tono poético y tranquilo, plantándose finalmente, a tan solo dos metros de la mujer.
Visto de cerca, la figura de Harald era aun mas imponente. Su armadura, hecha a medida, y pulida por cada milímetro, parecía emitir un brillo propio, como el mismo sol. Su bello rostro... De piel tersa y pálida, no era para nada humano, pues apenas tenia ninguna imperfección. Y finalmente... Sus cabellos. Peinados hacia arriba, como una llamada dorada, que ondeaba suavemente con el movimiento del viento. Aunque claramente... Lo que mas destacaba en él al mirarle, eran... Esos ojos rojizos, de pupilas alargadas... Tan profundos.
''No se que clase de asuntos os ha llevado a acabar así. Ni se la razón de porque os estaban atacando. Pero las razones poco importan cuando se incumplen las leyes. Y mas si son las mías.'' Pronuncio Harald con firmeza, aunque entonces, estiro una de sus manos hacia la joven, tendiéndosela. ''Pues atacar a un bello Lirio como es vos... Claramente es un crimen, que solo se puede pagar con sangre'' _________________
-Fuerza: Notable / Excepcional / Pésima
-Destreza: Normal / Normal / Normal
-Agilidad: Normal / Normal / Normal
-Constitución: Normal / Normal / Mala
-Resistencia: Normal / Notable / Normal
-Carisma: Excepcional / Normal / Notable
-Sabiduría: Pésimo / Pésimo / Notable
-Espíritu: Notable / Notable / Normal
-Raciocinio: Malo / Malo / Excepcional
·Debilidades Físicas:Golpes Físicos. / Ataques Perforantes. [Armadura] / Hechizos o Ataques de Luz. Luz Solar. Daños en la cicatriz del cuello.
·Armas/Objetos:
-Ea - Espada de la Ruptura
-Enkidu - Cadenas del Cielo
-Cuchillos
·Guardian Force:
-Fuerza: Excepcional
-Destreza: Notable
-Agilidad: Notable
-Constitución: Normal
-Resistencia: Normal
-Carisma: Malo
-Espíritu: Pésimo -Sabiduría: Normal
-Raciocinio: Normal
Lentamente, pues, cayó la chica al suelo, sin fuerzas. Vió como aquel caballero bajaba ágilmente a través de los edificios en dirección hasta ella. Bajó la cabeza, y apresuradamente se quitó la sangre de la boca con la manga. No quería que la vieran así.
"No se que clase de asuntos os ha llevado a acabar así. Ni se la razón de porque os estaban atacando. Pero las razones poco importan cuando se incumplen las leyes. Y más si son las mías." dijo aquel hombre, con una voz fuerte y poderosa. "Pues atacar a un bello Lirio como es vos... Claramente es un crimen, que solo se puede pagar con sangre".
Alzó la cabeza hacia él y vió cómo galantemente le tendía una mano para ayudarla, que ella agradecidamente aceptó. Fue entonces cuando pudo por fin contemplar el rostro y la figura de su salvador, de su Príncipe Azul, y éste había superado todas las expectativas. Sus cabellos eran dorados como la luz del sol al igual que su espectacular y poderosa armadura. Su rostro bronceado y sus brazos fuertes y musculosos, su mirada decidida y aguerrida. Y sus ojos, profundos y misteriosos. Si ella era un grácil lirio, él era un gallardo león.
Se atusó el pelo y arregló la capucha, intentando parecer lo más bella y frágil posible. Ella era atractiva, muy atractiva, y lo sabía. "I'm sexy and I know it." Tan sólo tenía que hacer relucir sus encantos. Su elegante y agraciado cuerpo estaba cargado de feminidad y armonía, y junto a su grácil rostro y sus delicadas facciones era perfecta, eternamente situada en el justo equilibrio entre juventud y madurez. Sus lindas y adorables orejas alargadas no tenian nada que envidiar a las de los elfos, su cabello color celeste y sus ojos color azul eran como los colores de la más bella joya aguamarina, y parecían encerrar el encanto del mar en su interior. Era como estar frente a una diosa, una diosa del mar. Y literalmente, lo estaba.
"Oh valeroso y apuesto caballero de dorada armadura... os debo la vida." dijo, llevándose una mano al corazón. "Me habéis salvado de una muerte atroz a manos de esos infames villanos. ¿Puedo saber vuestro nombre? El mío es Ahina, de la dinastía Atlant, del lejano Reino de los Atlantes. ¿Qué puedo hacer para mostráros mi agradecimiento?"
Este tema es demasiado dios. Y luego soy yo el que le dice a yutaroh que narra cursi. ¡JO JO JO! _________________
~//PV: 800 ATQ: 70 PM: 100//~ ~Armas~:Tridente ~Debilidades~:La electricidad. La Magia de La Sombra. La Magia Estelar concentrada. ~Características~: ~Fuerza~: Normal ~Destreza~: Excepcional ~Agilidad~: Notable ~Constitución~: Mala ~Resistencia~: Normal ~Carisma~: Excepcional ~Sabiduría~: Notable ~Espíritu~:Sobrenatural~Raciocinio~: Notable
{Haciendo este post, con el tema de To The Moon de fondo. Juas Juas}
Harald observo a la mujer con tranquilidad, sin forzar mucho su rostro ni exagerar sus movimientos. Se notaba que era alguien refinado, alguien... noble. Y así lo demostró, moviendo con elegancia su mano derecha, y haciendo aparecer de la nada un pequeño pañuelo de seda, que le ofreció a Ahina. ''Tome esto. No se le ve muy herida... Pero, por si acaso.'' Explico serenamente, mostrando una fina y muy corta sonrisa.
Al escuchar como le pedía su nombre, el rostro del hombre cambio, mostrándose de golpe mas reluciente y orgulloso, igual que si algo dentro de él se hubiese encendido. ''El placer es mio de conoceros, señorita Ahina... Mi nombre es Harald, de los Ballad, descendiente del gran Iskar, y Rey de Babylonia. Aunque... También se me suele conocer como el Rey de Héroes. Por ello, cualquiera de esos títulos es igual de apropiado'' Al soltar toda aquella parrafada de nombres, la voz de Harald fue mas... Cálida que al principio. Dejando bastante claro el orgullo que tenia hacia su propia persona. Sin embargo, supo medirse, calculándolo todo con exactitud, para seguidamente rebajarse y clavar una mirada cautivadora en Ahina. ''Pero aquí el importante no soy yo... Si no vos. Así que, ¿Que puede hacer para demostrar su gratitud? Hm... Eso es sencillo.''
Harald observo su alrededor, mirando a los cadáveres que habían quedado tirados por el suelo, para entonces, suspirar profundamente. ''Esta clase de personas son un desperdicio. Si al menos hubiesen sabido cuando detenerse, tal vez habría aplicado un castigo mucho menos severo. Como... Una muerte rápida e indolora, quizás. No obstante... Lo hecho hecho esta, y es por ello que ahora no puedo dejarla a usted partir sola''
Llevar otra tanda de años esperando tras su despertar fue algo angustioso, muy pesado y aburrido. Alguien como él, debía brillar, relucir en el exterior. ... No pudrirse bajo tierra y roca, aguardando a que todo estuviese listo. Por ello... Lo único que deseaba el Rey de Héroes era precisamente eso. Salir, e iluminar el mundo con su regreso. Y si eso podía hacerlo acompañado... Pues... ¿Por que no?
''Un Rey debe proteger a los que yacen en sus tierras. Ya sean de la mas baja, o de la mas alta alcurnia.'' Entono Harald, alejándose unos pasos de Ahina, pero no mucho, caminando por el alrededor para darle mas énfasis a su voz. ''Y en vuestro caso... No puedo permitir, que ni uno solo de sus pétalos. ¡Ni uno solo! Caiga bajo las sucias uñas de estos mestizos miserables.'' Y al decir aquello, no solo apretó su puño con ganas, si no que coloco su propio pie encima del cuerpo de uno de los atacantes, aplastándolo. ''Por eso, por precaución... He decidido que la mejor solución es que os acompañe hasta que os sintáis mas segura'' En ningún momento Ahina hablo de sentirse insegura, pero Harald lo había dado por hecho, algo que... En cualquier otro hombre, claramente habría quedado muy mal, muy... machista. Pero claro... en su caso... Era todo tan distinto, que hasta resultaba encantador la forma en la que lo dijo.
De pronto, el hombre se detuvo en seco, soltando una pequeña y suave risa. ''¡Pero esta armadura puede ser una molestia! ... Asi que... Va siendo hora de cambiar de imagen.'' Nada mas decir aquello, Harald movió su brazo derecho a un lado, igual que hizo al desaparecer las Armas. Y entonces, un fuerte brillo comenzó a surgir de su refinada armadura... Una luz que durante los instantes que duro, le cubrió entero, ocultándole. Para que al final volviese a aparecer. ... Completamente distinto.
''Y ahora señorita Ahina...''
''¿Le apetecería dar un paseo conmigo?''
-Fuerza: Notable / Excepcional / Pésima
-Destreza: Normal / Normal / Normal
-Agilidad: Normal / Normal / Normal
-Constitución: Normal / Normal / Mala
-Resistencia: Normal / Notable / Normal
-Carisma: Excepcional / Normal / Notable
-Sabiduría: Pésimo / Pésimo / Notable
-Espíritu: Notable / Notable / Normal
-Raciocinio: Malo / Malo / Excepcional
·Debilidades Físicas:Golpes Físicos. / Ataques Perforantes. [Armadura] / Hechizos o Ataques de Luz. Luz Solar. Daños en la cicatriz del cuello.
·Armas/Objetos:
-Ea - Espada de la Ruptura
-Enkidu - Cadenas del Cielo
-Cuchillos
·Guardian Force:
-Fuerza: Excepcional
-Destreza: Notable
-Agilidad: Notable
-Constitución: Normal
-Resistencia: Normal
-Carisma: Malo
-Espíritu: Pésimo -Sabiduría: Normal
-Raciocinio: Normal
{Yo escuchando In your Belief, ethnic version, de Asura's Wrath <3}
Rey de Héroes, descendiente del Gran Iskar, Rey de Babilonia, Señor de todos los Tesoros del Mundo... No sólo era guapo, no sólo era fuerte y valoroso, sino que encima además era un auténtico príncipe, un auténtico rey de noble linaje. ¿Qué más podía pedir? Realmente Lilith había escogido bien, muy bien.
Muy galantemente, su príncipe azul le ofreció un pañuelo para cubrir sus heridas. La muchacha lo tomó agradecida y se lo ató en la muñeca derecha, tapando las rozaduras que le habian causado esas sabandijas de La Sombra. Era un bonito regalo, y no quería estropearlo manchándolo de sangre.
"Por eso, por precaución... He decidido que la mejor solución es que os acompañe hasta que os sintáis mas segura"
Tras oir aquello, le dio otro vuelco al corazón. ¡Justo lo que ella quería pedirle! Era cierto que no se sentía segura con La Sombra rondando, pero habia un motivo mucho más importante para ella por el que quería permaner cerca de Harald. Quería conocerlo, quería conquistarlo, y para ello tenía que asegurarse de que aquel encuentro no terminara así.
Necesitaba, ni más ni menos, que una cita. Y la había conseguido. Se sentía como la típica niñita adolescente en su primera cita, tan nerviosa, con las manos entrecruzadas y con el corazón latiéndole tan fuerte y deprisa, que ni siquiera se atrevía a decir nada por miedo a estropear aquel perfecto momento, hechizada por los encantos de aquel hombre. -¡Di algo, estúpida! ¡Di algo!- se repetía una y otra vez en sus pensamientos, pero sencillamente se había quedado sin palabras, literalmente, deslumbrada.
"¡Pero esta armadura puede ser una molestia! ... Asi que... Va siendo hora de cambiar de imagen."
{ }
Ahina vió cómo Harald sacaba una rosa y se cubría entonces por aquella luz radiante, la misma que había usado para invocar a esas armas. Las hizo desaparecer, y cuando la luz cesó, su apuesto príncipe había cambiado sus ropajes por unos más casuales y apropiados para la ciudad. Se mordió el labio para reprimir la sonrisa, pues ella misma había realizado aquella misma 'técnica' no una sino dos veces, la primera, cuando pasó de ser El Terrible Torbellino a ser Ahina. La segunda, cuando transformó sus ropajes en la túnica que ahora llevaba.
Quería reir, y decirle que ella también podía hacer eso, cambiar sus atuendos actuales por los que ella siempre vestía, apropiados y elegantes para cualquier ocasión. Pero no podía, pues los de La Sombra andaban cerca. No debía, pues no deseaba robarle protagonismo a su héroe. En aquel momento, la estrella del show era él. Y debía ser así, pues ella no era sino la frágil doncella a la que había rescatado... y de la que debía cuidar. ¿Y no era acaso, verdad? Una vez más Lilith había demostrado su buen gusto y hacer... Pues había creado la situación perfecta para que se conocieran... casi idílica, y sobretodo, auténtica.
"Y ahora señorita Ahina... ¿Le apetecería dar un paseo conmigo?"
No se lo pensó dos veces. Agarró a su príncipe por el brazo, arrimándose a él, y aceptó aquella proposición con total sinceridad, alegría y alivio.
"Me encantaría."
_________________
~//PV: 800 ATQ: 70 PM: 100//~ ~Armas~:Tridente ~Debilidades~:La electricidad. La Magia de La Sombra. La Magia Estelar concentrada. ~Características~: ~Fuerza~: Normal ~Destreza~: Excepcional ~Agilidad~: Notable ~Constitución~: Mala ~Resistencia~: Normal ~Carisma~: Excepcional ~Sabiduría~: Notable ~Espíritu~:Sobrenatural~Raciocinio~: Notable
Al notar como Ahina se sujetaba a su brazo, Harald sonrió triunfalmente, como si acabara de conquistar uno de esos valiosos tesoros que él tanto ansiaba tener. ''Muy bien pues, brillemos juntos'' Soltó, y dicho eso, comenzó a andar hacia fuera del callejón, dejando atrás a esos cadáveres destrozados, como si nada hubiese ocurrido. Y realmente, para él ya era así. Lo único importante era su cita con Ahina, todo lo anterior, fue una memez.
No tardaron mucho en llegar a la calle, muchísimo mas iluminada y cuidada que el escenario anterior. Aquella era una ciudad portuaria, por lo que las calles estaban muy pegadas al mar, pudiendo verse con claridad las olas golpear contra las rocas. ''Es un buen sitio para pasear.'' Juzgo Harald, mirando a su alrededor, pero sin descuidar a la dama. ''Y lo suficientemente digno para nosotros.''
A esas horas del día, apenas había gente paseando, por lo que ellos eran de los pocos que estaban fuera, cosa que a Harald le gustaba. Odiaba tener que codearse con civiles. No eran súbditos suyos, y su sangre mestiza, los hacia odiarles aun mas. El hedor, el aspecto... Él no es que fuera muy fino, u obsesionado con la nobleza... Pero había un limite, y eso lo sobrepasaba.
¿Pero que tenia Ahina que los demás no? Eso era sencillo. Su propio nombre y apellido. Se notaba que era alguien de la época clásica, mas cercana a su reinado. Y eso... La hacia pura de sangre, y pura de alma. Y tan solo el hecho de haberla encontrado en un mundo lleno de perros, le daba a Ahina un valor... incalculable.
Harald llevo a Ahina durante un pequeño rato por las calles, siempre en la zona exterior, sin meterse por callejones o lugares oscuros. Se imaginaba el trauma que debía tener la joven tras lo de antes, y no quería lo recordase, por lo que se limito en todo momento a estar cerca del agua, sintiendo la brisa marina en su piel.
''En mi hogar teníamos lugares así. Abiertos al mar, para disfrutar de él. Un autentico paraíso, la verdad. Hmm...'' Comento de golpe, pero manteniendo su tono tranquilo y suave, sin dejar de andar. ''Pero en fin. ¿Que hay de usted señorita Ahina? ¿Como era su hogar? Si bien entendí... El reino de los Atlantes, ¿Verdad? Nunca oí a hablar de él. Por tanto, me interesaría aprender un poco. Y mas... Si es por su voz'' Aquella petición la hizo con cuidado, mirándola en el ultimo segundo, junto a una fina y orgullosa sonrisa. Todo perfectamente puesto. _________________
-Fuerza: Notable / Excepcional / Pésima
-Destreza: Normal / Normal / Normal
-Agilidad: Normal / Normal / Normal
-Constitución: Normal / Normal / Mala
-Resistencia: Normal / Notable / Normal
-Carisma: Excepcional / Normal / Notable
-Sabiduría: Pésimo / Pésimo / Notable
-Espíritu: Notable / Notable / Normal
-Raciocinio: Malo / Malo / Excepcional
·Debilidades Físicas:Golpes Físicos. / Ataques Perforantes. [Armadura] / Hechizos o Ataques de Luz. Luz Solar. Daños en la cicatriz del cuello.
·Armas/Objetos:
-Ea - Espada de la Ruptura
-Enkidu - Cadenas del Cielo
-Cuchillos
·Guardian Force:
-Fuerza: Excepcional
-Destreza: Notable
-Agilidad: Notable
-Constitución: Normal
-Resistencia: Normal
-Carisma: Malo
-Espíritu: Pésimo -Sabiduría: Normal
-Raciocinio: Normal
La llevó a pasear cerca del mar. A ella, a la Princesa del Mar. Si algo había de lo que Ahina nunca se cansaría, eso era, definitivamente, el mar. Aunque hubiese estado años y años sepultada en las profundidades. El mar era vida, el Océano Naranja era el hogar al que siempre podría volver.
Se pararon en un pequeño mirador y admiraron las vistas del mar. Quizá fuera por la compañía, pero aquella ciudad le parecía bella y agradable. Apenas había tráfico, y podía sentirse el mar en toda su gloria. El olor de la sal, el sonido de las olas rompiéndo en las rocas, los graznidos de las gaviotas... La gente era amable y tranquila, y el puerto, aunque podía verse el ir y venir de la gente y los pescadores, apenas tenía bullicio.
Le preguntó amablemente por su otro hogar, Atlantis, adulándola en el proceso. Sonrió ante el halago. "Mi voz no es más que un susurro al lado de vuestra grandeza, mi rey." dijo, correspondiéndole con otro halago.
"Teníamos tres grandes ciudades..." comenzó a decir, con un deje de nostalgia en la voz: "Terrus, la capital y más antigua ciudad; Sacrum, lugar donde confluían la magia y los sueños y... Atlantis, la ciudad sobre el mar, nuestra última y gran obra maestra.
Atlantis era... la más bella de todas. Llena de vida, autónoma, fabricada con la más última tecnología. La obra maestra de nuestra civilización. El símbolo de nuestro poderío más absoluto. Y yo... yo era la Reina y señora de todo... la Princesa de Atlantis... la Diosa del Mar..." Hubo un silencio. Los ojos de Ahina destilaban melancolía y nostalgia, pero también tenían un brillo de ira y de odio, tan profunda como la de Harald Ballad al ver en lo que se había convertido su mundo y su reino.
"Me traicionaron." dijo entonces. "Mi propio pueblo me traicionó. Osaron alzarse contra mi, rebelándose contra su legítima reina. Esas sabandijas de La Sombra acabaron venciéndome de la misma forma en la que se enfrentaron a mí en los callejones. Me capturaron, me encerraron durante miles de años en lo más profundo del mar. Desperté, y lo que antes había sido Atlantis, la gran ciudad, no era ahora más que una triste ciudad fantasma. Desperté, y ya no tenía lugar al que volver."
Se giró hacia Harald, con tristeza en los ojos. "¿Y vos, Harald, de los Ballad? ¿Cuál es vuestra historia? ¿También os traicionaron? ¿También sois un señor sin sirvientes? ¿Un rey sin reinado?" _________________
~//PV: 800 ATQ: 70 PM: 100//~ ~Armas~:Tridente ~Debilidades~:La electricidad. La Magia de La Sombra. La Magia Estelar concentrada. ~Características~: ~Fuerza~: Normal ~Destreza~: Excepcional ~Agilidad~: Notable ~Constitución~: Mala ~Resistencia~: Normal ~Carisma~: Excepcional ~Sabiduría~: Notable ~Espíritu~:Sobrenatural~Raciocinio~: Notable
Harald escucho cada palabra de Ahina, y observo cada gesto, sin dejarse nada. Se notaba que estaba atento a ella, pues cuando la voz de la mujer cambio a mas triste, el rostro del Rey de Héroes cambio también, volviéndose serio y un poco mas apagado. La entendía... La comprendía perfectamente. Y en cuanto ella acabo, y le pregunto sobre su historia, Harald desvió su mirada al mar, apoyándose en la barandilla, optando por adquirir una pose seria, menos orgullosa que antes.
''Babylonia era un ostentoso Reino, majestuoso, imponente... Incluso para mi, su Rey, seria imposible describirlo mas allá de eso'' Comenzó a decir, cruzando los brazos. ''Sus fronteras se extiendan incluso mas allá del Desierto Soleado... Siempre tocando costa, siempre con contacto al mar. Gracias a eso, nuestras riquezas eran inmensas, y la belleza de cada una de las ciudades que disponíamos, lo era aun mas.'' Al contar aquello, una fina sonrisa volvió a dibujarse en su rostro, como si lo recordase. ''Uruk... Su Capital... Era una enorme metrópolis dorada, coronada con mi Palacio, brillante y grandioso''
Repetía mucho esos adjetivos majestuosos, dejando claro el cariño y amor que le tenia a su reino. Incluso en su rostro se podía ver, pues pese a haberse oscurecido tras la historia de Ahina, el hablar de aquello, se lo ilumino suavemente. ... No obstante... Al final... La sombra volvió a llegar, cerrando de golpe los ojos.
''Pero todo eso... Era demasiado. Demasiado para los Dioses'' Soltó, apretando los dientes. ''Ellos empezaron a sentir celos de nosotros... De nuestro brillo. Y siempre, al final, acababan echándonos hacia atrás. ¿Construíamos otra metrópolis? Ellos provocaban un terremoto. ¿Nos expandíamos por la jungla? Ellos nos contagiaban enfermedades. ¿Intentábamos hacer una torre tan alta como las montañas? Ellos... Engañaban a los obreros, haciéndoles olvidar su lenguaje.'' Cada frase que soltó desde ahí, le hacia enfurecer mas y mas. Apretando sus puños, y agachando la cabeza. ''Humillados... Quisieron humillarnos mas. Sin pensar en otra cosa. Como meros niños pequeños. Tsk...''
E igual que una llama al prenderse demasiado... Su rabia se sofoco sola, volviéndose... Mas en tristeza, que en otra emoción. ''¿Sabes Ahina? Yo tenia un amigo. Llamado Enkidu. Era un buen amigo... Mi mejor amigo. El único al que he considerado mi igual, mi semejante. Al único al que he respetado y amado...'' Recordarle ahora, provoco que Harald estirase la espalda, abriendo una vez mas los ojos, para mirar al mar, con dolor en los ojos. ''Hm... Pero esos Dioses... En el momento en que rechace casarme con la hija de uno de ellos, se enfadaron. Explotaron en furia y rabia. Si... Tiraron un diluvio sobre Uruk, trajeron una epidemia a mis gentes, incluso... Llevaron a la Bestia Humbaba a nuestras murallas. ... Y al final... Cuando pese a todos esos castigos, yo permanecí firme... Ellos, en su máxima crueldad. ... Me arrebataron a mi amigo. Dejandole malherido... Dejandole... Dejandole... Marchar... De esa forma tan poco honorable...''
Y por fin se giro, mirando a Ahina con unos... Enrojecidos en rabia, como si se hubiesen cargado de llamas... Incluso, sus pupilas, se habían encogido, igual que un León furioso. ''Los odio. Los odio a todos. A esos malditos Dioses que viven en los Cielos... Sin plantar un pie en la tierra. ¡Creyéndose mejores que cualquier cosa que haya debajo! Maldita sea... Por su culpa acabe participando en esa ridícula Guerra sin sentido. ¡Y por su culpa! ¡Ese falsificador logro asesinarme con métodos sucios! ¡Agh!'' Harald se llevo la mano derecha al rostro, cubriéndolo. Se encontraba muy enfadado, pero a la vez entristecido y dolido. ''Pero aun así... Pese a todo esto... Lo que realmente mas me molesta, es que cuando por fin renazco de mis cenizas. Con la oportunidad de brillar en este mundo otra vez. ¿Que me encuentro? Esto. ¡Esto! ¡Mestizos, perros! ¿¡Donde están mis súbditos!? ¡¿Donde están mis gentes?! Ellos eran dignos... Fuertes y puros... ¡No esto!''
Harald se quedo observando fijamente al horizonte. Allí donde el Sol brillaba, iluminando el mar en un tono anaranjado, bastante maravilloso. Y así se quedo, durante mas de un minuto, en completo silencio... Como si... Quisiese replantarselo todo, antes de soltar la ultima palabra. La cual... Al final, llego con firmeza. ''Por eso... Quiero quemar este mundo. Quiero que arda. Que se reduzca a cenizas. ... Deseo que mueran... Para que los supervivientes. Los que queden. Hereden esta tierra, obedeciendome a mi. Como su único Rey. Sin otros... Impostores. Sin Dioses. Y sin nadie mas en el camino. Solo yo... Y esos auténticos, y puros súbditos. Ese es mi deseo. Y lo que pienso hacer en esta oportunidad que se me ha dado'' _________________
-Fuerza: Notable / Excepcional / Pésima
-Destreza: Normal / Normal / Normal
-Agilidad: Normal / Normal / Normal
-Constitución: Normal / Normal / Mala
-Resistencia: Normal / Notable / Normal
-Carisma: Excepcional / Normal / Notable
-Sabiduría: Pésimo / Pésimo / Notable
-Espíritu: Notable / Notable / Normal
-Raciocinio: Malo / Malo / Excepcional
·Debilidades Físicas:Golpes Físicos. / Ataques Perforantes. [Armadura] / Hechizos o Ataques de Luz. Luz Solar. Daños en la cicatriz del cuello.
·Armas/Objetos:
-Ea - Espada de la Ruptura
-Enkidu - Cadenas del Cielo
-Cuchillos
·Guardian Force:
-Fuerza: Excepcional
-Destreza: Notable
-Agilidad: Notable
-Constitución: Normal
-Resistencia: Normal
-Carisma: Malo
-Espíritu: Pésimo -Sabiduría: Normal
-Raciocinio: Normal
"Entiendo..." contestó, una vez que Harald terminó de hablar. "Aunque no lo comparta del todo, entiendo perfectamente tu deseo..." Había escuchado atentamente cada palabra, cada frase y cada gesto. Él y ella no eran tan diferentes. Ambos habían sido traicionados, ambos había llegado a lo más alto y caído hasta lo más bajo.
Él no sólo le contó su historia, sino que también le confesó sus inquietudes y más profundos deseos. Se sintió un poco culpable, pues pese a que ella no vivía en las alturas como esos dioses que él describió, en cierto modo era como ellos. Pero ¿no era ese su derecho, al fin y al cabo? Al igual que él era mejor que sus súbditos por ser noble, ella lo era... por ser una diosa. Todos debían adorarla y rendirle obediencia, por la misma razón que los súbditos obedecen a los reyes. Sí... ella estaba por encima de todo eso... pero aún así... quería creer que jamás habría sido tan cruel como aquellos... Mientras la quisieran, mientras la adoraran y agasajaran... ¿por qué iba a tener que hacerles daño?
"No todos los dioses son iguales..." murmuró para sus adentros. Ella podía llegar a ser cruel, pero también tenía unos principios. La lealtad se premiaba. La traición, castigaba. ¿Qué importaba cuán alto llegaran los mortales, si permanecían fieles a sus dioses? La diferencia entre ella y aquellos dioses era que estos últimos no amaban realmente a sus fieles... los temían y los pretendían controlar. Ella... ella era distinta. Quería creerlo, al menos.
"Por mi parte... yo también tengo un par de deseos..." intervino entonces, inclinándose en la barandilla y apoyándose en sus brazos. "...deseos que hacer realidad ahora que he vuelto. El primero y más importante para mí... es un secreto. Pero el segundo es parecido al vuestro. Recuperar lo que una vez tuve... no, el doble de lo que tuve. El triple. Exterminar la resistencia, exterminar a La Sombra y reestablecerme en el trono de Atlantis, de Sacrum y Terrus. Reinar sobre el mundo... Ya que soy la única heredera que queda de aquello que una vez fuimos..."
"¡Pero dejemos ya de hablar de tristezas!" exclamó, arrimándose al brazo otra vez y empujándolo un poco, animándolo a andar. ¡No podía dejar que su ansiada cita quedara solo en una triste conversación del pasado! "¿Os apetece tomar algo? Conozco un lugar cercano en el que sirven un helado buenísimo. Habrá que hacerlo al estilo plebeyo, pero..."
Miró a entonces a Harald, con su mejor sonrisa. "¿Sabéis lo que es un helado? ¿Habéis probado uno alguna vez?" _________________
~//PV: 800 ATQ: 70 PM: 100//~ ~Armas~:Tridente ~Debilidades~:La electricidad. La Magia de La Sombra. La Magia Estelar concentrada. ~Características~: ~Fuerza~: Normal ~Destreza~: Excepcional ~Agilidad~: Notable ~Constitución~: Mala ~Resistencia~: Normal ~Carisma~: Excepcional ~Sabiduría~: Notable ~Espíritu~:Sobrenatural~Raciocinio~: Notable
Las palabras de la mujer le hicieron imaginar el calvario que tuvo que pasar. Él fue asesinado injustamente, y bajo unos métodos sucios que no quería ni recordar. Pero Ahina... No solo fue traicionada, y torturada, si no que encima fue encerrada durante siglos, viendo al final lo mismo que él... Como su Reino se había ido al infierno.
Pero también escucho lo que dijo respecto a los Dioses... O mas bien, a la clase de Diosa que ella era. ''Si. Lo se perfectamente...'' Dijo con voz seca, mirando al mar de nuevo. Tal vez fuera irónico, y hasta algo hipócrita que él opinara de los Dioses. No odiaba a Ahina por supuesto, ella era distinta. Ella no vivía en los cielos, creyéndose mejor que el resto, sin haber puesto pruebas de ellos. Claramente... No era lo mismo. ... Pero... Aun así...
Harald y ella eran parecidos, mucho mas de lo que ambos creían. Tenían un ideal similar, un concepto de grandeza similar, odiaban el mundo actual, fueron traicionados... Etc, etc... Por supuesto, que se conociesen, no había sido obra del azar. Alguien tuvo que haber intervenido ahí, lo único... Es que no sabia quien o que.
No obstante, al final, Ahina saco de todo esos pensamientos a Harald, sujetándose de nuevo a su brazo, y obligandole a andar otra vez. Él no se lo tomo a mal, si no que sonrió de nuevo, volviéndosele a iluminar el rostro, siendo el mismo que antes.
''Aunque halla estado mucho tiempo lejos de este mundo, en realidad fui despertado hace... Doscientos, o trescientos años. No recuerdo muy bien.'' Respondió Harald, mirando hacia delante con su orgullo de siempre. ''Aquella si que era una buena época... No era como en la que yo nací, crecí y reine. Pero al menos, era muchísimo mejor que esta. Ademas, también servían esos... Helados que tu dices.'' Explico, sonriendo al final.
-Este mundo avanza demasiado rápido... Mestizos, ladrones... Cada vez aparecen mas, y con mayor peligro para mis tesoros. Incluso, se podría decir, que yo solo no lograría manejar este mundo. Hm... Me pregunto si realmente... Iría siendo hora de buscar una buena Reina para ello- Pensó... Pasandole por un instante la imagen de aquella otra mujer... Obligandole a entrecerrar los ojos, como si quisiese verla mejor. No obstante, al final, Harald sacudió la cabeza, y volvió a dirigir su vista a Ahina, sonriendole con cariño. _________________
-Fuerza: Notable / Excepcional / Pésima
-Destreza: Normal / Normal / Normal
-Agilidad: Normal / Normal / Normal
-Constitución: Normal / Normal / Mala
-Resistencia: Normal / Notable / Normal
-Carisma: Excepcional / Normal / Notable
-Sabiduría: Pésimo / Pésimo / Notable
-Espíritu: Notable / Notable / Normal
-Raciocinio: Malo / Malo / Excepcional
·Debilidades Físicas:Golpes Físicos. / Ataques Perforantes. [Armadura] / Hechizos o Ataques de Luz. Luz Solar. Daños en la cicatriz del cuello.
·Armas/Objetos:
-Ea - Espada de la Ruptura
-Enkidu - Cadenas del Cielo
-Cuchillos
·Guardian Force:
-Fuerza: Excepcional
-Destreza: Notable
-Agilidad: Notable
-Constitución: Normal
-Resistencia: Normal
-Carisma: Malo
-Espíritu: Pésimo -Sabiduría: Normal
-Raciocinio: Normal
Llevó a Harald a una heladería cercana, había estado una vez allí con Aqualord, y los helados y granizados que allí servían eran estupendos. Le hizo ir a buscar asiento mientras ella 'hacía el papeleo plebeyo' que no era otra cosa que pagar por adelantado, evitando cualquier problema o molestia alguna para Harald, que quizá considerada que como Rey que era, no tenía por qué pagarles, y el vendedor, un tipo simple y honrado
Recordó cómo reaccionó ella la primera vez que entró
El heladero, un cappy vegeta vegete y bonachón reconoció a Ahina enseguida, pese a que ella, realmente, sólo había estado allí una vez. "¡Hombre, pero si es la bella princesa de los cabellos azules!" saludó el hombre, alegre. "Ahina ¿verdad?"
"¡Buenas tardes, Benjamin!" le devolvió el saludo Ahina, también llena de alegría. "Póngame una mesa para dos."
"¡Esto es una heladería muchacha, no un restaurante! Las mesas están libres siempre que haya sitio!" exclamó.
"Uy, cierto..." respondió, haciéndose la atolondrada. "Pero mi acompañante no está acostumbrado a estos sitios y... me preguntaba si podría... reservar la mesa para poder... pagar por adelantado."
"¡Jo jo jo!" rió el Cappy. "¿Una chica, pagando en su cita?" Ahina se ruborizó. "¡Está bien, está bien! ¡Pero que conste que si el caballero pone objección, no seré yo el que le lleve la contraria!
"Pero qué pedazo de machista... ¡Correré el riesgo!" respondió, guiñándole un ojo, y poniendo veinte esferas en la mesa. "Quédese con el cambio. Hoy me siento especialmente generosa <3" dijo, y se apresuró a volver con Harald, sonriendo como una niña en su cumpleaños.
{JIJIJI INVITO YO <3} _________________
~//PV: 800 ATQ: 70 PM: 100//~ ~Armas~:Tridente ~Debilidades~:La electricidad. La Magia de La Sombra. La Magia Estelar concentrada. ~Características~: ~Fuerza~: Normal ~Destreza~: Excepcional ~Agilidad~: Notable ~Constitución~: Mala ~Resistencia~: Normal ~Carisma~: Excepcional ~Sabiduría~: Notable ~Espíritu~:Sobrenatural~Raciocinio~: Notable
Harald fue guiado por Ahina, sin oponer ninguna resistencia. No es que le gustara recibir ordenes, ya fueran de un tiempo o de otro, pero... De ella podía fiarse, así que la siguió, incluso se sentó donde la chica le sugirió, acomodándose. ''Así que es aquí donde comen los plebeyos mestizos de hoy en día, ¿Eh?'' Murmuro Harald para sus adentros, estirando su espalda, y colocando con total tranquilidad sus pies sobre la mesa. ''Bah... Que decepción''
Supuso que Ahina estaría ordenandole a los plebeyos que le prepararan esos helados. Bueno... Ordenar... Recordaba bastante bien lo ocurrido hacia 200 años. Como de distinto era el mundo, y el asco que le dio. Mas que nada, porque ya no se respetaba a la nobleza, a la realeza... Igual que si todos estuviesen al mismo nivel.
''Al menos ese hombre supo guiarme bien'' Si... Su antiguo Master. Un mago noble que le invoco con el propósito de hacer grande el nombre de su familia, y vengarse de ciertos religiosos. Aunque, a él los detalles le dieron igual. Pero recordaba bastante lo que ese hombre hizo por él, y mucho mas, la actitud que tuvo. Si, si... Se parecían. Y para él, eso fue odioso.
Por fortuna, Ahina llego en el momento preciso, antes de que Harald empezara a perder su paciencia, tanto por los recuerdos, como por la espera. Nada mas notarla acercarse, abrió los ojos, y la miro con tranquilidad. ''¿Has pedido lo que decías?'' Le pregunto con tono orgulloso. ''Porque como hallan puesto pegas, puedo sacar alguno de mis tesoros ahora mismo y 'pagarles' como se merecen'' Acabo por decir, llegando incluso a sentarse del todo en la silla, como si en cualquier momento fuese a levantarse y cumplir tal amenaza. _________________
-Fuerza: Notable / Excepcional / Pésima
-Destreza: Normal / Normal / Normal
-Agilidad: Normal / Normal / Normal
-Constitución: Normal / Normal / Mala
-Resistencia: Normal / Notable / Normal
-Carisma: Excepcional / Normal / Notable
-Sabiduría: Pésimo / Pésimo / Notable
-Espíritu: Notable / Notable / Normal
-Raciocinio: Malo / Malo / Excepcional
·Debilidades Físicas:Golpes Físicos. / Ataques Perforantes. [Armadura] / Hechizos o Ataques de Luz. Luz Solar. Daños en la cicatriz del cuello.
·Armas/Objetos:
-Ea - Espada de la Ruptura
-Enkidu - Cadenas del Cielo
-Cuchillos
·Guardian Force:
-Fuerza: Excepcional
-Destreza: Notable
-Agilidad: Notable
-Constitución: Normal
-Resistencia: Normal
-Carisma: Malo
-Espíritu: Pésimo -Sabiduría: Normal
-Raciocinio: Normal
"No pasa nada, todo marcha perfectamente. No son mala gente en realidad." respondió Ahina con una media sonrisa, mientras se sentaba justo en frente de Harald. "Dejando a un lado la sangre, si uno se para a hablar con ellos y conocerlos de verdad, se da cuenta de que realmente no son tan diferentes..."
Curiosamente, esa era otro de los detalles en los que se diferenciaban Ahina y Harald. Mientras que éste último despreciaba y consideraba insolentes a los actuales habitantes de Dreamland e incluso Pop'Star por no rendir el debido culto y respeto a quienes lo merecían, especialmente si era el Rey de Reyes, a Ahina no le importaba, pues sabía que ella no era tan distinta de ellos. A diferencia de Harald, que había nacido Rey.
Un camarero cappy se acercó a ellos, y gentilmente les entregó la carta, indicándoles las distintas especializades de la casa. Ahina pidió un batido de helado, y le recomendó a Harald que hiciera lo mismo, del sabor que más le apeteciera. No tardaron mucho en traerles el pedido, puesto que como Ahina ya había pagado y era conocida del dueño, fueron los primeros en ser servidos.
Giró la cabeza hacia la ventana. Estaba atardeciendo, y el llamado Océano Naranja comenzaba a teñirse de su característico color. Todo cobraba un matiz anaranjado y dorado, dando un ambiente lleno de brillo y calidez. Era verdaderamente romántico. La mente de Ahina comenzó a vagar una vez más por los recuerdos de su amada Atlantis. Las puestas de sol en el Océano Naranja sí que eran bellas desde lo alto de la ciudad.
No siempre fue así. Su mente fue más atrás en el tiempo, hacia su pasado más profundo... Y recordó entonces dónde estaba. Con quién estaba hablando. Harald Ballad, el legítimo Rey de Babilonia, por derecho de nacimiento. Y sobretodo... su salvador. Su Príncipe Azul, escogido y enviado por Lilith.
...No le había dicho toda la verdad. Sólo... la mitad. No le había contado totalmente quién era, quien fue en el pasado. Y sentía... sentía que debía hacerlo, que debía contarle esos controvertidos detalles, aún a riesgo de ofenderle y perderle para siempre. Él, que la había salvado de las garras de La Sombra, merecía saber la verdad, al completo. Se lo debía.
"Hay algo..." continuó, girando la cabeza hacia Harald. "Hay algo que aún no os he dicho..." Bajó la mirada hacia el helado, y comenzó a juguetear con la pajita entre sus dedos. "Yo... no siempre fui una diosa. No nací con sangre divina, y no nací en la realeza." Levantó los ojos hacia Harald, casi tímidamente, temiendo su reacción. "Nací en Atlantis, pero me crié en Terrus, en el Desierto, y como una mujer soldado. Pertenecí a la Guardia Real. Me convertí en la Diosa del Mar casi por casualidad y además... le arrebaté el puesto al verdadero regente de Atlantis."
Ya está. Ya lo había dicho. A nadie, ni siquiera a Aqualord, le había contado su verdadero orígen. Después de todo ¿qué tenía que importar lo que hubiera sido en el pasado? Pero con Harald... con Harald era diferente. Él era como ella, había sufrido como ella el desmoronamiento de su civilización y su reino. No quería hacerle daño, no quería guardar un secreto así, no con él. Así que tuvo que contárselo. No le culparía... no le culparía si decidía dejarla. Después de todo, ¿qué rey iba a querer tener nada que ver con una usurpadora? Alguien que valoraba tanto el linaje de sangre, alguien que odiaba tanto a los dioses...
Quizá ese fuera el objetivo de Lilith. Quizá ese fuera el mensaje que hubiera querido darle:
'Estarás siempre sola... jamás encontrarás a tu príncipe azul... jamás encontrarás la felicidad...' _________________
~//PV: 800 ATQ: 70 PM: 100//~ ~Armas~:Tridente ~Debilidades~:La electricidad. La Magia de La Sombra. La Magia Estelar concentrada. ~Características~: ~Fuerza~: Normal ~Destreza~: Excepcional ~Agilidad~: Notable ~Constitución~: Mala ~Resistencia~: Normal ~Carisma~: Excepcional ~Sabiduría~: Notable ~Espíritu~:Sobrenatural~Raciocinio~: Notable
Se recomienda utilizar un navegador compatible con el estándar html antiguo para la correcta visualización del foro. Tenemos constancia de que Google Chrome y Opera Next no funciona correctamente con el foro, particularmente con texto a scrolling vertical. Una alternativa aconsejable del mismo motor es Comodo Dragon, que si es compatible. También podéis usar Mozilla Firefox.