Comando Pop'Star

Harald Ballad · Ultima edición por Harald Ballad el 25 May 2015 10:59 am; editado 1 vez

Doscientos años... Doscientos años atrás fue cuando él, Harald Paddra Ballad, Rey de Héroes, y Gobernante indiscutible de Babylonia, fue invocado. Revivido. Y traído de vuelta de entre... los muertos. ... ... O bueno... No realmente. Pues lo suyo bien podría considerarse un sueño cristalizado, en el que se le mantuvo intacto durante 3800 años, desde su lecho de muerte, hasta ese preciso instante. Hm... Ese preciso instante... ... En el que la familia Mirzel le llamo para luchar.

El juego del Another Heaven, creado y dirigido por la bruja Lilith, consiste en eso. Familias de magos que son citadas a pelearse las unas contra las otras, pero que en vez de utilizar sus armas o magias, invocan a una figura del pasado para representarles. A un Servant. Héroes, Villanos... Personajes Famosos, con historias que les definen... Y que en la mayoría de casos, resplandecen por la fuerza con la que marcaron sus leyendas. Siendo estas entidades, traídas de vuelta temporalmente, los que se manchan las manos en un combate a gran escala, y en el que solo puede quedar un Servant... y una familia ganadora.
Por supuesto, cada familia también escoge a uno de entre los suyos, que cumplirá el papel de Master. Aquel que dirigirá, mantendrá, y apoyara al Servant. Tratándose de la cara familiar para el conflicto. Y así, Master y Servant, en un dúo, compartirían el lazo de la derrota o la victoria. El cual... mas allá de la recompensa final... Casi siempre suele enredarse en Vivir, o Morir. De ahí el peligro que corre un Master al participar. Y de ahí, que se suela escoger al mejor de la familia para realizarla. Normalmente, el patriarca. ... ... Tratándose de ninguna extrañeza, que precisamente fuese el Patriarca de los Mirzel de aquellos tiempos, quien confió en su fuerza para luchar. Hallando un catalizador conectado a su leyenda. Reuniendo la suficiente energía mágica para invocar a alguien de su nivel. Y en ultima estancia... Proporcionarle una estadía digna de su marca. Ademas del trato obvio. Junto al espectáculo que solo un Mirzel podría ofrecer. ... ... ... Si... ¡Por supuesto que si! Ese Master que tuvo... ¿Como iba a poder olvidarlo? Su nombre, su aspecto... Incluso las conversaciones que compartieron, y el tiempo exacto que paso asociado con su persona... ... Je... Pues tal vez se tratase de un mestizo mas... Pero logro entretenerle. Y por encima de todo... Complacer su agrietado humor.

Así de clara fue su marca.
¡Así de indudable fue su Master!
El Patriarca de los Mirzel...

Elizabeth Mirzel

Hmm... Que un mero mago de segunda pudiese llegar a impresionarle ya era algo de lo que tener en cuenta. ... Pero que encima se tratase de una mujer... ... ¡Ja! La idea crecía con diferencia. Y es que Elizabeth consiguió dejar su genero como algo secundario. Sin importancia para su labor. Tanto para él, como para todos con los que trato, y para todos a los que enfrento. Dejando que la elegancia de su casa quedase referenciada en cada una de sus acciones, incluyendo aquellas manchadas con sangre. No perdiendo nunca la calma. No dejando que su... flujo se alterase. Por nada, ni nadie. ... Ni siquiera por él. ... ... ... Uhm... ¿Y posiblemente fue eso lo que le agrado tanto? ¿Que no mostrase miedo alguno a su estampa? ¿A su leyenda? ¡¿A su poder?! ... ... Puede ser. No cabe en duda, que la posibilidad existe ahí... Pues también a sus ojos, Elizabeth no era una mujer mas. Ni una bruja cualquiera. No... Ella fue su Master. Y cumplió dignamente con el papel hasta el final. Alcanzando la victoria. Alzándose como ganadores... ... Y aunque su final fue trágico, unida a su propia caída en otro largo sueño... La hazaña estaba marcada. El legado era claro.... Y sus motivos para ahora estar frente a esta nostálgica edificación... Mas que obvios.

''La mansión de los Mirzel... Aun sigue en pie. Y tan hermosa como la recordaba...'' Murmuro Harald para si mismo, andando con calma hacia la puerta de la valla externa de la Mansión, que la recubría enteramente, con un largo espacio de varios metros entre ambas, ocupado por un bonito jardín. Esplendido, y magnifico. Igual que el resto de la construcción. A fin de cuentas... el paisaje apremiaba, hallándose apartada en las afueras de la ciudad, en un rincón amplio, que pese a resultar privado e intimo, no llegaba a ser aislado, como un entorno atemporal, el cual Harald contemplo en completo silencio por varios segundos, sin hacer mas gesto que el de llevar las manos a los bolsillos de su casual vestimenta. ''Hmm...'' Pensando, observando, y disfrutando de lo que veía, mientras a su mente venían aquellos recuerdos de cuando visito por primera vez la mansión, en una época ya muy distinta... ... Ains. Tan solo esperaba que sus nuevos inquilinos no le decepcionasen. Pues iba a ir a verles. En ese preciso instante. Y por ello, al final... ... ... La puerta de la verja salio disparada hacia adelante. Arrancada de cuajo del resto de la valla, en un tremendo golpe, que sacudió el suelo nada mas caer. Pero que para Harald, fue tan natural como abrirse paso, no cambiando ni su rostro ni su gesto, para así, echar a andar hacia el jardín, con la mansión bien enfocada con su enrojecida mirada...

-Oh, Elizabeth... Permite que te de el honor de juzgar a tus descendientes con mis propios ojos... Que los dictamine, y observe si son dignos de compartir tu linaje. Y el legado... De aquel Master me que devolvió a la vida...- Pensó él, andando, y andando. Recorriendo el jardín, como el que anda por su propia casa. -Si no lo son... Si lamentablemente resultan ser tan sosos e insulsos como aquellos otros Magos a los que enfrentamos... ... ... Supongo, que limpiare el estropicio en tu nombre. ... Y en el mio, por supuesto. A fin de cuentas... ¿Quien si no yo posee semejante derecho?-
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-Fuerza: Notable / Excepcional / Pésima
-Destreza: Normal / Normal / Normal
-Agilidad: Normal / Normal / Normal
-Constitución: Normal / Normal / Mala
-Resistencia: Normal / Notable / Normal
-Carisma: Excepcional / Normal / Notable
-Sabiduría: Pésimo / Pésimo / Notable
-Espíritu: Notable / Notable / Normal
-Raciocinio: Malo / Malo / Excepcional

·Debilidades Físicas: Golpes Físicos. / Ataques Perforantes. [Armadura] / Hechizos o Ataques de Luz. Luz Solar. Daños en la cicatriz del cuello.

·Armas/Objetos:
-Ea - Espada de la Ruptura
-Enkidu - Cadenas del Cielo
-Cuchillos

·Guardian Force:
-Fuerza: Excepcional
-Destreza: Notable
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-Seneca Crane- · Publicado: 12 Apr 2015 12:00 pm

Doscientos años es mucho tiempo. Desde luego que habia cambiado el lugar. La ubicación era la misma, pero durante el curso de dos siglos había experimentado, como era natural, numerosas renovaciones, y no sólo de la pintura, sino también de la estructura base. Y aún a pesar de todo, a primera vista seguía pareciendo la misma e imponente mansión. El jardín, naturalmente, era completamente distinto. Tanto la disposición, como la flora y la fauna. Además de eso, habia algo nuevo y era la seguridad. No sólo cámaras de vigilancia y otros dispositivos extraños apagados. Numerosos hombres trajeados de negro, con pinganillos, gafas de sol y visibles pistolas al cinto se dirigieron hacia la verja destruida inmediatamente. Se posicionaron en dos filas verticales y colocaron firmes, formando un improvisado pasillo en dirección al interior de la mansión. No dijeron nada, ni tampoco desenfundaron sus armas.
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Armas: Bastón plegable y mágico de rubíes. Magnum Desert Eagle de oro.
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Harald Ballad · Publicado: 14 Apr 2015 3:32 pm

El andar de Harald se mantuvo directo y estable, sin cambiar de gesto o parecer en ningún momento, caminando hacia delante, siempre hacia delante. Recto. Erguido. Y con la cabeza levantada. Mirando fijamente a la cada vez mas próxima mansión... Aunque siendo consciente al mismo tiempo, de de esa novedosa actividad que ocurría a su alrededor. Pues estaba claro. Aun con los ojos clavados en el frente, pudo fijarse en las diferencias obvias que existían entre el presente y su recuerdo pasado, siendo una de las mas reconocibles, la presencia de aquella hilera de hombres. Trajeados con ropas simples, pero modernas. ... Al igual que las armas que llevaban. ... Si... La seguridad de la Mansión se había adaptado a su tiempo, distanciándose de aquellos Guardas mas clásicos que una vez su Master tuvo a disposición... ... ... No obstante... Para el caso tenían la misma utilidad, y el mismo reconocimiento. Y de ahí, que pese a observar tales movimientos, Harald continuase con su andar lento. Dirigiéndose a la puerta de la Mansión. En una estampa... que incluso parecía natural. Como... Como... Si esos guardias, simplemente se hubiesen colocado en posición para recibir a alguien importante. Alguien ya esperado y predispuesto. ... Uhm... ¿Tal vez ese era el motivo de Harald para no hacer nada en especial? ... Hm... Tenia toda la pinta, si. Pues cuando alcanzo por fin la puerta, y se detuvo frente a ella, su acto para abrirla resulto hasta cortes. Sacando la mano de su bolsillo, y empujando el pomo con cuidado hacia delante. Y todo... mientras una sonrisa le adornaba el rostro.
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-Seneca Crane- · Publicado: 18 Apr 2015 2:54 pm

La puerta a la que le dirigieron no fue la principal, como Harald pudo identificar por sus recuerdos. Llevaba a ~~la sala de torpedos~~ la oficina principal, accediendo por el lateral, directamente desde el jardín. Muchisimas reuniones tuvo él con Elisabeth ~~Bathory~~ Mirzel en aquella habitación. Se preguntaba si reconocería los muebles, si éstos hubieran podido aguantar el paso del tiempo.

Ah... qué sensación más nostalgica, y al mismo tiempo, diferente a como la recordaba al entrar. Seguía sintiéndose como el despacho de un Mirzel. Predominaban los colores rojos y el amueblado de la más fina madera oscura. Pero aun pese a tener la misma fachada, el despacho también transmitia una nueva sensación, muy diferente a la que recordaba, puesto que la solemnidad y abarrotamiento de muebles, libros y papeles de hacía dos siglos le había sucedido un despacho mucho más abierto y relajado, adaptado a los nuevos tiempos, con un amueblado igualmente caro pero mucho más sobrio. Colores suaves, hasta toques de verde con algunas plantas. Una disposición diferente del amueblado, perfectamente organizado, con pocas pero suficientes estanterías y aún así con espacio libre para lo que se necesitase. La misma mesa de escritorio de ébano encantada de siempre, pero con un ordenador de un blanco inmaculado sobre la misma, además de un teclado y un ratón, y por supuesto espacio suficiente a la izquierda para cualquier trabajo de escritura manual. Un taco de folios al borde izquierdo superior, sobre un práctico organizador metálico completaban la estampa.

Ah, y por supuesto... Una pequeña mesita, dos sofa~~les~~s uno frente a otro y un sillón a uno de los lados. ¿Serían los mismos que hacía doscientos años? No... No lo eran, estaban más nuevos. Pero prácticamente tenían el mismo diseño. Cosa que habría resultado aún más cara, ya que habrían sido diseñados por encargo.

No faltaba el minibar, a la derecha del escritorio, junto con un mueble con copas y una selecta y finísima selección de vinos. También había algo nuevo, y era que detrás de la mesa del escritorio y la silla, que por cierto era una práctica y sencilla silla de ruedas típicas de oficinas (aunque con un precioso coloreado y tapizado color carmín), había una serie de cuadros y diplomas. Uno de la ciudad, Business City, en todo su esplendor; otro de una montaña, un bonito paisaje de GreenGreens. Varios diplomas, algunos personales, otros generales de los Mirzel, destacando uno extremadamente antiguo sobre la nobleza de la casa Mirzel. Había también unas fotos sobre el escritorio, presumiblemente familiares.

Oh, y el olor... Una agradable sensación a lavanda, sin duda, de las que había sobre el jarrón de una pequeñísima mesita pegada a la pared. Había también algo nuevo, y era que frente al escritorio, al fondo contrario había unos cristales a modo de balcón, con cortinas, y dos puertecitas también de cristal, abiertas, que daban a una bonita terraza.

AH, Y LA MÚSICA. Había un flagrante sistema de sonido instalado, transmitiendo música zen relajante, que el señor Mirzel, mirando al jardín inmediatamente bajó de volumen al mínimo, al oir la puerta abrirse y cerrarse.

"Jamás pensé que tendría el honor de conocer a un Paddra Ballad." dijo el hombre, negando con la cabeza, vestido de rojo, de espaldas a Harald, que había entrado por el lateral izquierdo, siendo la puerta frente a Harald la que daría a la mansión. Se giró hacia su invitado, y le dio una reverencia. "Sentáos, sentáos por favor. ¿Puedo ofreceros algo? ¿Una copa, tal vez?"
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Harald Ballad · Publicado: 19 Apr 2015 3:20 am

La singular sonrisa de Harald termino por difuminarse en el instante en que puso su primer pie dentro de la oficina, aunque no de manera disgustada o poco contenta, si no mas bien... seria, tal y como si estuviese preparando su porte y humor para la siguiente escena, para el próximo acto... En el cual se adentro de lleno, manteniendo la presencia imperturbable.

''Hum...'' Por supuesto, sus recuerdos se encendieron vivaces en cuanto hecho el primer vistazo a su alrededor, rememorando aquellas pasadas conversaciones que tuvo con su Master. Reuniones tácticas, privadas y secretas, pero que jamas descuidaron el bienestar de una cálida charla... Si... E incluso hoy en día, gran parte de este bienestar perduraba en el ambiente, a modo del aroma que se olía, y la melodía que se escuchaba, haciendo el paso del Jardín a la Mansión mucho mas agradable de lo imaginado, cosa que para Harald, sin duda era de elogiar. ... ... Aunque claro... Siendo como era él... Su seriedad ante todo no resulto una sorpresa. Continuando con los ojos entreabiertos observando el despacho, fijándose en cada detalle novedoso para su memoria, analizándolo, y... juzgándolo internamente. De ahí, que llegados a cierto punto, el hombre de cabellos dorados hasta ando unos cuantos pasos, haciendo resonar la madera del piso, para así acercarse directamente a los puntos de interés. Mirándolos de cerca. Percibiendo sus sensaciones. E incluso, palpándolos por encima. Pasando en mas de una ocasión su dedo por encima de algunos muebles, comprobando cuan bien conservados estaban, y cuanto detalle había en estos...

... No obstante, por mas muebles, sillas, música o aromas que hubiesen... Harald sabia bien que lo importante no era eso. Ya que el elemento de interés, el centro de toda la circunstancia... se hallaba a un lateral suyo. Mirando por la terraza. Y aunque su presencia estuvo a sabiendas desde su primer paso en el despacho, el Rey Dorado no dirigió su atención hacia él hasta que este se dio la vuelta, saludando, y ofreciendo su hospitalidad, con una educada reverencia.

''Hm...'' Gestos que Harald miro de reojo, pero que tras unos segundos, le llevaron por fin a girar su cuerpo, quedando frente a frente con ese hombre trajeado en rojo, de cabellos castaños, y apariencia impoluta, siendo su detalle mas característico y llamativo, ese singular corte de barba, sin duda, puramente personal.
... ... ... Lamentablemente... Aun tras dirigir su atención hacia él, Harald Ballad dejo que el silencio se hiciese tras su propuesta, limitándose a mirarle callado, con unos ojos rojos, que con cada segundo que pasaban, parecían encenderse mas y mas. Afilandole la mirada. Marcando su gesto. Y por ende... tensando aun mas si cabe el frío silencio. Extendiéndolo. Extendiéndolo. Extendiéndolo... ... Hasta que por fin... Harald bajo la mirada... ... ... Dirigiéndola a una de las fotos sobre el escritorio.

''... Huh.'' Con ambas manos metidas aun en los bolsillos, el Rey Dorado camino hasta esa misma mesa, acercándose y acercándose, quedando justo delante. Y allí, con gesto sorprendentemente cuidadoso, movió uno de sus brazos para agarrar la enmarcada foto. Retirándola del escritorio. Y elevándola un poco en el aire. Pudiendo así observarla e inspeccionarla en silencio... ... En completo y extenso silencio. Una vez mas...

... ... ... ...

... ... ...

... ...

...

..... .......... ... ... ..... ... ..... ..............

''Mirzel''

... Llamo de pronto Harald. Elevando la mirada hacia este, y bajando en el proceso el brazo.

''¿Es esta tu familia?''

... ... Cuestiono... ... ... Con enigmatica sequedad. Conservando su mirada entrecerrada, y ese efecto rojizo en sus ojos. Clavados en el hombre de negocios. Mientras... sostenía aun la susodicha foto desde su mano bajada. La susodicha foto... ... En la que en efecto... Salia Crane, con su mujer, y sus dos hijos...
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-Seneca Crane- · Publicado: 19 Apr 2015 11:51 am

Bien sabida era la soberbia de un Rey. Aún de un reino lejano y perdido, ese orgullo siempre se mantuvo intacto. La nobleza también tuvo siempre su propio orgullo, en ocasiones incluso mayor al del rey. Pero aquello era hacía siglos, tiempos pasados, y si en algo se orgullecía de verdad Seneca Crane no era tanto en su linaje, que ya le vino dado, sino en haber sabido adaptarse a los nuevos tiempos, y adaptar a su familia con ello. Haber asegurado un próspero futuro y la supervivencia de las Casa de los Mirzel. Haber sido una de las pocas casas, si no la única, que sobrevivió a la caza de brujas de Chapel Jeremiah Crawford.

Sí... El nuevo Mirzel era significativamente diferente al que había conocido el Rey de Reyes. Pero el Rey de Reyes aún no lo había notado {ajajja raciocinio bajo}, por lo que continuaba con su lento análisis, y sus calculadas preguntas. ¿A quién le gustaría un excrutinio tan descarado, poco elegante e irrespetuoso como ese? Sin embargo, mantener la compostura, calma y elegancia eran los lemas de un Mirzel. Y así lo hizo, cuando Harald le preguntó.

"Sí. Encantadora, ¿verdad?" contestó, acercándose con tranquilidad para admirar la foto también. Señaló con el dedo a la mujer mayor, de caballos verdes. "Mi querida esposa, Jarelle, mi hija Fiona, de doce años, y el pequeño, Finn. En el momento de la foto había cumplido tres añitos ya."
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Harald Ballad · Publicado: 21 Apr 2015 12:37 pm

Sin duda este Mirzel vivía para el apellido que había heredado, pues mas allá de mantener su educación, su cordialidad, o sus modales... Crane consiguió algo mucho mas complicado que todo eso junto. Algo que cualquier otro hombre de negocios habría fallado en hacer. Algo fácil de olvidar. Algo sencillo de errar... Y eso era, lógicamente... Conservar por completo su compostura. Tanto externamente, como internamente. Pues poner una buena cara era fácil. Sonreír estando nervioso, era simple. ... ¿Pero mantener cada parte de tu ser estable, incluyendo tu mente y espíritu...? Eso ya era otra historia. Y no una que pudiese realizarse a menudo, ya que a todo lo dicho, había que añadirle la clase de persona con la que estaba tratando. Un Rey ególatra, si. ... Pero no un simple DeDeDe. No señor. Habrían similitudes, detalles a tener en cuenta por su actitud y titulo... Y sin embargo, Harald Paddra Ballad, tanto en experiencia, antigüedad, vida, e historia... Superaba por muchísimo al Monarca de Dream Land. Y uno tan solo necesitaba saber un poco de Historia para entenderlo.

El Legendario Rey de Babylonia. Gobernante de Drezed, y heredero del unificador de las Tribus Mesopotamicas. Supuesto hijo de una Diosa. Descendiente directo del Rey de Conquistadores. Y Precursor de sangre pura. Tirano para unos, Salvador para otros. Pero glorificado por siempre bajo un solo titulo, que aun hoy, remarca su propio nombre como si de otro apellido se tratase... Rey de Héroes.
Fue el protagonista de una de las mas ricas leyendas de la Antigüedad, recordada hasta en la actualidad. Y eso, precisamente eso, inflaba el culmen de su persona hasta el limite. Pues Harald Ballad vivió y gobernó en medio de una de las eras mas convulsas de toda la historia: La Gran Guerra Precursor, y la Caida de los Antiguos. Mucha información se perdió por culpa de esos dos eventos. Muchos datos, libros, nombres, e incalculables detalles históricos. Por tanto... que la suya. Que su historia lograse sobrevivir aun con todo, decía bastante de la clase de hombre que era. No por nada, la antepasada de Crane, Elizabeth, gasto en su tiempo tantos recursos por tratar de invocarle precisamente a él, llegando a organizar una carísima expedición en mitad del Desierto, sobre la abandonada Ciudad de Babylonia, que casi deja a la familia arruinada. Pero aun con todo... el gasto valió la pena, pues Harald Ballad le dio la victoria de una manera que los libros de familia describían siempre de... Ridícula. Ganando cada batalla en cuestión de segundos. Eliminando a Masters y Servants por igual sin inmutarse. No llegando a recibir nunca ni un solo rasguño. ... No por nada... Semejante Servant, que llevo a Elizabeth Mirzel al inolvidable triunfo... Termino hasta rebelándose contra la propia Lilith. Arruinando el Another Heaven en el ultimo minuto, en un acto, que aun hoy Lilith le resentía a Crane. Y todo, de nuevo, sin esfuerzo alguno por su parte...

Así era la cosa. Así era el hombre al que tenia delante. Sosteniendo la foto de su querida familia, y observándole con una mirada que no se distanciaba demasiado de la que empleo con el resto de muebles. Pues eso era todo para él. Una mera comprobación de como estaba el asunto. Y tanto Crane, como su mujer, como sus dos hijos... formaban parte de la inspección. ... ... No por nada... Al final... Harald devolvió la foto sobre la mesa. Soltándola con cuidado. Para después, sin apartar los ojos del trajeado Mirzel... ... ... dibujar una ligera sonrisa.

''Entonces presentamelos, Mirzel. A tu encantadora familia. A los tres.''

... Declaro... ... No. Ordeno él sin mas. Echando a andar unos cuantos pasos, acercándose hacia el sofá, y... sentándose en él. Acomodando la espalda, con un suspiro de ~~placer~~ satisfacción incluido.

''Ah... Y en cuanto a tu pregunta anterior... Si. De hecho, me apetece una copa. Así que tráemela Mirzel. No te cortes con el contenido'' Volvió a mandar, ahora haciendo hasta un gesto con la mano. ''Supongo que no hará falta decirte el año del vino... Me gustaría comprobar cuan bien a envejecido. ... ... O cuanto se ha desgastado, con el tiempo pasado.''
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-Seneca Crane- · Publicado: 21 Apr 2015 8:39 pm

{Dios xDDDD puto Harald}

"¡Ja ja ja ja! Qué bromista sois, Rey de Reyes. Ningún vino perdura doscientos años." contestó, bien atento del doble sentido de las palabras del Rey: ¿Cuánto se ha degradado esta casa y esta familia en comparación con la gran Elisabeth Mirzel?

"Un Mirzel jamás le serviría vinagre a sus invitados. El que era un buen vino hacía dos siglos no es más que vinagre ahora. Ahora se sirven otros. Distintos olores, diferentes sabores, cepas, ingredientes y tiempos... Cada uno de ellos es grande en si mismo. No se puede afirmar que uno solo supere a todos los que hubo y habrá. Un paladar refinado como el vuestro, que ha tenido a disposición los mejores tesoros del mundo sin duda sabrá lo que digo..." afirmó, extendiendo su brazo hacia él. "No, mi imponente Rey de Reyes. Tomaréis el vino que seleccionaré para vos. Ni más, ni menos."

Descorchó una botella. Sirvió un cuarto de copa y la probó. Asintiendo, sacó otra copa y la sirvió por completo, ofreciéndosela al Rey de Reyes. "La niña está en la Academia..." informó el señor de la casa, acercándose al comunicador sobre la mesa de su despacho. "Pero mi esposa y el pequeño deben estar en el jardín." presionó el botón del comunicador. "Fawkes, por favor, ¿puedes traer a Finn y a Jarelle a mi despacho? Dile a Jarelle que está aquí el Rey de Reyes."
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Harald Ballad · Publicado: 22 Apr 2015 12:07 pm

Ante la atrevida respuesta de Crane, Harald Ballad no tardo mucho mas en dejar caer su irónica sonrisa, devolviendo el aire serio a su mirada, la cual permaneció clavada en el hombre de negocios, sin perderlo de vista ni por un instante. Y si, por supuesto, el silencio hizo presa a la escena otra vez, permitiendole al Mirzel descorchar la botella e incluso servir parte de su contenido en dos copas, las cuales Harald miro de reojo, con ojos entrecerrados, que difícilmente podrían analizarse debidamente. ¿Era disgusto lo que emanaba de ellos? ¿Decepción? ¿Enfado? Uhm... ... Aunque para el caso... Estos mismos ojos terminaron por cerrarse del todo ante el siguiente movimiento de Crane, el cual, aceptando la 'orden', hizo llamar a su esposa e hijo. Gesto que Harald escucho. Gesto que Harald entendió. Y en ultima estancia, gesto que hizo reaccionar por fin a Harald.

''... Tu osadía me llama la atención, Mirzel...'' Declaro de pronto él, cortando el silencio con tono juicioso. ''¿Afirmas que este vino que me ofreces, es ya no solo digno de mi paladar, si no merecedor de compararlo con mi criterio a la hora de escoger tesoros?'' ... Cuestiono poco después, dejando que su voz creciese junto a su mirada, que tras abrirse, se clavo de lleno en la copa de vino que yacía sobre la mesa, inspeccionándola desde lejos. Aunque... terminando al final por elevarla hacia Crane.

''¿Es eso, Mirzel?''

...

''¿Esa es tu opinión?''

... ...

''¿Tu juicio sobre lo que tienes delante?''

... ... ...

... ...

...

''... ... ... ¡JA! ¡JAJA! ¡Muy bien, Mirzel! ¡Muy bien...! Si tan seguro estas de ello... Si tan seguro y consciente estas de tu innovador vino...''

''Le daré el peso que según tu merece.''

... La renovada sonrisa de Harald, bienhumorada y entretenida, llevo a su brazo derecho a levantarse con elegancia, juntando los dedos de la mano, para así soltar un sonoro chasquido, que igual que una orden inmediata, causo la aparición... de una especie de disco dorado en mitad del aire. Por encima de la mesa. Un disco dorado cuya superficie y forma recordaban a las ondas turbulentas de la superficie del agua. Brillando. Reluciente. Hasta que entonces... expulso de golpe dos copas de oro, que cayeron de lleno sobre el mueble, haciéndolo temblar un poco al impactar. No obstante, quedaron perfectamente colocadas y estables, pudiendo comprobarse por sus detalles que se trataban de una autentica obra de arte. Hechas en una sola pieza, moldeadas a mano, y sin ninguna imperfección que pudiese ensuciar su imagen. Simplemente... eran perfectas. El recipiente de bebida ideal para un Rey como él ... Dignas únicamente de las mejores bebidas...

''Veamos cuan ciertas son tus palabras, Mirzel. Pues puede que si. El tiempo convierte en vinagre hasta el mas dulce de los vinos. ... ... Pero ya sabes... A veces es preferible un vinagre agrio con añoranza al pasado... ... Que un insípido caldo que ni siquiera vive para su tiempo.'' ... Y con esas secas palabras finales, en las que hasta su sonrisa creció, Harald Ballad acabo por hacer un gesto con el brazo, indicándole a Crane que procediera. Que rellenase las nuevas copas. Mientras que él, a gusto con su postura, acomodo otro poco mas su cuerpo en el sofá, cerrando de nuevo los ojos...
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-Fuerza: Notable / Excepcional / Pésima
-Destreza: Normal / Normal / Normal
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-Constitución: Normal / Normal / Mala
-Resistencia: Normal / Notable / Normal
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·Debilidades Físicas: Golpes Físicos. / Ataques Perforantes. [Armadura] / Hechizos o Ataques de Luz. Luz Solar. Daños en la cicatriz del cuello.

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-Ea - Espada de la Ruptura
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-Seneca Crane- · Publicado: 29 Apr 2015 5:13 pm

Dos copas de oro... Hum. El Rey deseaba beber en copas de oro, comer con cubertería de oro y beber vinos de oro. Hasta ahora, la impresión de grandeza que estaba dejando en Crane dejaba mucho que desear. No se diferenciaba demasiado de DeDeDe. Aquello no se correspondía con lo que había leido del 'personaje'. En los escritos de Elisabeth. Claro que eso era en un ambiente privado... Y ahora, en 'publico', exhibiendo su poder y superioridad... Juzgando a su anfitrión en su propia casa... Con una calmada sonrisa, reconociendo el análisis que acababa de hacer Crane se preguntó quién estaba juzgando a quién, y bajo qué pretensiones. Y conservando la elegancia y el flujo armónico, decidió dejar afuera toda esa... autodefensa. En realidad, Harald Ballad se estaba comportando de forma normal... bueno, para alguien como él. La gente tardaba en abrirse (algunos no lo hacían nunca).

Si no bajaba la guardia rebajaba la desconfianza, nadie lo haría.

Cogió otra botella. "Ummm... he cambiado de opinión." dijo. "Iba a serviros mi mejor vino. Pero oyeéndoos, veo que estáis más interesados en mi que en licor. {:$} Os ofreceré entonces mi favorito." llenó ambas copas de oro con el licor procedente de otra botella. "Para que podáis juzgarme adecuadamente." Le entregó una de ellas. "Os advierto que no es precisamente el mejor... y no es el que regalo a mi jefe. Es el que comparto con mi mujer. {:$}"
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Harald Ballad · Publicado: 01 May 2015 7:11 pm

El Rey de Héroes permanecía con esa faz irónica bien dibujada sobre su rostro, mirando al hombre de negocios, de manera fija y directa, sin querer perderse ni un solo detalle de lo que se le ocurriese hacer. Y es que para Crane debía ser bastante obvio a estas alturas... Harald Ballad, ese Rey de la Antigüedad, poco menos que estaba tratando de divertirse con él. ... O mas bien... Usandole a él para divertirse. Pues en el fondo, sus gestos, sus palabras, y su mirada constante, recordaban a la sensación que un ratón notaria al ser visto por un gato. Un gato que mas allá de estar hambriento, le apetecía entretenerse... arruinando a su presa de la peor manera posible. Y él, siendo el ratón, metido en su propia ratonera, tenia la ventaja de poder entretener cuanto pudiese a su honorado invitado... ... Sin embargo... ¿Por cuanto tiempo mas le duraría este pasatiempo? Ahora mismo, Harald tan solo jugaba con sus gustos y palabras, utilizándolas para reírse y pincharle. Pero del mismo modo... le había hecho llamar a su esposa e hijo. Y a medida que avanzaban las circunstancias, mas claro que estaba que aquello solo iría a mas. Primero serian rojos vinos lo que 'juzgaría', pero luego... ... Quien sabe que liquido carmesí querría comprobar...

Por ello, no fue de extrañar que Harald aguardase en silencio a que su anfitrión llenase las doradas copas, haciendo uso de una pose, que sin llegar a ser impaciente, dejaba muy claro que no permanecería tranquila por mucho mas tiempo... Tsk... Lo que significaba, que si Crane quería hacer algo, debía hacerlo ya. Algo que le impresionase. Algo que le llamase la atención. Algo que dejase claro que no era un mero ratón mas. Algo... Algo... ... ... Como lo que hizo en ese entonces. Negándose no solo a servir su botella inicial, si no cambiándola por otra, para ademas admitir que no era la mejor, ni siquiera digna para el paladar de su jefe. ... Tratándose... Mas bien... Su licor favorito.

''.....''

Y fue ahí, justo al hacer semejante decisión, cuando Harald Ballad... ... ... cambio por primera vez de rostro. Desdibujando la sonrisa, apagando el brillo punzante de sus rojizos ojos, y calmando por mucho esa expresión suya, dejando pues, que un rostro mucho mas tranquilo, puede que incluso sorprendido, apareciese ante Crane. Dejando así de claro, que al menos, había dado un paso. ... Ahora solo quedaba ver hacia donde...

''... ... Interesante giro, Mirzel...'' Pronuncio entonces él, haciendo uso de una voz moderada. ''¿Descartaras esa presunción y fanfarronería típicas de tu casa, con tal de abrir una mejor impresión...? ... ... Hm...''

Diciendo esas palabras, los ojos rasgados del Rey de Babylonia bajaron hasta las ya repletas copas, concretamente, a la que Senneca Crane le ofrecía. Y aunque tardo unos segundos de reflexión, en los que observo silencioso... su mano acabo finalmente por estirarse hacia delante, agarrando con firmeza la copa, y acercándola directa a su rostro ~~echándosela en la cara~~, echándole un vistazo directo al liquido. Callado... Sereno... Dando de mientras pequeños movimientos con la copa, haciendo girar el licor. Hasta que... Hasta que se decidió por fin... ... Y se la llevo a los labios. Dando un silente sorbo...

... ... ...

... ...

''... Ya veo...'' Murmuro, bajando la copa, hasta dejarla sobre su regazo.

... ... ...

''Ciertamente, no es el mejor licor que he probado...''

... ...

''Ni siquiera se acerca a los mas notables... ... No digamos ya de los excelentes...''

... ... ...

''... Pero aun así...

.........................

''Posee un aura original. Única y singular...''
''... Que sin duda lo vuelve exquisito para mi refinado paladar.''

... La cómoda porte del Rey de Héroes se inclino en ese entonces hacia adelante, bajando del todo la copa, para dejarla con cuidado sobre la mesa. No obstante, este gesto no vino promovido por rechazo o mala aceptación, si no mas bien, por no disponer de necesidad alguna de seguir testando. Con lo que bebió, al menos por el momento, tenia mas que suficiente. ... No obstante, permitió que las copas permaneciesen invocadas, y que por tanto, Crane pudiese beber sin problema de la suya. Mientras que él, de mientras, se limito simplemente a reclinarse en el sofá otra vez, echando un vistazo general a la sala que les ocupaba...

''Siéndote sincero, me agrada saber que no has tratado de calcar el legado de tus antepasados, Mirzel.'' Comento, observando por segunda vez los detalles de la habitación. ''Al igual que ese licor... Tu hogar y persona resplandecen por brillo propio. Una luz personal que no pretende copiar algo ajeno. Algo que no es tuyo, incluso si viene heredado. ... Jajaja... Pues eso es algo que aborrezco, Mirzel. ¡Hasta mas no poder! ¡JAJAJA! ¡Y estoy mas que seguro... que si hubieses tratado agradarme copiando a Elizabeth...!''

''Te habría ejecutado en el acto.''

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-Seneca Crane- · Publicado: 05 May 2015 12:46 pm

La sonrisa de Crane esta vez fue sincera, y no por educación u orgullo. "Me congratula que os guste." le agradeció, levantando su propia copa en gesto de brindis imaginario. Aun de pie,bebió de esta. Empezó a relajarse. Hasta que cómo no, el Rey de Heroes le hizo un comentario funesto que casi le atraganta.

"Ejem ejem..." tosió. "Bueno, siempre está bien aprender e inspirarse en los antepasados de uno. Atender y continuar el legado que estos puedan dejar." se apresuro a aclarar. "Pero si uno no encuentra su propio camino y se dedica a vivir de las glorias pasadas logrados por los demás... Sí, supongo que ello podría ser cuestionable... Aunque de ahí a merecer la muerte..."

Naturalmente no estaba de acuerdo, pero no era su lugar el cuestionar los valores de justicia de un rey ~~del rock~~ del pasado. Y hablando del pasado...

"Si me permitís preguntaros sobre una historia contada cientos de veces... Vuestra situación como heredero de Babilonia no era muy diferente... ¿Opinabais lo mismo en aquel entonces que ahora? ¿Cuándo cambiásteis de parecer?"

¿Fue cuando declaró que ejecutaran a su tío? ¿O tal vez a la llegada de Enkidu? Hablar de tu a tu con una figura histórica como el Rey de Heroes no pasaba todos los dias. Esperaba no ofenderle con su pregunta.
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Harald Ballad · Publicado: 24 May 2015 11:36 pm

Tras decir aquella afilada declaración, Harald se quedo tranquilo sentado sobre el sillón, llegando hasta a cerrar los ojos, cómodo con su situación y posición. E incluso cuando Crane quedo seco al oírle hablar, tosiendo, y respondiendo con nerviosismo, el Rey Dorado permaneció envuelto en calma, muy en contraste a su anterior actitud. ... Uf... Visto así... Sin duda recordaba a una especie de... ¿Felino? Hm... Un gato podía ser arisco al principio, fuese por orgullo o por instinto. Pero a la larga, cuando sintiesen que el entorno era favorable, terminaban relajándose, aunque sin llegar a amansarse tan fácilmente. Y en el caso de Harald, al menos de momento, parecía estar siendo de esa manera. ... ... ... O al menos, lo fue, hasta que el Hombre de Negocios hizo la pregunta que hizo. Una cuestión histórica, y al mismo tiempo personal. Que provoco que su invitado abriese de golpe el ojo derecho. Enrojecido y palpitante. Clavandolo nuevamente en Crane.

''... ¿De verdad piensas que estas en disposición de cuestionar tales asuntos, Mirzel?'' ... Pregunto con dureza, rompiendo la pose calmada, para echarse ligeramente hacia adelante. ''Son cuatro mil años los que separan mi Era de la tuya. Cuatro mil. ¿Y aun así te crees capaz de entender mi historia? ¿Mis decisiones? ¿Mi vida y leyenda?'' Insistió... manteniendo su asiento, pero inclinándose todavia mas, abriendo ahora su otro ojo.

''¿Es eso lo que afirmas?''
''¿Es eso lo que de verdad opinas?''
''¿Eh, Mirzel?''

... ... Y de nuevo el silencio se hizo... Quedando Harald Ballad con la espalda recta hacia adelante. Estirado. Firme. Como si en cualquier momento fuese a abalanzarse sobre Crane. ... Dejando que pasaran los tensos segundos otra vez... Fríos y gélidos... Pudiendo oírse hasta el reloj de pared de fondo. Resonando. Sonando. Igual que un golpe incesante. Que marcaba mas y mas el peligroso ambiente en el que ese hombre de Negocios se hallaba envuelto.

... 10 segundos...

... ... 20 segundos...

... ... ... 30 segundos

... ... ... 40 segun- ''... Hm...''

... ...

... El brazo de Harald se movió...

... ... Adelantándose...

... ... Agarrando pues...

... ... ... ... ... ... ... ...

... ... ... ...

... ...

...

La copa de vino.

''Tienes razón, Mirzel.'' ... Afirmo él. Tomando el vaso entre sus dedos, llevándosela a sus labios, en donde dio otro sorbo, solo que ahora, de una manera mucho mas natural, demostrando que de verdad le apetecía. Y tanto fue así, que hasta se reclino sobre el asiento una vez mas, conservando el porte serio, pero calmando por mucho el peligro agitado. ''El legado del pasado es la raíz de la que la Civilización se alimenta. Sin ellas, no habría futuro. Y este mundo no seria mas que un cascaron vacío. ... Hmmm... Respetar los orígenes, cuidar del recuerdo, y mantener el pasado como algo digno de recordar. ... ... ... Pero siempre teniendo claro que solo es eso. Un Recuerdo. No se puede depender de una memoria. La civilización debe labrar sus propias metas. Siempre avanzando. Siempre hacia adelante. En un equilibrio constante entre las Verdades del Pasado, y los Ideales del Futuro.''

Tras decir todo aquello, con voz solemne y clara, Harald volvió a beber de la copa, en un corto sorbo, tal y como si fuese para aclararse la garganta. Muy serio. Muy formal. Pero dejandole suficiente espacio a Crane como para que se relajase y le escuchase atento, dando pues lugar a la circunstancia que el mismo Rey de Héroes menciono anteriormente, y es que... pese a su apariencia, vestimenta, y actitud general... Senneca Crane no debía olvidar que frente a él tenia a un hombre proveniente de la mas antigua de las Eras. Un Monarca, un Ídolo, que convivió en la Era de los Antiguos ni mas ni menos. Por tanto... solo por el valor histórico que tenían sus experiencias, merecía mucho la pena escucharle. Pues prácticamente era como hablar con una viva antigüedad...

''Y en cuanto a tu pregunta, Mirzel... La respuesta ya esta dada. ¿O no la has entendido?'' Cuestiono, dibujando casi instantáneamente una irónica sonrisa. ''.... Jejeje... Pero en fin. Supongo que pese a la impresión que has causado, sigues siendo un Mestizo en naturaleza. Por lo que no culpare tu ignorancia...'' Y moviendo la mano que sostenía la copa de vino, Harald Ballad hasta intensifico su burlona mueca, haciéndole especialmente gracia esa... 'incultura' de su interlocutor. Aunque tal y como menciono, procedería a explicarse, cosa que sucedió pocos segundos después...

''Hmm... ... El hermano de mi Padre, el gran Tukulti-Ninurta, poseía unos Ideales demasiado extremos y destructivos para lo que familia y legado habían dejado en mi cuidado. Por tanto, ¿Que otra opción me quedaba si no aplicar justicia en nombre de lo Verdaderamente Correcto? Su sangre fue derramada. Y su destino borrado de la faz de la Tierra. Pues de haber seguido adelante, quien sabe lo habría sido de mi Reino, y de mi Gente, y de su amada Cultura... Fue un sacrificio necesario, incluso si compartíamos sangre y lazos. Siendo así, un Juicio del que no reniego. Ni del que tampoco arrepiento. ... ... Aunque yo jamas me he arrepentido de nada.''

Hablando sinceramente, el Rey de Héroes dejaba varias pausas en donde daba sorbos y dejaba que su mirada se perdiese mirando a ninguna parte, posiblemente imaginando lo que contaba, haciendo memoria, pero sin perder de atención a Crane. De ahí, que al mencionar la parte del 'Arrepentimiento', Harald Ballad, estirase el dedo indice de la mano que sostenía la copa, señalando al propio Mirzel, volviendo a mirarle.

''... No hace falta que lo digas. Basándome en tus estándares de Mestizo, soy capaz de imaginarme lo que esa pregunta esconde. ... Uhmmm... Aun así... ¿No sigue siendo obvio? Ejecute a mi Tío por imponer Ideales que atentaban contra la Verdad Legada. ... ... Y de la misma forma... Aplaste a los Dioses con mi puño de hierro, por resultar ser estorbos para el Futuro de mi pueblo.'' Aclaro, siendo entonces cuando Harald dio su ultimo sorbo, justamente calculado, para que cuando apartase la copa de sus labios y la volviese a dejar en la mesa, Crane observase que el vino llenaba la mitad exacta. Equilibrándose con la copa entera, sin hacer prácticamente ondas.
''He leído las historias que hablan sobre mi, Mirzel, y me he dado cuenta de que la inmensa mayoría retratan mi cruzada contra los Dioses como una Tiranía sin sentido. ... ... Y si... Aunque es cierto que en vida lleve a cabo actos que me convirtieron en un autentico Dictador... ... No fueron precisamente estos los que me impulsaron en dicho conflicto. Mm... Los Dioses... Los Dioses que mi gente veneraba con todo lo que tenían... ... ... Eran crueles y arrogantes.. Pedían, mas de lo que otorgaban. Devoraban, mas de lo que daban. Y estaban ofuscados en querer mantenerse anclados a la Tierra, incluso si eso suponía aplastar a los Mortales de los que dependían. ... ... Tsk... Pues dicha relación siempre fue reciproca. Los Hombres, carentes de poder, y con un tiempo limitado de existencia, construían el Futuro con sus elevados números. Mientras que las Divinidades, nacidas desde el principio con poder absoluto, y bendecidas con enteras inmortalidades, conservaban el culto Pasado, y la Tradición de la que ambos provenían. Siendo así, que los Mortales daban forma y vida a los Dioses, y estos protección y cuidado a los Mortales. Como debía ser. Como fue planteado en el principio de los tiempos por las fuerzas primordiales. ... ... ... ¿Pero cuanto creció la codicia de las Divinidades con el paso de los Siglos? Acumulando Poder y Fama. Obsesionados en ser Grandes y Eternos... ... Al final... se volvieron un lastre. Una carga sobrante para la Civilización Mortal. Especialmente con mi Pueblo. El cual no podía crecer o evolucionar sin que los caprichos avaros, lascivos, glotones, orgullosos, o rabiosos de los Dioses se interpusiesen en medio... ... Y por ello, al igual que aplique justicia en nombre de la Verdad con aquel necio Hombre, ejecute justicia en nombre de los Ideales con dichas Divinidades Opresoras. Destruyendo sus lugares de culto, y ejecutando a todos aquellos que osasen seguir nutriendo a tales falsedades.''

''Y pese a lo que se mencione en esas adaptaciones de mi vida que hay escritas hoy en día... Mi fiel compañero Enkidu no me hizo cambiar de opinión en lo mas mínimo. Si no que al contrario. Él, como igual mio que era, supo ver exactamente el mismo problema con los Dioses. Y él, como eterno amigo mio que fue, deseo acompañarme y ayudarme en mi cruzada. ... ... Solo que... haciéndome entender, que el método que yo escogí, no era el mas razonable, ni tampoco el mas justo. Hm... A fin de cuentas, estaba castigando a mi Pueblo por los errores de los Dioses. Y eso no me dejaba a mi en un mejor lugar. ... Así que... siguiendo su consejo, Enkidu y yo procedimos a ejecutar no a los Creyentes de las Deidades, si no a las Bestias que estas tenían para aplicar su 'Ley'.
Monstruos Divinos. Herramientas con Formas Animales. Armas Vivientes provenientes de Paradiso... Había que exterminarlos a todos. Eliminarlos. Borrarlos para siempre. Porque así, los Dioses no tendrían forma de conservar su culto a las malas, y se verían obligados a sobrevivir a base de buenos actos, protegiendo, y no presionando, a los Hombres que les veneraban. ... Ya que si no lo hacían... La gente les daría la espalda, y terminarían desapareciendo en el Olvido. ... ... Y si. Es cierto. Asesinar a una Mascota Divina, sobretodo en esa época, era considerado un delito gravísimo, normalmente pagado por la muerte. ... ¿Pero que otra opción nos quedaba? Muchas de esas Bestias... eran lo que eran... ¡Meros Monstruos! Que campaban a sus anchas y devoraban a civiles. No sufriendo jamas ni una sola reprimenda por provenir de los cielos. ... Agh... No tenia mas remedio. Tanto por mi legado, por mis ideales, por mi pueblo, y mi responsabilidad como Rey... Debía cumplir dicha tarea.''

''... Pero también asumir el castigo...''
''Que al final supuso perder a mi mejor amigo.''

... Llegados a ese clímax, Harald Ballad se detuvo. Dejando así el punto final bien claro en el aire. Sin mirar a Crane, aunque si a la copa. En silencio... ... Pero con una faz que tampoco es que denotara disgusto, pese a la tristeza de tal anécdota. Seguramente... Cuatro mil años habían sido mas que suficientes para aceptarlo. Incluso... si el Mirzel ya sabia como acabo el Rey de Héroes tras la perdida de su compañero. Siendo esta una continuación no muy agradable... ... Hum... ... Por eso no fue de extrañar que Harald no hiciese mayor mención a ella que la dicha en su comentario sobre su 'Tiranía'. Pasando al final a otra linea. Elevando entonces los ojos, en un rostro tranquilo.

''... Y el tiempo ha dado razón a mi Juicio, por lo que parece.'' Soltó de pronto, acomodándose del todo sobre el sofá, colocando una de las piernas encima de la otra. ''La Civilización maduro. Creció. Y avanzo. Evolucionando exponencialmente. ... ... Y aunque es bien cierto que esta... Era... merece una limpieza a fondo... Al menos, el intento lo amerita. ... Jejeje... Siendo tu, Mirzel, un buen ejemplo de ello.'' En esta ocasión no le señalo, aunque si que movió el brazo hacia él, en modo honorifico, otorgándole mas peso a su declaración. ''Has conservado el equilibrio que yo tanto he dado y perdido por traerlo a este Mundo. Y eso, solo eso, te coloca varios escalones por encima de la mayoría. ... Así que siéntete afortunado. Recuerdalo siempre, y hazle saber a tu esposa, hijos, y futuros herederos''

''Que el mismísimo Rey de Héroes''
''Único dueño absoluto de este jardín llamado Pop Star...''
''... Te encontró interesante.''
''Y puede, que hasta un tanto útil...''

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-Seneca Crane- · Publicado: 25 May 2015 2:52 am

"Vuestra declaración me halaga en sobremanera, Rey de Héroes" contestó, con una sentida reverencia. "No obstante tal vez es un poco demasiado prematura, pues lo que voy a decir a continuación no será de vuestro agrado en absoluto." le advirtió.

Un hombre normal no se atrevería a poner en peligro su propia cabeza y la de su familia con las declaraciones que iba a decir aqui y ahora. Un hombre normal tendría la precaución de callar y sonreir, especialmente una vez se había ganado elocuente y diplomáticamente el respeto de tan poderoso y peligroso individuo que tenía delante. Un hombre normal protegería a su familia, ante todo. Alguien como Crane Mirzel, especialmente, que valoraba a su familia por encima de todas las cosas, callaría y protegería a los suyos.

Pero precisamente Séneca Crane no lo hizo.
Precisamente porque valoraba su familia por encima de todo.

"Quiero hablaros de Elisabeth Mirzel. Quiero contaros lo que le aconteció a nuestra familia después de ella." dijo entonces. "De la mujer que en tan alta estima tenéis. Del legado que dejó a su familia. De sus descencdientes, hasta llegar a mí." cabiló por unos instantes cómo abordar la conversación. "Si no os importa, sosteneré mi cetro mágico mientras pronuncio mis palabras, pues carezco del temple de un Rey y vuestra presencia resulta de lo más intimidatoria, especialmente en lo que os voy a hacer saber." agarró un bastón de madera, con un rubi perfecto engarzado sobre él. "Como es obvio, si decidis ejecutarme o hacer daño a mi familia, tendré que actuar en consecuencia. Sostener el bastón me da la tal vez ingenua seguridad de que tendré alguna oportunidad de ganar tiempo a los míos para que huyan. Pero debo pediros que me escuchéis desde el principio hasta el final, tal y como yo he hecho." se limpió el sudor de la frente, respiró hondo y trató de calmar sus nervios y temores. Miró entonces a los ojos a Harald Ballad, y le dijo lo siguiente con absoluta claridad y severidad en sus palabras:

"Elisabeth Mirzel fue una verguenza para la familia de los Mirzel. Hoy día, entre nosotros la conocemos como La Sucia Sanguijuela Mezquina, y me atrevo a decir que los antepasados Mirzel que le pusieron el mote se quedan cortos.

Elisabeth Mirzel fue una mujer egocéntrica que sólo vivió para sí misma. Su orgullo era basto e insostenible. Sus ansias de poder y prestigio la llevaron a condenar a toda nuestra familia, SU familia, los Mirzel, a la ruina y el desastre, a la pobreza y la deshonra. En su afanosa búsqueda por invocar al mayor y mejor sirviente de todos los tiempos, el sirviente que le llevara a la victoria perfecta para el Another Heaven, desangró la Casa de los Mirzel por completo, gastando y devorando toda la fortuna que ésta tenía y los ahorros de nuestra familia. Despidió a todo el personal, personal que nos había servido orgullosamente durante siglos, que formaba parte núclea de esta familia. Vendió el mobiliario centenario y los tesoros de nuestra familia, incluidos valiosos grimorios. Mobiliario de gran valor histórico y sentimental, o incluso aún peor, objetos de grandes poderes, que mantenían a la familia Mirzel a la cabeza de las demás familias de brujos y hechiceros. No contenta con eso, tampoco, viendo insuficientes sus fondos para sufragar su búsqueda, adeudó la familia con numerosos bancos, bajo préstamos de cuantías desorbitadas, y hasta ofreció esta mismísima mansión, el sagrado santuario de los Mirzel, el hogar de nuestra familia, y con ella toda nuestra historia. Lo único que nos quedaba, la historia de la familia, los diarios y retratos que nadie compraría, los objetos puramente sentimentales.

Su avaricia no conocía límites: su despacho fue lo único que conservó perfectamente intacto. Sin duda para causaros una perfecta impresión, y consecuentemente conseguir vuestro apoyo para su causa perdida: la de alzarse con la victoria del Another Heaven, la de pedir su egoista deseo, deseo que no compartíria con nadie más que su propio sirviente, pues despechó al personal y expulsó a todos los congéneres de su propia sangre de esta mansión.

El sucesor de Elisabeth, El Mártir, lo apodamos, heredó un millar de deudas y una mansión sin valor. Tomó la difícil decisión de ofrecer la familia Mirzel en vasallaje a la familia rival de los Sunlight, un admirable acto de humillación absoluta. Los Sunlight asumieron una parte sustancial de la deuda, pero la mansión seguía vacía y sin personal. Para ser un vasallo útil, los Mirzel debían recuperarse. De lo contrario, ni siquiera los Sunlight podrían salvarnos de la extinción. El sucesor de Elisabeth Mirzel tuvo que tomar otra decisión aún más difícil. La de comprometer a su hijo con la desconocida y poco prestigiosa familia de los Crane, empresarios burgueses de nulo linaje noble, un mestizaje en toda regla, rompiendo la tradicional costumbre de casar nobles con nobles, y jurando por nuestro propio noble que el apellido Crane se colocaría por siempre y a partir de entonces delante del Mirzel.

A su sucesor, mi padre, 'El Títere Caído, o el Asfixiado', aún no hemos decidido su mote, le correspondió la dura y ardua tarea de vivir como un vasallo de los Sunlight y como la rama menor de los Crane. La matriarca de los Sunlight y el patriarca de los Crane tiraban de sus hilos, obligándole a atender sin rechistar toda orden y petición, asfixándole y aún así siempre trató de afrontar su destino con una sonrisa elegante. Los Crane eran gente de negocios, burgueses adinerados, y el mundo estaba cambiando rápidamente a nuestro alrededor. Ya no eran el prestigio, ni la influencia, ni la magia ni la historia los ejes del mundo, sino el dinero y la fuerza de trabajo. Mi padre supo servir y callar. Envió a su hijo aquí presente al cuidado y la tutoría de los Crane, que le formaron y criaron como el gran hombre de negocios que los llevaría a mayores fortunas, invirtiendo toda la esperanza de las dos familias. Los Sunlight se encargaron, a su vez, de la formación en la hechicería de ese hombre, ya que ni los Crane, nobles burgueses y empresarios, ni los propios Mirzel, que habían perdido la totalidad de sus libros de magia y hechicería. Este bastón, aqui presente, por ejemplo, es un artefacto de los Sunlight, regalo de mi mentora, Shura Sunlight. Cuando la conocí era muy joven, más joven que yo. La heredera de la su casa homónima. Una superviviente, como yo.

Si por un mote deberá conocerseme entre los Mirzel, me gustaría que fuera el de 'Superviviente'. Tal vez con algún adjetivo, que le de una connotación positiva o negativa, según Yo tuve que enfrentarme a la caída de todas las casas de nobles magos ~~de Hogwarts~~. Una cruzada en toda regla. La longeva y discreta casa Crawford dio el paso, y aprovechó lo que Elisabeth le había ofrecido en bandeja.

El escaso poder de la casi extinta casa Mirzel, la debilitada casa de los Sunlight tras rescatarnos, el corte de relaciones con el exterior de la casa Aizbern, la Guerra de los Catorce Años y la posterior represión de la Duquesa de Hierro en el Ducado Montañés... Eran tiempos tumultuosos para la nobleza más antigua, y cada una de estas afrontaba riesgo de desaparición. La Casa Crawford, con Jeremiah Crawford a la cabeza, decidió aprovechar las circunstancias hizo acto de aparición. Convenció a Su Santidad el Papa para declarar una Santa Cruzada contra las 'herejías' de la magia. Algunas familias se convirtieron al Angelismo y aceptaron anexionarse a los Crawford; si es que no lo estaban ya previamente. Otras, como los Sunlight, se opusieron.

El vasallaje hacia los Sunlight nos obligó a participar en la guerra. Mi padre, de hecho murió en ella, al igual que muchas otras familias nobles. Mi mujer, Jarelle, de los Finn, perdió a toda su familia. Ella, al igual que yo y que Shura, es una superviviente. Y al igual que yo, una cobarde. Si seguimos vivos es porque nos cambiamos de bando. O más bien, porque desertamos. Mientras mi padre luchaba, yo creaba contactos. Jarelle, por su parte, escondía y robaba los tesoros de su propia casa, preparándose para una fuga en toda regla. Yo buscaba una salida para los Mirzel, un benefactor mayor y mejor que los Sunlight, que se encontraban al borde de la extinción en una guerra imposible de ganar. No hacia falta ser muy astuto para preveerlo. Yo era un Mirzel, sí, como mi padre, pero también era un Crane, como mi madre. Un oportunista. Un hombre de negocios. Un superviviente del mundo de las finanzas. Y también... un enamorado.

Jarelle quería fugarse, como lo hizo Shura. Fugarse y abandonar el barco que estaba hundiéndose. Y quería que yo la acompañase. Pero yo... No podía hacer eso. No podía abandonar a los Crane, ni a los Mirzel, ni todo el legado y la historia de ambas familias. Quería refletar ese barco. Quería sacarlo adelante. Ella pensaba que permanecer en esta tormenta nos mataría a todos. Se me declaró entonces, me contó su plan, y me propuso salir de este infierno con ella. Llegamos a un acuerdo: si no encontraba un benefactor en el plazo de un mes, nos escaparíamos, nos casaríamos y me convertiría en un Finn, como ella. Pero si lo encontraba... no sería yo un Finn. Sino ella se convertiría en un Mirzel. En cualquiera de los dos resultados... je, nos casaríamos. Resultó que mi mano fue la vencedora.

Y así fue como sobreviví. Mi familia sigue en deuda eterna con los Sunlight, pero tanto la única superviviente de los Sunlight, como yo, el único de los Mirzel, nos hemos vuelto proscritos. Así ha sido también con Jarelle, que jamás podrá llamarse una Finn, pues abandonó por completo a su casa y se llevó sus tesoros. Y así es mi familia, y los estigmas que carga y las manchas que lleva. Mestizaje, supervivencia, robo y podría decirse que también traición. Venderse al mejor postor. Claro que por supuesto, en la larga historia de los Mirzel hemos hecho eso una y otra y otra vez. Pues así hemos sido siempre: unos triunfadores, unos supervivientes, y unos astutos bastardos."

Concluido su discurso, finalizó:

"Me habéis hablado del estigma de vuestra casa. Yo os he hablado del nuestro. Con sinceridad, me habéis contado una historia muy personal, aún a pesar de que, después de cuatro mil años, lo tengáis más que superado. He aquí mi devolución del favor, aunque por desgracia la familia Mirzel no tenido cuatro mil años para 'superarlo'."

"Ejem..." agarró su bastón con firmeza. "He preferido contaros todo esto de mi propia boca, antes de que lo oigáis de la boca de otro. Ahora el Rey conoce toda la historia. ¿Me permitiréis saber el veredicto?"
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Armas: Bastón plegable y mágico de rubíes. Magnum Desert Eagle de oro.
-Características-
Fuerza Normal Destreza Normal Agilidad Normal Constitución Normal Resistencia Normal Carisma Notable Espíritu Excepcional Sabiduría Notable Raciocinio Normal

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Limpiamos la basura del mundo por ti.

Harald Ballad · Publicado: 26 May 2015 12:05 am

El Rey de Héroes contemplo con rostro placido la reverencia de Crane, asintiendo, mientras volvía a tomar la copa con su mano, bebiendo elegantemente de ella. A fin de cuentas, se hallaba satisfecho, a gusto con aquel discurso que otorgo, y la escena que él mismo protagonizo. ... Y puede que precisamente por eso... por hallarse tan... tranquilo, Harald no reacciono con sequedad a la respuesta del Hombre de Negocios, ni siquiera ante el tono que este empleo, o a la advertencia clara que le hizo. Simplemente, le dio un sorbo al vino, agito el brazo, y miro fijamente al Mirzel, observando así como... agarraba su bastón, justificando el acto bajo el hecho de que lo que iba a contarle tal vez le ofendiese, y por... 'seguridad', se mantendría a la defensiva, en caso de que al Rey de Babylonia le diese por cargar su ira contra él y su familia. ... ... Pero aun con todo... Harald Ballad siguió sin decir nada. Ni siquiera una burla, una pulla, o un comentario orgulloso, que hiciese referencia a la... ingenuidad admitida de su interlocutor. Y considerando que esto ultimo habría sido una respuesta a esperar de él, sin duda su silencio quedo marcado... ... aunque no como antes. No se le veía ofendido. Ni enfadado. Ni tenso. No sonreía, pero tampoco mantenía una mueca malhumorada. Tan solo... era eso. Tranquilidad, profunda e increíble tranquilidad, que unida a sus pasivos sorbos a la copa, le dejaron a Crane el perfecto terreno para desenvolverse en su contestación... bajo todos los riesgos que suponían.

Y así Senneca Crane hablo...

... Y así Harald Ballad escucho.

Completamente callado, sin intervenir, cortar, responder, o cuestionar a nada de lo que el anfitrión le contó. Ni siquiera a las partes en las que puso mas énfasis. Ni tampoco en aquellas que debían resultar difíciles de oír. Y es que... Crane no se corto al explicarlo. Narrando con todo lujo de detalles, incluyendo los sobrenombres, los acontecimientos complejos, y sus propias opiniones al respecto. Extendiendo el discurso hasta el punto de que hasta la propia habitación quedo envuelta en el mismo, haciendo sintonía entre la música y el aire que se respiraba. Siendo Harald Ballad el espectador de todo aquello. El cual, limitándose a atender, y a beber de la copa cómodamente, jamas aparto la vista de Crane ni por un solo instante. Contemplando sus gestos, su pose, su nerviosismo, y los movimientos inconscientes frutos de este. Todo, sin cambiar una sola vez el rostro. Conservándolo relajado. Conservándolo tibio. Conservándolo... ... despreocupado... ... ... Uh... ¿De verdad estaba atendiendo? Porque visto así, casi parecía que le estaba ignorando... porque... ... Hm... ¿No tendría que reaccionar de alguna forma? Tal vez no por enfado, ¿Pero y por sorpresa? Él admitió tener a Elizabeth Mirzel en una pedestal, por lo que conocer semejantes detalles ahora, deberían haber provocado alguna reacción... ... La cual... no llegaba. Y pasaron y pasaron los minutos, y esta seguía sin venir. ... ¡E incluso para cuando Crane llego a las ultimas partes de su historia, Harald permanecía idéntico a cuando comenzó!

"Ejem... He preferido contaros todo esto de mi propia boca, antes de que lo oigáis de la boca de otro. ... Ahora el Rey conoce toda la historia. ¿Me permitiréis saber el veredicto?''

''Hmm...''

... Harald... ... bajo la mirada al oír aquello ultimo, dirigiéndola hacia su copa, la cual movía en lentos círculos, agitando el liquido de su interior, el cual... ya prácticamente estaba agotado, solo quedaba el fondo, lo mínimo de lo mínimo... No siendo de extrañar pues, que aun con esa pregunta importantísima en el aire, ante la cual Crane hasta temblaba un poquito, tratando de afianzarse a la firmeza de su bastón... el Rey de Heroes... diese su ultimo trago. Moviendo al finalizar el brazo para dejar la copa sobre la mesa, y aprovechar ya el tirón para levantarse del asiento. Quedando de pie. Con toda su pose estirada. Mirando al Mirzel.

''... Uhmmm...''

... ... Pero siguió sin decir nada... ... ... nada de nada... Solo le miro. Y le miro. Y le miro. Colocando hasta su postura casual mientras lo hacia, llevándose ambas manos a los bolsillos del pantalón, en una elegancia casual bastante extraña.

''... ...''

¿Que...? ¿Que era lo que estaba pensando? ¿Su veredicto? ¿Su respuesta? ... ¿O meramente estaba ahí perdiendo el tiempo?... ... Uf... De nuevo... había que aclarar que esto no era como las anteriores veces, en donde el nerviosismo provenía de las reacciones violentas o secas del Rey de Héroes. No... lo de ahora, era distinto. Se hallaba tranquilo. Tan absurdamente tranquilo. Que costaba imaginar lo que podría suceder a continuación. ... ... ¿Y si tal vez era esa su intención...? Poner mas nervioso a Crane, a costa de no aclarar su respuest-

... ... ...

... Y Harald se movió.

... ... Avanzando con sus pasos...

... ... ... Aunque no hacia a Crane...

... ... ... ... Si no a la puerta... ... Que conducía al interior de la Mansión

''Si esta vivienda ha conservado lo que yo recordaba, entonces... Aun cuenta con las catacumbas inferiores, ¿No es cierto?'' ... Cuestiono él, mirando de reojo a Crane por unos segundos, antes de volver a dirigirla a la puerta. ''Hmm... Tu esposa e hijo tendrán que esperar. Primero deseo visitar dicho sótano. ... ... Así que guíame hasta él, Superviviente. Tu invitado requiere de los servicios de su anfitrión.''

Pese a que aquello lo dijo con la clara autoridad suya, no dejando peros que valgan... También mostró un ligero fragmento de educación formal, dejando incluso espacio para que Senneca Crane se adelante, abriese la puerta, y le guiase por si mismo. ... Tal y como haría un invitado normal. ... ... Solo que sin serlo, en lo mas mínimo.
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//PV: 247 (170 + 77) / PM: 49 (42 + 7) / ATQ: 29//

-Fuerza: Notable / Excepcional / Pésima
-Destreza: Normal / Normal / Normal
-Agilidad: Normal / Normal / Normal
-Constitución: Normal / Normal / Mala
-Resistencia: Normal / Notable / Normal
-Carisma: Excepcional / Normal / Notable
-Sabiduría: Pésimo / Pésimo / Notable
-Espíritu: Notable / Notable / Normal
-Raciocinio: Malo / Malo / Excepcional

·Debilidades Físicas: Golpes Físicos. / Ataques Perforantes. [Armadura] / Hechizos o Ataques de Luz. Luz Solar. Daños en la cicatriz del cuello.

·Armas/Objetos:
-Ea - Espada de la Ruptura
-Enkidu - Cadenas del Cielo
-Cuchillos

·Guardian Force:
-Fuerza: Excepcional
-Destreza: Notable
-Agilidad: Notable
-Constitución: Normal
-Resistencia: Normal
-Carisma: Malo
-Espíritu: Pésimo
-Sabiduría: Normal
-Raciocinio: Normal

Link a la Ficha: http://comandopopstar.foros.ws/t512/harald-ballad/