Noticias
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✪ 2/11/2015 ✪
Actualizado el avatar y la primera imagen de la firma de Bastet, ahora las dos imagenes tienen mejor calidad y el avatar es m�s grande. �Que esto no es una noticia realmente? Eeh... uh... bueno...
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Pop Star Times
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Nueva mascota que hace furor en otros planetas, �Ahora disponible en Pop'Star!
�As� es! �Las nuevas criaturitas m�s tiernas de la galaxia ahora est�n disponibles en la Tiendita de Mascotas de los Horrores!
�Curioso nombre no? Que no os enga�e, este peque��n no es un horror para nada. Un animalito de lo m�s mono y cari�oso, un energ�tico compa�ero que alegra a tanto ni�os como ancianos.
Por ahora han tenido un especial impacto en los habitantes de la Isla del Helado, que adoran sus nuevas mascotas. �Pero no faltar� mucho para que est�n por todo Pop'Star!
�Qu� esperas para conseguirte el tuyo propio? �Al escribir esto tengo el m�o dando vueltas en mi pierna y lamiendo mis pies, es tan juguet�n! �Pasaos cuando quer�is por la galer�a de los Edificios Mantequilla, y no se arrepentir�n!
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Evento Actual
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Crucero Star Ship
�Sean todos bienvenidos al Star Ship! Disfruta de un relajante viaje paradis�aco a bordo del m�s ex�tico crucero de Dreamland, a trav�s de las hermosas aguas del Oc�ano Naranja. �Dado que es la innauguraci�n, las entradas cuestan la mitad de su precio normal!
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NPC del Mes
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-Drake-
�El NPC del mes de Febrero de 2015 ya est� aqu�!
El General Drake de los Shadow Riders ha sido un misterio durante a�os. Generalmente pasivo, encerrado en su habitaci�n de la base con sus propios asuntos, se ha vuelto m�s activo en los �ltimos tiempos.
Tomando una participaci�n en la odisea en la F�brica, d�ndole traumas a Luminary Knight que definitivamente aumentaron su car�cter para ser Luminary Umbrae o incluso organizando su propia investigaci�n oce�nica con la ayuda de la mism�sima Princesa del Mar, por "motivos acad�micos" y con un nombre falso...
Pocas veces se ha visto a este hombre actuar, y muy pocos saben qu� se trae entre manos y c�mo reacciona ante las diversas situaciones. Sin embargo ese misterio es el que nos mantiene a�n interesados en este personaje y los secretos que puede guardar. Por el momento, le daremos este peque�o homenaje acompa��ndonos durante todo marzo. �Felicidades Drake! Y que lo que tengas en mente no acabe con demasiados muertos...
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Harald Ballad
Pr�ncipe Dorado

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Publicado: 12 Apr 2015 1:06 am T�tulo del mensaje: El Linaje de la Sangre
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Doscientos a�os... Doscientos a�os atr�s fue cuando �l, Harald Paddra Ballad, Rey de H�roes, y Gobernante indiscutible de Babylonia, fue invocado. Revivido. Y tra�do de vuelta de entre... los muertos. ... ... O bueno... No realmente. Pues lo suyo bien podr�a considerarse un sue�o cristalizado, en el que se le mantuvo intacto durante 3800 a�os, desde su lecho de muerte, hasta ese preciso instante. Hm... Ese preciso instante... ... En el que la familia Mirzel le llamo para luchar.
El juego del Another Heaven, creado y dirigido por la bruja Lilith, consiste en eso. Familias de magos que son citadas a pelearse las unas contra las otras, pero que en vez de utilizar sus armas o magias, invocan a una figura del pasado para representarles. A un Servant. H�roes, Villanos... Personajes Famosos, con historias que les definen... Y que en la mayor�a de casos, resplandecen por la fuerza con la que marcaron sus leyendas. Siendo estas entidades, tra�das de vuelta temporalmente, los que se manchan las manos en un combate a gran escala, y en el que solo puede quedar un Servant... y una familia ganadora.
Por supuesto, cada familia tambi�n escoge a uno de entre los suyos, que cumplir� el papel de Master. Aquel que dirigir�, mantendr�, y apoyara al Servant. Trat�ndose de la cara familiar para el conflicto. Y as�, Master y Servant, en un d�o, compartir�an el lazo de la derrota o la victoria. El cual... mas all� de la recompensa final... Casi siempre suele enredarse en Vivir, o Morir. De ah� el peligro que corre un Master al participar. Y de ah�, que se suela escoger al mejor de la familia para realizarla. Normalmente, el patriarca. ... ... Trat�ndose de ninguna extra�eza, que precisamente fuese el Patriarca de los Mirzel de aquellos tiempos, quien confi� en su fuerza para luchar. Hallando un catalizador conectado a su leyenda. Reuniendo la suficiente energ�a m�gica para invocar a alguien de su nivel. Y en ultima estancia... Proporcionarle una estad�a digna de su marca. Ademas del trato obvio. Junto al espect�culo que solo un Mirzel podr�a ofrecer. ... ... ... Si... �Por supuesto que si! Ese Master que tuvo... �Como iba a poder olvidarlo? Su nombre, su aspecto... Incluso las conversaciones que compartieron, y el tiempo exacto que paso asociado con su persona... ... Je... Pues tal vez se tratase de un mestizo mas... Pero logro entretenerle. Y por encima de todo... Complacer su agrietado humor.
As� de clara fue su marca.
�As� de indudable fue su Master!
El Patriarca de los Mirzel...
Elizabeth Mirzel
Hmm... Que un mero mago de segunda pudiese llegar a impresionarle ya era algo de lo que tener en cuenta. ... Pero que encima se tratase de una mujer... ... �Ja! La idea crec�a con diferencia. Y es que Elizabeth consigui� dejar su genero como algo secundario. Sin importancia para su labor. Tanto para �l, como para todos con los que trato, y para todos a los que enfrento. Dejando que la elegancia de su casa quedase referenciada en cada una de sus acciones, incluyendo aquellas manchadas con sangre. No perdiendo nunca la calma. No dejando que su... flujo se alterase. Por nada, ni nadie. ... Ni siquiera por �l. ... ... ... Uhm... �Y posiblemente fue eso lo que le agrado tanto? �Que no mostrase miedo alguno a su estampa? �A su leyenda? ��A su poder?! ... ... Puede ser. No cabe en duda, que la posibilidad existe ah�... Pues tambi�n a sus ojos, Elizabeth no era una mujer mas. Ni una bruja cualquiera. No... Ella fue su Master. Y cumpli� dignamente con el papel hasta el final. Alcanzando la victoria. Alz�ndose como ganadores... ... Y aunque su final fue tr�gico, unida a su propia ca�da en otro largo sue�o... La haza�a estaba marcada. El legado era claro.... Y sus motivos para ahora estar frente a esta nost�lgica edificaci�n... Mas que obvios.
''La mansi�n de los Mirzel... Aun sigue en pie. Y tan hermosa como la recordaba...'' Murmuro Harald para si mismo, andando con calma hacia la puerta de la valla externa de la Mansi�n, que la recubr�a enteramente, con un largo espacio de varios metros entre ambas, ocupado por un bonito jard�n. Esplendido, y magnifico. Igual que el resto de la construcci�n. A fin de cuentas... el paisaje apremiaba, hall�ndose apartada en las afueras de la ciudad, en un rinc�n amplio, que pese a resultar privado e intimo, no llegaba a ser aislado, como un entorno atemporal, el cual Harald contemplo en completo silencio por varios segundos, sin hacer mas gesto que el de llevar las manos a los bolsillos de su casual vestimenta. ''Hmm...'' Pensando, observando, y disfrutando de lo que ve�a, mientras a su mente ven�an aquellos recuerdos de cuando visito por primera vez la mansi�n, en una �poca ya muy distinta... ... Ains. Tan solo esperaba que sus nuevos inquilinos no le decepcionasen. Pues iba a ir a verles. En ese preciso instante. Y por ello, al final... ... ... La puerta de la verja salio disparada hacia adelante. Arrancada de cuajo del resto de la valla, en un tremendo golpe, que sacudi� el suelo nada mas caer. Pero que para Harald, fue tan natural como abrirse paso, no cambiando ni su rostro ni su gesto, para as�, echar a andar hacia el jard�n, con la mansi�n bien enfocada con su enrojecida mirada...
-Oh, Elizabeth... Permite que te de el honor de juzgar a tus descendientes con mis propios ojos... Que los dictamine, y observe si son dignos de compartir tu linaje. Y el legado... De aquel Master me que devolvi� a la vida...- Pens� �l, andando, y andando. Recorriendo el jard�n, como el que anda por su propia casa. -Si no lo son... Si lamentablemente resultan ser tan sosos e insulsos como aquellos otros Magos a los que enfrentamos... ... ... Supongo, que limpiare el estropicio en tu nombre. ... Y en el mio, por supuesto. A fin de cuentas... �Quien si no yo posee semejante derecho?- _________________
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//PV: 247 (170 + 77) / PM: 49 (42 + 7) / ATQ: 29//
 | � | � | -Fuerza: Notable / Excepcional / P�sima
-Destreza: Normal / Normal / Normal
-Agilidad: Normal / Normal / Normal
-Constituci�n: Normal / Normal / Mala
-Resistencia: Normal / Notable / Normal
-Carisma: Excepcional / Normal / Notable
-Sabidur�a: P�simo / P�simo / Notable
-Esp�ritu: Notable / Notable / Normal
-Raciocinio: Malo / Malo / Excepcional |
�Debilidades F�sicas: Golpes F�sicos. / Ataques Perforantes. [Armadura] / Hechizos o Ataques de Luz. Luz Solar. Da�os en la cicatriz del cuello.
�Armas/Objetos:
-Ea - Espada de la Ruptura
-Enkidu - Cadenas del Cielo
-Cuchillos
�Guardian Force:
-Fuerza: Excepcional
-Destreza: Notable
-Agilidad: Notable
-Constituci�n: Normal
-Resistencia: Normal
-Carisma: Malo
-Esp�ritu: P�simo
-Sabidur�a: Normal
-Raciocinio: Normal
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Ultima edici�n por Harald Ballad el 25 May 2015 10:59 am; editado 1 vez
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-Seneca Crane-
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Publicado: 12 Apr 2015 12:00 pm
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Doscientos a�os es mucho tiempo. Desde luego que habia cambiado el lugar. La ubicaci�n era la misma, pero durante el curso de dos siglos hab�a experimentado, como era natural, numerosas renovaciones, y no s�lo de la pintura, sino tambi�n de la estructura base. Y a�n a pesar de todo, a primera vista segu�a pareciendo la misma e imponente mansi�n. El jard�n, naturalmente, era completamente distinto. Tanto la disposici�n, como la flora y la fauna. Adem�s de eso, habia algo nuevo y era la seguridad. No s�lo c�maras de vigilancia y otros dispositivos extra�os apagados. Numerosos hombres trajeados de negro, con pinganillos, gafas de sol y visibles pistolas al cinto se dirigieron hacia la verja destruida inmediatamente. Se posicionaron en dos filas verticales y colocaron firmes, formando un improvisado pasillo en direcci�n al interior de la mansi�n. No dijeron nada, ni tampoco desenfundaron sus armas. _________________
|  | �� | Armas: Bast�n plegable y m�gico de rub�es. Magnum Desert Eagle de oro.
-Caracter�sticas-
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Harald Ballad
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Publicado: 14 Apr 2015 3:32 pm
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El andar de Harald se mantuvo directo y estable, sin cambiar de gesto o parecer en ning�n momento, caminando hacia delante, siempre hacia delante. Recto. Erguido. Y con la cabeza levantada. Mirando fijamente a la cada vez mas pr�xima mansi�n... Aunque siendo consciente al mismo tiempo, de de esa novedosa actividad que ocurr�a a su alrededor. Pues estaba claro. Aun con los ojos clavados en el frente, pudo fijarse en las diferencias obvias que exist�an entre el presente y su recuerdo pasado, siendo una de las mas reconocibles, la presencia de aquella hilera de hombres. Trajeados con ropas simples, pero modernas. ... Al igual que las armas que llevaban. ... Si... La seguridad de la Mansi�n se hab�a adaptado a su tiempo, distanci�ndose de aquellos Guardas mas cl�sicos que una vez su Master tuvo a disposici�n... ... ... No obstante... Para el caso ten�an la misma utilidad, y el mismo reconocimiento. Y de ah�, que pese a observar tales movimientos, Harald continuase con su andar lento. Dirigi�ndose a la puerta de la Mansi�n. En una estampa... que incluso parec�a natural. Como... Como... Si esos guardias, simplemente se hubiesen colocado en posici�n para recibir a alguien importante. Alguien ya esperado y predispuesto. ... Uhm... �Tal vez ese era el motivo de Harald para no hacer nada en especial? ... Hm... Tenia toda la pinta, si. Pues cuando alcanzo por fin la puerta, y se detuvo frente a ella, su acto para abrirla resulto hasta cortes. Sacando la mano de su bolsillo, y empujando el pomo con cuidado hacia delante. Y todo... mientras una sonrisa le adornaba el rostro. _________________
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-Destreza: Normal / Normal / Normal
-Agilidad: Normal / Normal / Normal
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-Resistencia: Normal / Notable / Normal
-Carisma: Excepcional / Normal / Notable
-Sabidur�a: P�simo / P�simo / Notable
-Esp�ritu: Notable / Notable / Normal
-Raciocinio: Malo / Malo / Excepcional |
�Debilidades F�sicas: Golpes F�sicos. / Ataques Perforantes. [Armadura] / Hechizos o Ataques de Luz. Luz Solar. Da�os en la cicatriz del cuello.
�Armas/Objetos:
-Ea - Espada de la Ruptura
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-Fuerza: Excepcional
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-Seneca Crane-
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Publicado: 18 Apr 2015 2:54 pm
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La puerta a la que le dirigieron no fue la principal, como Harald pudo identificar por sus recuerdos. Llevaba a la sala de torpedos la oficina principal, accediendo por el lateral, directamente desde el jard�n. Muchisimas reuniones tuvo �l con Elisabeth Bathory Mirzel en aquella habitaci�n. Se preguntaba si reconocer�a los muebles, si �stos hubieran podido aguantar el paso del tiempo.
Ah... qu� sensaci�n m�s nostalgica, y al mismo tiempo, diferente a como la recordaba al entrar. Segu�a sinti�ndose como el despacho de un Mirzel. Predominaban los colores rojos y el amueblado de la m�s fina madera oscura. Pero aun pese a tener la misma fachada, el despacho tambi�n transmitia una nueva sensaci�n, muy diferente a la que recordaba, puesto que la solemnidad y abarrotamiento de muebles, libros y papeles de hac�a dos siglos le hab�a sucedido un despacho mucho m�s abierto y relajado, adaptado a los nuevos tiempos, con un amueblado igualmente caro pero mucho m�s sobrio. Colores suaves, hasta toques de verde con algunas plantas. Una disposici�n diferente del amueblado, perfectamente organizado, con pocas pero suficientes estanter�as y a�n as� con espacio libre para lo que se necesitase. La misma mesa de escritorio de �bano encantada de siempre, pero con un ordenador de un blanco inmaculado sobre la misma, adem�s de un teclado y un rat�n, y por supuesto espacio suficiente a la izquierda para cualquier trabajo de escritura manual. Un taco de folios al borde izquierdo superior, sobre un pr�ctico organizador met�lico completaban la estampa.
Ah, y por supuesto... Una peque�a mesita, dos sofaless uno frente a otro y un sill�n a uno de los lados. �Ser�an los mismos que hac�a doscientos a�os? No... No lo eran, estaban m�s nuevos. Pero pr�cticamente ten�an el mismo dise�o. Cosa que habr�a resultado a�n m�s cara, ya que habr�an sido dise�ados por encargo.
No faltaba el minibar, a la derecha del escritorio, junto con un mueble con copas y una selecta y fin�sima selecci�n de vinos. Tambi�n hab�a algo nuevo, y era que detr�s de la mesa del escritorio y la silla, que por cierto era una pr�ctica y sencilla silla de ruedas t�picas de oficinas (aunque con un precioso coloreado y tapizado color carm�n), hab�a una serie de cuadros y diplomas. Uno de la ciudad, Business City, en todo su esplendor; otro de una monta�a, un bonito paisaje de GreenGreens. Varios diplomas, algunos personales, otros generales de los Mirzel, destacando uno extremadamente antiguo sobre la nobleza de la casa Mirzel. Hab�a tambi�n unas fotos sobre el escritorio, presumiblemente familiares.
Oh, y el olor... Una agradable sensaci�n a lavanda, sin duda, de las que hab�a sobre el jarr�n de una peque��sima mesita pegada a la pared. Hab�a tambi�n algo nuevo, y era que frente al escritorio, al fondo contrario hab�a unos cristales a modo de balc�n, con cortinas, y dos puertecitas tambi�n de cristal, abiertas, que daban a una bonita terraza.
AH, Y LA M�SICA. Hab�a un flagrante sistema de sonido instalado, transmitiendo m�sica zen relajante, que el se�or Mirzel, mirando al jard�n inmediatamente baj� de volumen al m�nimo, al oir la puerta abrirse y cerrarse.
"Jam�s pens� que tendr�a el honor de conocer a un Paddra Ballad." dijo el hombre, negando con la cabeza, vestido de rojo, de espaldas a Harald, que hab�a entrado por el lateral izquierdo, siendo la puerta frente a Harald la que dar�a a la mansi�n. Se gir� hacia su invitado, y le dio una reverencia. "Sent�os, sent�os por favor. �Puedo ofreceros algo? �Una copa, tal vez?" _________________
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Harald Ballad
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Publicado: 19 Apr 2015 3:20 am
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La singular sonrisa de Harald termino por difuminarse en el instante en que puso su primer pie dentro de la oficina, aunque no de manera disgustada o poco contenta, si no mas bien... seria, tal y como si estuviese preparando su porte y humor para la siguiente escena, para el pr�ximo acto... En el cual se adentro de lleno, manteniendo la presencia imperturbable.
''Hum...'' Por supuesto, sus recuerdos se encendieron vivaces en cuanto hecho el primer vistazo a su alrededor, rememorando aquellas pasadas conversaciones que tuvo con su Master. Reuniones t�cticas, privadas y secretas, pero que jamas descuidaron el bienestar de una c�lida charla... Si... E incluso hoy en d�a, gran parte de este bienestar perduraba en el ambiente, a modo del aroma que se ol�a, y la melod�a que se escuchaba, haciendo el paso del Jard�n a la Mansi�n mucho mas agradable de lo imaginado, cosa que para Harald, sin duda era de elogiar. ... ... Aunque claro... Siendo como era �l... Su seriedad ante todo no resulto una sorpresa. Continuando con los ojos entreabiertos observando el despacho, fij�ndose en cada detalle novedoso para su memoria, analiz�ndolo, y... juzg�ndolo internamente. De ah�, que llegados a cierto punto, el hombre de cabellos dorados hasta ando unos cuantos pasos, haciendo resonar la madera del piso, para as� acercarse directamente a los puntos de inter�s. Mir�ndolos de cerca. Percibiendo sus sensaciones. E incluso, palp�ndolos por encima. Pasando en mas de una ocasi�n su dedo por encima de algunos muebles, comprobando cuan bien conservados estaban, y cuanto detalle hab�a en estos...
... No obstante, por mas muebles, sillas, m�sica o aromas que hubiesen... Harald sabia bien que lo importante no era eso. Ya que el elemento de inter�s, el centro de toda la circunstancia... se hallaba a un lateral suyo. Mirando por la terraza. Y aunque su presencia estuvo a sabiendas desde su primer paso en el despacho, el Rey Dorado no dirigi� su atenci�n hacia �l hasta que este se dio la vuelta, saludando, y ofreciendo su hospitalidad, con una educada reverencia.
''Hm...'' Gestos que Harald miro de reojo, pero que tras unos segundos, le llevaron por fin a girar su cuerpo, quedando frente a frente con ese hombre trajeado en rojo, de cabellos casta�os, y apariencia impoluta, siendo su detalle mas caracter�stico y llamativo, ese singular corte de barba, sin duda, puramente personal.
... ... ... Lamentablemente... Aun tras dirigir su atenci�n hacia �l, Harald Ballad dejo que el silencio se hiciese tras su propuesta, limit�ndose a mirarle callado, con unos ojos rojos, que con cada segundo que pasaban, parec�an encenderse mas y mas. Afilandole la mirada. Marcando su gesto. Y por ende... tensando aun mas si cabe el fr�o silencio. Extendi�ndolo. Extendi�ndolo. Extendi�ndolo... ... Hasta que por fin... Harald bajo la mirada... ... ... Dirigi�ndola a una de las fotos sobre el escritorio.
''... Huh.'' Con ambas manos metidas aun en los bolsillos, el Rey Dorado camino hasta esa misma mesa, acerc�ndose y acerc�ndose, quedando justo delante. Y all�, con gesto sorprendentemente cuidadoso, movi� uno de sus brazos para agarrar la enmarcada foto. Retir�ndola del escritorio. Y elev�ndola un poco en el aire. Pudiendo as� observarla e inspeccionarla en silencio... ... En completo y extenso silencio. Una vez mas...
... ... ... ...
... ... ...
... ...
...
..... .......... ... ... ..... ... ..... ..............
''Mirzel''
... Llamo de pronto Harald. Elevando la mirada hacia este, y bajando en el proceso el brazo.
''�Es esta tu familia?''
... ... Cuestiono... ... ... Con enigmatica sequedad. Conservando su mirada entrecerrada, y ese efecto rojizo en sus ojos. Clavados en el hombre de negocios. Mientras... sosten�a aun la susodicha foto desde su mano bajada. La susodicha foto... ... En la que en efecto... Salia Crane, con su mujer, y sus dos hijos... _________________
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-Sabidur�a: P�simo / P�simo / Notable
-Esp�ritu: Notable / Notable / Normal
-Raciocinio: Malo / Malo / Excepcional |
�Debilidades F�sicas: Golpes F�sicos. / Ataques Perforantes. [Armadura] / Hechizos o Ataques de Luz. Luz Solar. Da�os en la cicatriz del cuello.
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Publicado: 19 Apr 2015 11:51 am
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Bien sabida era la soberbia de un Rey. A�n de un reino lejano y perdido, ese orgullo siempre se mantuvo intacto. La nobleza tambi�n tuvo siempre su propio orgullo, en ocasiones incluso mayor al del rey. Pero aquello era hac�a siglos, tiempos pasados, y si en algo se orgullec�a de verdad Seneca Crane no era tanto en su linaje, que ya le vino dado, sino en haber sabido adaptarse a los nuevos tiempos, y adaptar a su familia con ello. Haber asegurado un pr�spero futuro y la supervivencia de las Casa de los Mirzel. Haber sido una de las pocas casas, si no la �nica, que sobrevivi� a la caza de brujas de Chapel Jeremiah Crawford.
S�... El nuevo Mirzel era significativamente diferente al que hab�a conocido el Rey de Reyes. Pero el Rey de Reyes a�n no lo hab�a notado {ajajja raciocinio bajo}, por lo que continuaba con su lento an�lisis, y sus calculadas preguntas. �A qui�n le gustar�a un excrutinio tan descarado, poco elegante e irrespetuoso como ese? Sin embargo, mantener la compostura, calma y elegancia eran los lemas de un Mirzel. Y as� lo hizo, cuando Harald le pregunt�.
"S�. Encantadora, �verdad?" contest�, acerc�ndose con tranquilidad para admirar la foto tambi�n. Se�al� con el dedo a la mujer mayor, de caballos verdes. "Mi querida esposa, Jarelle, mi hija Fiona, de doce a�os, y el peque�o, Finn. En el momento de la foto hab�a cumplido tres a�itos ya." _________________
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Publicado: 21 Apr 2015 12:37 pm
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Sin duda este Mirzel viv�a para el apellido que hab�a heredado, pues mas all� de mantener su educaci�n, su cordialidad, o sus modales... Crane consigui� algo mucho mas complicado que todo eso junto. Algo que cualquier otro hombre de negocios habr�a fallado en hacer. Algo f�cil de olvidar. Algo sencillo de errar... Y eso era, l�gicamente... Conservar por completo su compostura. Tanto externamente, como internamente. Pues poner una buena cara era f�cil. Sonre�r estando nervioso, era simple. ... �Pero mantener cada parte de tu ser estable, incluyendo tu mente y esp�ritu...? Eso ya era otra historia. Y no una que pudiese realizarse a menudo, ya que a todo lo dicho, hab�a que a�adirle la clase de persona con la que estaba tratando. Un Rey eg�latra, si. ... Pero no un simple DeDeDe. No se�or. Habr�an similitudes, detalles a tener en cuenta por su actitud y titulo... Y sin embargo, Harald Paddra Ballad, tanto en experiencia, antig�edad, vida, e historia... Superaba por much�simo al Monarca de Dream Land. Y uno tan solo necesitaba saber un poco de Historia para entenderlo.
El Legendario Rey de Babylonia. Gobernante de Drezed, y heredero del unificador de las Tribus Mesopotamicas. Supuesto hijo de una Diosa. Descendiente directo del Rey de Conquistadores. Y Precursor de sangre pura. Tirano para unos, Salvador para otros. Pero glorificado por siempre bajo un solo titulo, que aun hoy, remarca su propio nombre como si de otro apellido se tratase... Rey de H�roes.
Fue el protagonista de una de las mas ricas leyendas de la Antig�edad, recordada hasta en la actualidad. Y eso, precisamente eso, inflaba el culmen de su persona hasta el limite. Pues Harald Ballad vivi� y gobern� en medio de una de las eras mas convulsas de toda la historia: La Gran Guerra Precursor, y la Caida de los Antiguos. Mucha informaci�n se perdi� por culpa de esos dos eventos. Muchos datos, libros, nombres, e incalculables detalles hist�ricos. Por tanto... que la suya. Que su historia lograse sobrevivir aun con todo, dec�a bastante de la clase de hombre que era. No por nada, la antepasada de Crane, Elizabeth, gasto en su tiempo tantos recursos por tratar de invocarle precisamente a �l, llegando a organizar una car�sima expedici�n en mitad del Desierto, sobre la abandonada Ciudad de Babylonia, que casi deja a la familia arruinada. Pero aun con todo... el gasto vali� la pena, pues Harald Ballad le dio la victoria de una manera que los libros de familia describ�an siempre de... Rid�cula. Ganando cada batalla en cuesti�n de segundos. Eliminando a Masters y Servants por igual sin inmutarse. No llegando a recibir nunca ni un solo rasgu�o. ... No por nada... Semejante Servant, que llevo a Elizabeth Mirzel al inolvidable triunfo... Termino hasta rebel�ndose contra la propia Lilith. Arruinando el Another Heaven en el ultimo minuto, en un acto, que aun hoy Lilith le resent�a a Crane. Y todo, de nuevo, sin esfuerzo alguno por su parte...
As� era la cosa. As� era el hombre al que tenia delante. Sosteniendo la foto de su querida familia, y observ�ndole con una mirada que no se distanciaba demasiado de la que empleo con el resto de muebles. Pues eso era todo para �l. Una mera comprobaci�n de como estaba el asunto. Y tanto Crane, como su mujer, como sus dos hijos... formaban parte de la inspecci�n. ... ... No por nada... Al final... Harald devolvi� la foto sobre la mesa. Solt�ndola con cuidado. Para despu�s, sin apartar los ojos del trajeado Mirzel... ... ... dibujar una ligera sonrisa.
''Entonces presentamelos, Mirzel. A tu encantadora familia. A los tres.''
... Declaro... ... No. Ordeno �l sin mas. Echando a andar unos cuantos pasos, acerc�ndose hacia el sof�, y... sent�ndose en �l. Acomodando la espalda, con un suspiro de placer satisfacci�n incluido.
''Ah... Y en cuanto a tu pregunta anterior... Si. De hecho, me apetece una copa. As� que tr�emela Mirzel. No te cortes con el contenido'' Volvi� a mandar, ahora haciendo hasta un gesto con la mano. ''Supongo que no har� falta decirte el a�o del vino... Me gustar�a comprobar cuan bien a envejecido. ... ... O cuanto se ha desgastado, con el tiempo pasado.'' _________________
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Publicado: 21 Apr 2015 8:39 pm
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{Dios xDDDD puto Harald}
"�Ja ja ja ja! Qu� bromista sois, Rey de Reyes. Ning�n vino perdura doscientos a�os." contest�, bien atento del doble sentido de las palabras del Rey: �Cu�nto se ha degradado esta casa y esta familia en comparaci�n con la gran Elisabeth Mirzel?
"Un Mirzel jam�s le servir�a vinagre a sus invitados. El que era un buen vino hac�a dos siglos no es m�s que vinagre ahora. Ahora se sirven otros. Distintos olores, diferentes sabores, cepas, ingredientes y tiempos... Cada uno de ellos es grande en si mismo. No se puede afirmar que uno solo supere a todos los que hubo y habr�. Un paladar refinado como el vuestro, que ha tenido a disposici�n los mejores tesoros del mundo sin duda sabr� lo que digo..." afirm�, extendiendo su brazo hacia �l. "No, mi imponente Rey de Reyes. Tomar�is el vino que seleccionar� para vos. Ni m�s, ni menos."
Descorch� una botella. Sirvi� un cuarto de copa y la prob�. Asintiendo, sac� otra copa y la sirvi� por completo, ofreci�ndosela al Rey de Reyes. "La ni�a est� en la Academia..." inform� el se�or de la casa, acerc�ndose al comunicador sobre la mesa de su despacho. "Pero mi esposa y el peque�o deben estar en el jard�n." presion� el bot�n del comunicador. "Fawkes, por favor, �puedes traer a Finn y a Jarelle a mi despacho? Dile a Jarelle que est� aqu� el Rey de Reyes." _________________
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Harald Ballad
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Publicado: 22 Apr 2015 12:07 pm
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Ante la atrevida respuesta de Crane, Harald Ballad no tardo mucho mas en dejar caer su ir�nica sonrisa, devolviendo el aire serio a su mirada, la cual permaneci� clavada en el hombre de negocios, sin perderlo de vista ni por un instante. Y si, por supuesto, el silencio hizo presa a la escena otra vez, permitiendole al Mirzel descorchar la botella e incluso servir parte de su contenido en dos copas, las cuales Harald miro de reojo, con ojos entrecerrados, que dif�cilmente podr�an analizarse debidamente. �Era disgusto lo que emanaba de ellos? �Decepci�n? �Enfado? Uhm... ... Aunque para el caso... Estos mismos ojos terminaron por cerrarse del todo ante el siguiente movimiento de Crane, el cual, aceptando la 'orden', hizo llamar a su esposa e hijo. Gesto que Harald escucho. Gesto que Harald entendi�. Y en ultima estancia, gesto que hizo reaccionar por fin a Harald.
''... Tu osad�a me llama la atenci�n, Mirzel...'' Declaro de pronto �l, cortando el silencio con tono juicioso. ''�Afirmas que este vino que me ofreces, es ya no solo digno de mi paladar, si no merecedor de compararlo con mi criterio a la hora de escoger tesoros?'' ... Cuestiono poco despu�s, dejando que su voz creciese junto a su mirada, que tras abrirse, se clavo de lleno en la copa de vino que yac�a sobre la mesa, inspeccion�ndola desde lejos. Aunque... terminando al final por elevarla hacia Crane.
''�Es eso, Mirzel?''
...
''�Esa es tu opini�n?''
... ...
''�Tu juicio sobre lo que tienes delante?''
... ... ...
... ...
...
''... ... ... �JA! �JAJA! �Muy bien, Mirzel! �Muy bien...! Si tan seguro estas de ello... Si tan seguro y consciente estas de tu innovador vino...''
''Le dar� el peso que seg�n tu merece.''
... La renovada sonrisa de Harald, bienhumorada y entretenida, llevo a su brazo derecho a levantarse con elegancia, juntando los dedos de la mano, para as� soltar un sonoro chasquido, que igual que una orden inmediata, causo la aparici�n... de una especie de disco dorado en mitad del aire. Por encima de la mesa. Un disco dorado cuya superficie y forma recordaban a las ondas turbulentas de la superficie del agua. Brillando. Reluciente. Hasta que entonces... expulso de golpe dos copas de oro, que cayeron de lleno sobre el mueble, haci�ndolo temblar un poco al impactar. No obstante, quedaron perfectamente colocadas y estables, pudiendo comprobarse por sus detalles que se trataban de una autentica obra de arte. Hechas en una sola pieza, moldeadas a mano, y sin ninguna imperfecci�n que pudiese ensuciar su imagen. Simplemente... eran perfectas. El recipiente de bebida ideal para un Rey como �l ... Dignas �nicamente de las mejores bebidas...
''Veamos cuan ciertas son tus palabras, Mirzel. Pues puede que si. El tiempo convierte en vinagre hasta el mas dulce de los vinos. ... ... Pero ya sabes... A veces es preferible un vinagre agrio con a�oranza al pasado... ... Que un ins�pido caldo que ni siquiera vive para su tiempo.'' ... Y con esas secas palabras finales, en las que hasta su sonrisa creci�, Harald Ballad acabo por hacer un gesto con el brazo, indic�ndole a Crane que procediera. Que rellenase las nuevas copas. Mientras que �l, a gusto con su postura, acomodo otro poco mas su cuerpo en el sof�, cerrando de nuevo los ojos... _________________
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Publicado: 29 Apr 2015 5:13 pm
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Dos copas de oro... Hum. El Rey deseaba beber en copas de oro, comer con cuberter�a de oro y beber vinos de oro. Hasta ahora, la impresi�n de grandeza que estaba dejando en Crane dejaba mucho que desear. No se diferenciaba demasiado de DeDeDe. Aquello no se correspond�a con lo que hab�a leido del 'personaje'. En los escritos de Elisabeth. Claro que eso era en un ambiente privado... Y ahora, en 'publico', exhibiendo su poder y superioridad... Juzgando a su anfitri�n en su propia casa... Con una calmada sonrisa, reconociendo el an�lisis que acababa de hacer Crane se pregunt� qui�n estaba juzgando a qui�n, y bajo qu� pretensiones. Y conservando la elegancia y el flujo arm�nico, decidi� dejar afuera toda esa... autodefensa. En realidad, Harald Ballad se estaba comportando de forma normal... bueno, para alguien como �l. La gente tardaba en abrirse (algunos no lo hac�an nunca).
Si no bajaba la guardia rebajaba la desconfianza, nadie lo har�a.
Cogi� otra botella. "Ummm... he cambiado de opini�n." dijo. "Iba a serviros mi mejor vino. Pero oye�ndoos, veo que est�is m�s interesados en mi que en licor. {:$} Os ofrecer� entonces mi favorito." llen� ambas copas de oro con el licor procedente de otra botella. "Para que pod�is juzgarme adecuadamente." Le entreg� una de ellas. "Os advierto que no es precisamente el mejor... y no es el que regalo a mi jefe. Es el que comparto con mi mujer. {:$}" _________________
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Harald Ballad
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Publicado: 01 May 2015 7:11 pm
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El Rey de H�roes permanec�a con esa faz ir�nica bien dibujada sobre su rostro, mirando al hombre de negocios, de manera fija y directa, sin querer perderse ni un solo detalle de lo que se le ocurriese hacer. Y es que para Crane deb�a ser bastante obvio a estas alturas... Harald Ballad, ese Rey de la Antig�edad, poco menos que estaba tratando de divertirse con �l. ... O mas bien... Usandole a �l para divertirse. Pues en el fondo, sus gestos, sus palabras, y su mirada constante, recordaban a la sensaci�n que un rat�n notaria al ser visto por un gato. Un gato que mas all� de estar hambriento, le apetec�a entretenerse... arruinando a su presa de la peor manera posible. Y �l, siendo el rat�n, metido en su propia ratonera, tenia la ventaja de poder entretener cuanto pudiese a su honorado invitado... ... Sin embargo... �Por cuanto tiempo mas le durar�a este pasatiempo? Ahora mismo, Harald tan solo jugaba con sus gustos y palabras, utiliz�ndolas para re�rse y pincharle. Pero del mismo modo... le hab�a hecho llamar a su esposa e hijo. Y a medida que avanzaban las circunstancias, mas claro que estaba que aquello solo ir�a a mas. Primero serian rojos vinos lo que 'juzgar�a', pero luego... ... Quien sabe que liquido carmes� querr�a comprobar...
Por ello, no fue de extra�ar que Harald aguardase en silencio a que su anfitri�n llenase las doradas copas, haciendo uso de una pose, que sin llegar a ser impaciente, dejaba muy claro que no permanecer�a tranquila por mucho mas tiempo... Tsk... Lo que significaba, que si Crane quer�a hacer algo, deb�a hacerlo ya. Algo que le impresionase. Algo que le llamase la atenci�n. Algo que dejase claro que no era un mero rat�n mas. Algo... Algo... ... ... Como lo que hizo en ese entonces. Neg�ndose no solo a servir su botella inicial, si no cambi�ndola por otra, para ademas admitir que no era la mejor, ni siquiera digna para el paladar de su jefe. ... Trat�ndose... Mas bien... Su licor favorito.
''.....''
Y fue ah�, justo al hacer semejante decisi�n, cuando Harald Ballad... ... ... cambio por primera vez de rostro. Desdibujando la sonrisa, apagando el brillo punzante de sus rojizos ojos, y calmando por mucho esa expresi�n suya, dejando pues, que un rostro mucho mas tranquilo, puede que incluso sorprendido, apareciese ante Crane. Dejando as� de claro, que al menos, hab�a dado un paso. ... Ahora solo quedaba ver hacia donde...
''... ... Interesante giro, Mirzel...'' Pronuncio entonces �l, haciendo uso de una voz moderada. ''�Descartaras esa presunci�n y fanfarroner�a t�picas de tu casa, con tal de abrir una mejor impresi�n...? ... ... Hm...''
Diciendo esas palabras, los ojos rasgados del Rey de Babylonia bajaron hasta las ya repletas copas, concretamente, a la que Senneca Crane le ofrec�a. Y aunque tardo unos segundos de reflexi�n, en los que observo silencioso... su mano acabo finalmente por estirarse hacia delante, agarrando con firmeza la copa, y acerc�ndola directa a su rostro ech�ndosela en la cara, ech�ndole un vistazo directo al liquido. Callado... Sereno... Dando de mientras peque�os movimientos con la copa, haciendo girar el licor. Hasta que... Hasta que se decidi� por fin... ... Y se la llevo a los labios. Dando un silente sorbo...
... ... ...
... ...
''... Ya veo...'' Murmuro, bajando la copa, hasta dejarla sobre su regazo.
... ... ...
''Ciertamente, no es el mejor licor que he probado...''
... ...
''Ni siquiera se acerca a los mas notables... ... No digamos ya de los excelentes...''
... ... ...
''... Pero aun as�...
.........................
''Posee un aura original. �nica y singular...''
''... Que sin duda lo vuelve exquisito para mi refinado paladar.''
... La c�moda porte del Rey de H�roes se inclino en ese entonces hacia adelante, bajando del todo la copa, para dejarla con cuidado sobre la mesa. No obstante, este gesto no vino promovido por rechazo o mala aceptaci�n, si no mas bien, por no disponer de necesidad alguna de seguir testando. Con lo que bebi�, al menos por el momento, tenia mas que suficiente. ... No obstante, permiti� que las copas permaneciesen invocadas, y que por tanto, Crane pudiese beber sin problema de la suya. Mientras que �l, de mientras, se limito simplemente a reclinarse en el sof� otra vez, echando un vistazo general a la sala que les ocupaba...
''Si�ndote sincero, me agrada saber que no has tratado de calcar el legado de tus antepasados, Mirzel.'' Comento, observando por segunda vez los detalles de la habitaci�n. ''Al igual que ese licor... Tu hogar y persona resplandecen por brillo propio. Una luz personal que no pretende copiar algo ajeno. Algo que no es tuyo, incluso si viene heredado. ... Jajaja... Pues eso es algo que aborrezco, Mirzel. �Hasta mas no poder! �JAJAJA! �Y estoy mas que seguro... que si hubieses tratado agradarme copiando a Elizabeth...!''
''Te habr�a ejecutado en el acto.'' _________________
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Publicado: 05 May 2015 12:46 pm
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La sonrisa de Crane esta vez fue sincera, y no por educaci�n u orgullo. "Me congratula que os guste." le agradeci�, levantando su propia copa en gesto de brindis imaginario. Aun de pie,bebi� de esta. Empez� a relajarse. Hasta que c�mo no, el Rey de Heroes le hizo un comentario funesto que casi le atraganta.
"Ejem ejem..." tosi�. "Bueno, siempre est� bien aprender e inspirarse en los antepasados de uno. Atender y continuar el legado que estos puedan dejar." se apresuro a aclarar. "Pero si uno no encuentra su propio camino y se dedica a vivir de las glorias pasadas logrados por los dem�s... S�, supongo que ello podr�a ser cuestionable... Aunque de ah� a merecer la muerte..."
Naturalmente no estaba de acuerdo, pero no era su lugar el cuestionar los valores de justicia de un rey del rock del pasado. Y hablando del pasado...
"Si me permit�s preguntaros sobre una historia contada cientos de veces... Vuestra situaci�n como heredero de Babilonia no era muy diferente... �Opinabais lo mismo en aquel entonces que ahora? �Cu�ndo cambi�steis de parecer?"
�Fue cuando declar� que ejecutaran a su t�o? �O tal vez a la llegada de Enkidu? Hablar de tu a tu con una figura hist�rica como el Rey de Heroes no pasaba todos los dias. Esperaba no ofenderle con su pregunta. _________________
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Harald Ballad
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Publicado: 24 May 2015 11:36 pm
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Tras decir aquella afilada declaraci�n, Harald se quedo tranquilo sentado sobre el sill�n, llegando hasta a cerrar los ojos, c�modo con su situaci�n y posici�n. E incluso cuando Crane quedo seco al o�rle hablar, tosiendo, y respondiendo con nerviosismo, el Rey Dorado permaneci� envuelto en calma, muy en contraste a su anterior actitud. ... Uf... Visto as�... Sin duda recordaba a una especie de... �Felino? Hm... Un gato pod�a ser arisco al principio, fuese por orgullo o por instinto. Pero a la larga, cuando sintiesen que el entorno era favorable, terminaban relaj�ndose, aunque sin llegar a amansarse tan f�cilmente. Y en el caso de Harald, al menos de momento, parec�a estar siendo de esa manera. ... ... ... O al menos, lo fue, hasta que el Hombre de Negocios hizo la pregunta que hizo. Una cuesti�n hist�rica, y al mismo tiempo personal. Que provoco que su invitado abriese de golpe el ojo derecho. Enrojecido y palpitante. Clavandolo nuevamente en Crane.
''... �De verdad piensas que estas en disposici�n de cuestionar tales asuntos, Mirzel?'' ... Pregunto con dureza, rompiendo la pose calmada, para echarse ligeramente hacia adelante. ''Son cuatro mil a�os los que separan mi Era de la tuya. Cuatro mil. �Y aun as� te crees capaz de entender mi historia? �Mis decisiones? �Mi vida y leyenda?'' Insisti�... manteniendo su asiento, pero inclin�ndose todavia mas, abriendo ahora su otro ojo.
''�Es eso lo que afirmas?''
''�Es eso lo que de verdad opinas?''
''�Eh, Mirzel?''
... ... Y de nuevo el silencio se hizo... Quedando Harald Ballad con la espalda recta hacia adelante. Estirado. Firme. Como si en cualquier momento fuese a abalanzarse sobre Crane. ... Dejando que pasaran los tensos segundos otra vez... Fr�os y g�lidos... Pudiendo o�rse hasta el reloj de pared de fondo. Resonando. Sonando. Igual que un golpe incesante. Que marcaba mas y mas el peligroso ambiente en el que ese hombre de Negocios se hallaba envuelto.
... 10 segundos...
... ... 20 segundos...
... ... ... 30 segundos
... ... ... 40 segun- ''... Hm...''
... ...
... El brazo de Harald se movi�...
... ... Adelant�ndose...
... ... Agarrando pues...
... ... ... ... ... ... ... ...
... ... ... ...
... ...
...
La copa de vino.
''Tienes raz�n, Mirzel.'' ... Afirmo �l. Tomando el vaso entre sus dedos, llev�ndosela a sus labios, en donde dio otro sorbo, solo que ahora, de una manera mucho mas natural, demostrando que de verdad le apetec�a. Y tanto fue as�, que hasta se reclino sobre el asiento una vez mas, conservando el porte serio, pero calmando por mucho el peligro agitado. ''El legado del pasado es la ra�z de la que la Civilizaci�n se alimenta. Sin ellas, no habr�a futuro. Y este mundo no seria mas que un cascaron vac�o. ... Hmmm... Respetar los or�genes, cuidar del recuerdo, y mantener el pasado como algo digno de recordar. ... ... ... Pero siempre teniendo claro que solo es eso. Un Recuerdo. No se puede depender de una memoria. La civilizaci�n debe labrar sus propias metas. Siempre avanzando. Siempre hacia adelante. En un equilibrio constante entre las Verdades del Pasado, y los Ideales del Futuro.''
Tras decir todo aquello, con voz solemne y clara, Harald volvi� a beber de la copa, en un corto sorbo, tal y como si fuese para aclararse la garganta. Muy serio. Muy formal. Pero dejandole suficiente espacio a Crane como para que se relajase y le escuchase atento, dando pues lugar a la circunstancia que el mismo Rey de H�roes menciono anteriormente, y es que... pese a su apariencia, vestimenta, y actitud general... Senneca Crane no deb�a olvidar que frente a �l tenia a un hombre proveniente de la mas antigua de las Eras. Un Monarca, un �dolo, que convivi� en la Era de los Antiguos ni mas ni menos. Por tanto... solo por el valor hist�rico que ten�an sus experiencias, merec�a mucho la pena escucharle. Pues pr�cticamente era como hablar con una viva antig�edad...
''Y en cuanto a tu pregunta, Mirzel... La respuesta ya esta dada. �O no la has entendido?'' Cuestiono, dibujando casi instant�neamente una ir�nica sonrisa. ''.... Jejeje... Pero en fin. Supongo que pese a la impresi�n que has causado, sigues siendo un Mestizo en naturaleza. Por lo que no culpare tu ignorancia...'' Y moviendo la mano que sosten�a la copa de vino, Harald Ballad hasta intensifico su burlona mueca, haci�ndole especialmente gracia esa... 'incultura' de su interlocutor. Aunque tal y como menciono, proceder�a a explicarse, cosa que sucedi� pocos segundos despu�s...
''Hmm... ... El hermano de mi Padre, el gran Tukulti-Ninurta, pose�a unos Ideales demasiado extremos y destructivos para lo que familia y legado hab�an dejado en mi cuidado. Por tanto, �Que otra opci�n me quedaba si no aplicar justicia en nombre de lo Verdaderamente Correcto? Su sangre fue derramada. Y su destino borrado de la faz de la Tierra. Pues de haber seguido adelante, quien sabe lo habr�a sido de mi Reino, y de mi Gente, y de su amada Cultura... Fue un sacrificio necesario, incluso si compart�amos sangre y lazos. Siendo as�, un Juicio del que no reniego. Ni del que tampoco arrepiento. ... ... Aunque yo jamas me he arrepentido de nada.''
Hablando sinceramente, el Rey de H�roes dejaba varias pausas en donde daba sorbos y dejaba que su mirada se perdiese mirando a ninguna parte, posiblemente imaginando lo que contaba, haciendo memoria, pero sin perder de atenci�n a Crane. De ah�, que al mencionar la parte del 'Arrepentimiento', Harald Ballad, estirase el dedo indice de la mano que sosten�a la copa, se�alando al propio Mirzel, volviendo a mirarle.
''... No hace falta que lo digas. Bas�ndome en tus est�ndares de Mestizo, soy capaz de imaginarme lo que esa pregunta esconde. ... Uhmmm... Aun as�... �No sigue siendo obvio? Ejecute a mi T�o por imponer Ideales que atentaban contra la Verdad Legada. ... ... Y de la misma forma... Aplaste a los Dioses con mi pu�o de hierro, por resultar ser estorbos para el Futuro de mi pueblo.'' Aclaro, siendo entonces cuando Harald dio su ultimo sorbo, justamente calculado, para que cuando apartase la copa de sus labios y la volviese a dejar en la mesa, Crane observase que el vino llenaba la mitad exacta. Equilibr�ndose con la copa entera, sin hacer pr�cticamente ondas.
''He le�do las historias que hablan sobre mi, Mirzel, y me he dado cuenta de que la inmensa mayor�a retratan mi cruzada contra los Dioses como una Tiran�a sin sentido. ... ... Y si... Aunque es cierto que en vida lleve a cabo actos que me convirtieron en un autentico Dictador... ... No fueron precisamente estos los que me impulsaron en dicho conflicto. Mm... Los Dioses... Los Dioses que mi gente veneraba con todo lo que ten�an... ... ... Eran crueles y arrogantes.. Ped�an, mas de lo que otorgaban. Devoraban, mas de lo que daban. Y estaban ofuscados en querer mantenerse anclados a la Tierra, incluso si eso supon�a aplastar a los Mortales de los que depend�an. ... ... Tsk... Pues dicha relaci�n siempre fue reciproca. Los Hombres, carentes de poder, y con un tiempo limitado de existencia, constru�an el Futuro con sus elevados n�meros. Mientras que las Divinidades, nacidas desde el principio con poder absoluto, y bendecidas con enteras inmortalidades, conservaban el culto Pasado, y la Tradici�n de la que ambos proven�an. Siendo as�, que los Mortales daban forma y vida a los Dioses, y estos protecci�n y cuidado a los Mortales. Como deb�a ser. Como fue planteado en el principio de los tiempos por las fuerzas primordiales. ... ... ... �Pero cuanto creci� la codicia de las Divinidades con el paso de los Siglos? Acumulando Poder y Fama. Obsesionados en ser Grandes y Eternos... ... Al final... se volvieron un lastre. Una carga sobrante para la Civilizaci�n Mortal. Especialmente con mi Pueblo. El cual no pod�a crecer o evolucionar sin que los caprichos avaros, lascivos, glotones, orgullosos, o rabiosos de los Dioses se interpusiesen en medio... ... Y por ello, al igual que aplique justicia en nombre de la Verdad con aquel necio Hombre, ejecute justicia en nombre de los Ideales con dichas Divinidades Opresoras. Destruyendo sus lugares de culto, y ejecutando a todos aquellos que osasen seguir nutriendo a tales falsedades.''
''Y pese a lo que se mencione en esas adaptaciones de mi vida que hay escritas hoy en d�a... Mi fiel compa�ero Enkidu no me hizo cambiar de opini�n en lo mas m�nimo. Si no que al contrario. �l, como igual mio que era, supo ver exactamente el mismo problema con los Dioses. Y �l, como eterno amigo mio que fue, deseo acompa�arme y ayudarme en mi cruzada. ... ... Solo que... haci�ndome entender, que el m�todo que yo escog�, no era el mas razonable, ni tampoco el mas justo. Hm... A fin de cuentas, estaba castigando a mi Pueblo por los errores de los Dioses. Y eso no me dejaba a mi en un mejor lugar. ... As� que... siguiendo su consejo, Enkidu y yo procedimos a ejecutar no a los Creyentes de las Deidades, si no a las Bestias que estas ten�an para aplicar su 'Ley'.
Monstruos Divinos. Herramientas con Formas Animales. Armas Vivientes provenientes de Paradiso... Hab�a que exterminarlos a todos. Eliminarlos. Borrarlos para siempre. Porque as�, los Dioses no tendr�an forma de conservar su culto a las malas, y se ver�an obligados a sobrevivir a base de buenos actos, protegiendo, y no presionando, a los Hombres que les veneraban. ... Ya que si no lo hac�an... La gente les dar�a la espalda, y terminar�an desapareciendo en el Olvido. ... ... Y si. Es cierto. Asesinar a una Mascota Divina, sobretodo en esa �poca, era considerado un delito grav�simo, normalmente pagado por la muerte. ... �Pero que otra opci�n nos quedaba? Muchas de esas Bestias... eran lo que eran... �Meros Monstruos! Que campaban a sus anchas y devoraban a civiles. No sufriendo jamas ni una sola reprimenda por provenir de los cielos. ... Agh... No tenia mas remedio. Tanto por mi legado, por mis ideales, por mi pueblo, y mi responsabilidad como Rey... Deb�a cumplir dicha tarea.''
''... Pero tambi�n asumir el castigo...''
''Que al final supuso perder a mi mejor amigo.''
... Llegados a ese cl�max, Harald Ballad se detuvo. Dejando as� el punto final bien claro en el aire. Sin mirar a Crane, aunque si a la copa. En silencio... ... Pero con una faz que tampoco es que denotara disgusto, pese a la tristeza de tal an�cdota. Seguramente... Cuatro mil a�os hab�an sido mas que suficientes para aceptarlo. Incluso... si el Mirzel ya sabia como acabo el Rey de H�roes tras la perdida de su compa�ero. Siendo esta una continuaci�n no muy agradable... ... Hum... ... Por eso no fue de extra�ar que Harald no hiciese mayor menci�n a ella que la dicha en su comentario sobre su 'Tiran�a'. Pasando al final a otra linea. Elevando entonces los ojos, en un rostro tranquilo.
''... Y el tiempo ha dado raz�n a mi Juicio, por lo que parece.'' Solt� de pronto, acomod�ndose del todo sobre el sof�, colocando una de las piernas encima de la otra. ''La Civilizaci�n maduro. Creci�. Y avanzo. Evolucionando exponencialmente. ... ... Y aunque es bien cierto que esta... Era... merece una limpieza a fondo... Al menos, el intento lo amerita. ... Jejeje... Siendo tu, Mirzel, un buen ejemplo de ello.'' En esta ocasi�n no le se�alo, aunque si que movi� el brazo hacia �l, en modo honorifico, otorg�ndole mas peso a su declaraci�n. ''Has conservado el equilibrio que yo tanto he dado y perdido por traerlo a este Mundo. Y eso, solo eso, te coloca varios escalones por encima de la mayor�a. ... As� que si�ntete afortunado. Recuerdalo siempre, y hazle saber a tu esposa, hijos, y futuros herederos''
''Que el mism�simo Rey de H�roes''
''�nico due�o absoluto de este jard�n llamado Pop Star...''
''... Te encontr� interesante.''
''Y puede, que hasta un tanto �til...'' _________________
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 | � | � | -Fuerza: Notable / Excepcional / P�sima
-Destreza: Normal / Normal / Normal
-Agilidad: Normal / Normal / Normal
-Constituci�n: Normal / Normal / Mala
-Resistencia: Normal / Notable / Normal
-Carisma: Excepcional / Normal / Notable
-Sabidur�a: P�simo / P�simo / Notable
-Esp�ritu: Notable / Notable / Normal
-Raciocinio: Malo / Malo / Excepcional |
�Debilidades F�sicas: Golpes F�sicos. / Ataques Perforantes. [Armadura] / Hechizos o Ataques de Luz. Luz Solar. Da�os en la cicatriz del cuello.
�Armas/Objetos:
-Ea - Espada de la Ruptura
-Enkidu - Cadenas del Cielo
-Cuchillos
�Guardian Force:
-Fuerza: Excepcional
-Destreza: Notable
-Agilidad: Notable
-Constituci�n: Normal
-Resistencia: Normal
-Carisma: Malo
-Esp�ritu: P�simo
-Sabidur�a: Normal
-Raciocinio: Normal
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-Seneca Crane-
Gerente de Wolf Solutions

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Publicado: 25 May 2015 2:52 am
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"Vuestra declaraci�n me halaga en sobremanera, Rey de H�roes" contest�, con una sentida reverencia. "No obstante tal vez es un poco demasiado prematura, pues lo que voy a decir a continuaci�n no ser� de vuestro agrado en absoluto." le advirti�.
Un hombre normal no se atrever�a a poner en peligro su propia cabeza y la de su familia con las declaraciones que iba a decir aqui y ahora. Un hombre normal tendr�a la precauci�n de callar y sonreir, especialmente una vez se hab�a ganado elocuente y diplom�ticamente el respeto de tan poderoso y peligroso individuo que ten�a delante. Un hombre normal proteger�a a su familia, ante todo. Alguien como Crane Mirzel, especialmente, que valoraba a su familia por encima de todas las cosas, callar�a y proteger�a a los suyos.
Pero precisamente S�neca Crane no lo hizo.
Precisamente porque valoraba su familia por encima de todo.
"Quiero hablaros de Elisabeth Mirzel. Quiero contaros lo que le aconteci� a nuestra familia despu�s de ella." dijo entonces. "De la mujer que en tan alta estima ten�is. Del legado que dej� a su familia. De sus descencdientes, hasta llegar a m�." cabil� por unos instantes c�mo abordar la conversaci�n. "Si no os importa, sostener� mi cetro m�gico mientras pronuncio mis palabras, pues carezco del temple de un Rey y vuestra presencia resulta de lo m�s intimidatoria, especialmente en lo que os voy a hacer saber." agarr� un bast�n de madera, con un rubi perfecto engarzado sobre �l. "Como es obvio, si decidis ejecutarme o hacer da�o a mi familia, tendr� que actuar en consecuencia. Sostener el bast�n me da la tal vez ingenua seguridad de que tendr� alguna oportunidad de ganar tiempo a los m�os para que huyan. Pero debo pediros que me escuch�is desde el principio hasta el final, tal y como yo he hecho." se limpi� el sudor de la frente, respir� hondo y trat� de calmar sus nervios y temores. Mir� entonces a los ojos a Harald Ballad, y le dijo lo siguiente con absoluta claridad y severidad en sus palabras:
"Elisabeth Mirzel fue una verguenza para la familia de los Mirzel. Hoy d�a, entre nosotros la conocemos como La Sucia Sanguijuela Mezquina, y me atrevo a decir que los antepasados Mirzel que le pusieron el mote se quedan cortos.
Elisabeth Mirzel fue una mujer egoc�ntrica que s�lo vivi� para s� misma. Su orgullo era basto e insostenible. Sus ansias de poder y prestigio la llevaron a condenar a toda nuestra familia, SU familia, los Mirzel, a la ruina y el desastre, a la pobreza y la deshonra. En su afanosa b�squeda por invocar al mayor y mejor sirviente de todos los tiempos, el sirviente que le llevara a la victoria perfecta para el Another Heaven, desangr� la Casa de los Mirzel por completo, gastando y devorando toda la fortuna que �sta ten�a y los ahorros de nuestra familia. Despidi� a todo el personal, personal que nos hab�a servido orgullosamente durante siglos, que formaba parte n�clea de esta familia. Vendi� el mobiliario centenario y los tesoros de nuestra familia, incluidos valiosos grimorios. Mobiliario de gran valor hist�rico y sentimental, o incluso a�n peor, objetos de grandes poderes, que manten�an a la familia Mirzel a la cabeza de las dem�s familias de brujos y hechiceros. No contenta con eso, tampoco, viendo insuficientes sus fondos para sufragar su b�squeda, adeud� la familia con numerosos bancos, bajo pr�stamos de cuant�as desorbitadas, y hasta ofreci� esta mism�sima mansi�n, el sagrado santuario de los Mirzel, el hogar de nuestra familia, y con ella toda nuestra historia. Lo �nico que nos quedaba, la historia de la familia, los diarios y retratos que nadie comprar�a, los objetos puramente sentimentales.
Su avaricia no conoc�a l�mites: su despacho fue lo �nico que conserv� perfectamente intacto. Sin duda para causaros una perfecta impresi�n, y consecuentemente conseguir vuestro apoyo para su causa perdida: la de alzarse con la victoria del Another Heaven, la de pedir su egoista deseo, deseo que no compart�ria con nadie m�s que su propio sirviente, pues despech� al personal y expuls� a todos los cong�neres de su propia sangre de esta mansi�n.
El sucesor de Elisabeth, El M�rtir, lo apodamos, hered� un millar de deudas y una mansi�n sin valor. Tom� la dif�cil decisi�n de ofrecer la familia Mirzel en vasallaje a la familia rival de los Sunlight, un admirable acto de humillaci�n absoluta. Los Sunlight asumieron una parte sustancial de la deuda, pero la mansi�n segu�a vac�a y sin personal. Para ser un vasallo �til, los Mirzel deb�an recuperarse. De lo contrario, ni siquiera los Sunlight podr�an salvarnos de la extinci�n. El sucesor de Elisabeth Mirzel tuvo que tomar otra decisi�n a�n m�s dif�cil. La de comprometer a su hijo con la desconocida y poco prestigiosa familia de los Crane, empresarios burgueses de nulo linaje noble, un mestizaje en toda regla, rompiendo la tradicional costumbre de casar nobles con nobles, y jurando por nuestro propio noble que el apellido Crane se colocar�a por siempre y a partir de entonces delante del Mirzel.
A su sucesor, mi padre, 'El T�tere Ca�do, o el Asfixiado', a�n no hemos decidido su mote, le correspondi� la dura y ardua tarea de vivir como un vasallo de los Sunlight y como la rama menor de los Crane. La matriarca de los Sunlight y el patriarca de los Crane tiraban de sus hilos, oblig�ndole a atender sin rechistar toda orden y petici�n, asfix�ndole y a�n as� siempre trat� de afrontar su destino con una sonrisa elegante. Los Crane eran gente de negocios, burgueses adinerados, y el mundo estaba cambiando r�pidamente a nuestro alrededor. Ya no eran el prestigio, ni la influencia, ni la magia ni la historia los ejes del mundo, sino el dinero y la fuerza de trabajo. Mi padre supo servir y callar. Envi� a su hijo aqu� presente al cuidado y la tutor�a de los Crane, que le formaron y criaron como el gran hombre de negocios que los llevar�a a mayores fortunas, invirtiendo toda la esperanza de las dos familias. Los Sunlight se encargaron, a su vez, de la formaci�n en la hechicer�a de ese hombre, ya que ni los Crane, nobles burgueses y empresarios, ni los propios Mirzel, que hab�an perdido la totalidad de sus libros de magia y hechicer�a. Este bast�n, aqui presente, por ejemplo, es un artefacto de los Sunlight, regalo de mi mentora, Shura Sunlight. Cuando la conoc� era muy joven, m�s joven que yo. La heredera de la su casa hom�nima. Una superviviente, como yo.
Si por un mote deber� conocerseme entre los Mirzel, me gustar�a que fuera el de 'Superviviente'. Tal vez con alg�n adjetivo, que le de una connotaci�n positiva o negativa, seg�n Yo tuve que enfrentarme a la ca�da de todas las casas de nobles magos de Hogwarts. Una cruzada en toda regla. La longeva y discreta casa Crawford dio el paso, y aprovech� lo que Elisabeth le hab�a ofrecido en bandeja.
El escaso poder de la casi extinta casa Mirzel, la debilitada casa de los Sunlight tras rescatarnos, el corte de relaciones con el exterior de la casa Aizbern, la Guerra de los Catorce A�os y la posterior represi�n de la Duquesa de Hierro en el Ducado Monta��s... Eran tiempos tumultuosos para la nobleza m�s antigua, y cada una de estas afrontaba riesgo de desaparici�n. La Casa Crawford, con Jeremiah Crawford a la cabeza, decidi� aprovechar las circunstancias hizo acto de aparici�n. Convenci� a Su Santidad el Papa para declarar una Santa Cruzada contra las 'herej�as' de la magia. Algunas familias se convirtieron al Angelismo y aceptaron anexionarse a los Crawford; si es que no lo estaban ya previamente. Otras, como los Sunlight, se opusieron.
El vasallaje hacia los Sunlight nos oblig� a participar en la guerra. Mi padre, de hecho muri� en ella, al igual que muchas otras familias nobles. Mi mujer, Jarelle, de los Finn, perdi� a toda su familia. Ella, al igual que yo y que Shura, es una superviviente. Y al igual que yo, una cobarde. Si seguimos vivos es porque nos cambiamos de bando. O m�s bien, porque desertamos. Mientras mi padre luchaba, yo creaba contactos. Jarelle, por su parte, escond�a y robaba los tesoros de su propia casa, prepar�ndose para una fuga en toda regla. Yo buscaba una salida para los Mirzel, un benefactor mayor y mejor que los Sunlight, que se encontraban al borde de la extinci�n en una guerra imposible de ganar. No hacia falta ser muy astuto para preveerlo. Yo era un Mirzel, s�, como mi padre, pero tambi�n era un Crane, como mi madre. Un oportunista. Un hombre de negocios. Un superviviente del mundo de las finanzas. Y tambi�n... un enamorado.
Jarelle quer�a fugarse, como lo hizo Shura. Fugarse y abandonar el barco que estaba hundi�ndose. Y quer�a que yo la acompa�ase. Pero yo... No pod�a hacer eso. No pod�a abandonar a los Crane, ni a los Mirzel, ni todo el legado y la historia de ambas familias. Quer�a refletar ese barco. Quer�a sacarlo adelante. Ella pensaba que permanecer en esta tormenta nos matar�a a todos. Se me declar� entonces, me cont� su plan, y me propuso salir de este infierno con ella. Llegamos a un acuerdo: si no encontraba un benefactor en el plazo de un mes, nos escapar�amos, nos casar�amos y me convertir�a en un Finn, como ella. Pero si lo encontraba... no ser�a yo un Finn. Sino ella se convertir�a en un Mirzel. En cualquiera de los dos resultados... je, nos casar�amos. Result� que mi mano fue la vencedora.
Y as� fue como sobreviv�. Mi familia sigue en deuda eterna con los Sunlight, pero tanto la �nica superviviente de los Sunlight, como yo, el �nico de los Mirzel, nos hemos vuelto proscritos. As� ha sido tambi�n con Jarelle, que jam�s podr� llamarse una Finn, pues abandon� por completo a su casa y se llev� sus tesoros. Y as� es mi familia, y los estigmas que carga y las manchas que lleva. Mestizaje, supervivencia, robo y podr�a decirse que tambi�n traici�n. Venderse al mejor postor. Claro que por supuesto, en la larga historia de los Mirzel hemos hecho eso una y otra y otra vez. Pues as� hemos sido siempre: unos triunfadores, unos supervivientes, y unos astutos bastardos."
Concluido su discurso, finaliz�:
"Me hab�is hablado del estigma de vuestra casa. Yo os he hablado del nuestro. Con sinceridad, me hab�is contado una historia muy personal, a�n a pesar de que, despu�s de cuatro mil a�os, lo teng�is m�s que superado. He aqu� mi devoluci�n del favor, aunque por desgracia la familia Mirzel no tenido cuatro mil a�os para 'superarlo'."
"Ejem..." agarr� su bast�n con firmeza. "He preferido contaros todo esto de mi propia boca, antes de que lo oig�is de la boca de otro. Ahora el Rey conoce toda la historia. �Me permitir�is saber el veredicto?" _________________
|  | �� | Armas: Bast�n plegable y m�gico de rub�es. Magnum Desert Eagle de oro.
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Harald Ballad
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Publicado: 26 May 2015 12:05 am
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El Rey de H�roes contemplo con rostro placido la reverencia de Crane, asintiendo, mientras volv�a a tomar la copa con su mano, bebiendo elegantemente de ella. A fin de cuentas, se hallaba satisfecho, a gusto con aquel discurso que otorgo, y la escena que �l mismo protagonizo. ... Y puede que precisamente por eso... por hallarse tan... tranquilo, Harald no reacciono con sequedad a la respuesta del Hombre de Negocios, ni siquiera ante el tono que este empleo, o a la advertencia clara que le hizo. Simplemente, le dio un sorbo al vino, agito el brazo, y miro fijamente al Mirzel, observando as� como... agarraba su bast�n, justificando el acto bajo el hecho de que lo que iba a contarle tal vez le ofendiese, y por... 'seguridad', se mantendr�a a la defensiva, en caso de que al Rey de Babylonia le diese por cargar su ira contra �l y su familia. ... ... Pero aun con todo... Harald Ballad sigui� sin decir nada. Ni siquiera una burla, una pulla, o un comentario orgulloso, que hiciese referencia a la... ingenuidad admitida de su interlocutor. Y considerando que esto ultimo habr�a sido una respuesta a esperar de �l, sin duda su silencio quedo marcado... ... aunque no como antes. No se le ve�a ofendido. Ni enfadado. Ni tenso. No sonre�a, pero tampoco manten�a una mueca malhumorada. Tan solo... era eso. Tranquilidad, profunda e incre�ble tranquilidad, que unida a sus pasivos sorbos a la copa, le dejaron a Crane el perfecto terreno para desenvolverse en su contestaci�n... bajo todos los riesgos que supon�an.
Y as� Senneca Crane hablo...
... Y as� Harald Ballad escucho.
Completamente callado, sin intervenir, cortar, responder, o cuestionar a nada de lo que el anfitri�n le cont�. Ni siquiera a las partes en las que puso mas �nfasis. Ni tampoco en aquellas que deb�an resultar dif�ciles de o�r. Y es que... Crane no se corto al explicarlo. Narrando con todo lujo de detalles, incluyendo los sobrenombres, los acontecimientos complejos, y sus propias opiniones al respecto. Extendiendo el discurso hasta el punto de que hasta la propia habitaci�n quedo envuelta en el mismo, haciendo sinton�a entre la m�sica y el aire que se respiraba. Siendo Harald Ballad el espectador de todo aquello. El cual, limit�ndose a atender, y a beber de la copa c�modamente, jamas aparto la vista de Crane ni por un solo instante. Contemplando sus gestos, su pose, su nerviosismo, y los movimientos inconscientes frutos de este. Todo, sin cambiar una sola vez el rostro. Conserv�ndolo relajado. Conserv�ndolo tibio. Conserv�ndolo... ... despreocupado... ... ... Uh... �De verdad estaba atendiendo? Porque visto as�, casi parec�a que le estaba ignorando... porque... ... Hm... �No tendr�a que reaccionar de alguna forma? Tal vez no por enfado, �Pero y por sorpresa? �l admiti� tener a Elizabeth Mirzel en una pedestal, por lo que conocer semejantes detalles ahora, deber�an haber provocado alguna reacci�n... ... La cual... no llegaba. Y pasaron y pasaron los minutos, y esta segu�a sin venir. ... �E incluso para cuando Crane llego a las ultimas partes de su historia, Harald permanec�a id�ntico a cuando comenz�!
"Ejem... He preferido contaros todo esto de mi propia boca, antes de que lo oig�is de la boca de otro. ... Ahora el Rey conoce toda la historia. �Me permitir�is saber el veredicto?''
''Hmm...''
... Harald... ... bajo la mirada al o�r aquello ultimo, dirigi�ndola hacia su copa, la cual mov�a en lentos c�rculos, agitando el liquido de su interior, el cual... ya pr�cticamente estaba agotado, solo quedaba el fondo, lo m�nimo de lo m�nimo... No siendo de extra�ar pues, que aun con esa pregunta important�sima en el aire, ante la cual Crane hasta temblaba un poquito, tratando de afianzarse a la firmeza de su bast�n... el Rey de Heroes... diese su ultimo trago. Moviendo al finalizar el brazo para dejar la copa sobre la mesa, y aprovechar ya el tir�n para levantarse del asiento. Quedando de pie. Con toda su pose estirada. Mirando al Mirzel.
''... Uhmmm...''
... ... Pero sigui� sin decir nada... ... ... nada de nada... Solo le miro. Y le miro. Y le miro. Colocando hasta su postura casual mientras lo hacia, llev�ndose ambas manos a los bolsillos del pantal�n, en una elegancia casual bastante extra�a.
''... ...''
�Que...? �Que era lo que estaba pensando? �Su veredicto? �Su respuesta? ... �O meramente estaba ah� perdiendo el tiempo?... ... Uf... De nuevo... hab�a que aclarar que esto no era como las anteriores veces, en donde el nerviosismo proven�a de las reacciones violentas o secas del Rey de H�roes. No... lo de ahora, era distinto. Se hallaba tranquilo. Tan absurdamente tranquilo. Que costaba imaginar lo que podr�a suceder a continuaci�n. ... ... �Y si tal vez era esa su intenci�n...? Poner mas nervioso a Crane, a costa de no aclarar su respuest-
... ... ...
... Y Harald se movi�.
... ... Avanzando con sus pasos...
... ... ... Aunque no hacia a Crane...
... ... ... ... Si no a la puerta... ... Que conduc�a al interior de la Mansi�n
''Si esta vivienda ha conservado lo que yo recordaba, entonces... Aun cuenta con las catacumbas inferiores, �No es cierto?'' ... Cuestiono �l, mirando de reojo a Crane por unos segundos, antes de volver a dirigirla a la puerta. ''Hmm... Tu esposa e hijo tendr�n que esperar. Primero deseo visitar dicho s�tano. ... ... As� que gu�ame hasta �l, Superviviente. Tu invitado requiere de los servicios de su anfitri�n.''
Pese a que aquello lo dijo con la clara autoridad suya, no dejando peros que valgan... Tambi�n mostr� un ligero fragmento de educaci�n formal, dejando incluso espacio para que Senneca Crane se adelante, abriese la puerta, y le guiase por si mismo. ... Tal y como har�a un invitado normal. ... ... Solo que sin serlo, en lo mas m�nimo. _________________
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