Comando Pop'Star

Bombermans · Ultima edición por Bombermans el 25 May 2012 3:48 am; editado 8 veces

Prólogo:

Érase una vez un próspero reino, cuyas copiosas minas de piedras preciosas superaban tres veces en riqueza a los de los otros reinos, cuya felicidad de sus habitantes no tenía parangón, cuyos dominios se extendían más allá de las montañas.

Érase una vez un rey. Cuyos ejércitos eran dignos de un emperador. Cuyas batallas siempre estaban ganadas. Los enemigos temblaban al oír el clamor de sus trompetas, el traquido de los cascos de sus caballos y transitar de sus soldados.

Érase una vez una reina. Su gobierno justo y vigoroso fue el que alzó este reino por encima de los demás. Su diplomacia salvaba vidas, su elocuencia cosechaba aliados y beneficiosos tratados, y su belleza captaba las miradas de todos los nobles.

Pero, un día, la reina murió. Y el reino quedo en silencio. Sus habitantes, desconsolados. Sus alianzas, resquebrajadas. Sus enemigos, más fuertes que nunca. Y todo el peso del reino cayó sobre los hombros de una joven muchacha.

Y este es el comienzo de nuestra historia. Una historia de magos y vampiros. De nobles caballeros y perniciosos bellacos. De despiadados asesinos y de humildes mentores. De músicos alocados e intelectuales chiflados. Una historia de apasionados amores, verdaderas amistades e inesperadas traiciones.

Érase una vez… una princesa. Y esta, es su historia.

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Detrás de las escenas

¡Buenas!

Este fic, llamado Long Live the Princess!, es fruto de una pequeña serie de acontecimientos. Me compré hace unas semanas un juego llamado Long Live the Queen (Link 1), (Link 2), que va, precisamente, de una princesa que tiene que aprender a llevar el reino antes de su coronación como reina. El juego es una novela visual (no, no es eroge, gracias) estilo Sim Game. Tienes que entrenarte en numerosas (el total es enorme) habilidades, como danza, conversación, autoridad, maneras de la corte, elocuencia, historia, intrigas palaciegas... Dependiendo de tus acciones en el juego la historia se desarrolla de una manera u otra, dependiendo de lo que aprendas la princesa actuará de una forma u otra en la historia. Y el juego es difícil, MUY difícil (de hecho, tienes que fallar obligatoriamente varias veces para poder acumular puntos en otras destrezas y poder pasar dichas otras pruebas, por lo que tienes que elegir y no puedes superar todos los obstáculos). Puede pasarte desde morirte de un flechazo, pasando por una guerra civil, hasta sufrir una invasión naval a gran escala y la llegada de un Príncipe de la Oscuridad, un demonio a lo Señor Oscuro.

Realmente me sorprendió e inspiró. Me gustó tanto, y las situaciones que me ocurrían me resultaban tan divertidas, que fui a Xat y expresé mi 'estrés' del juego a Waddle Dey, comentándolo. Como Dey me sugería cosas, le nombré Consejero, y a partir de ahí pasamos a rolear el estrés de la princesa y las sugerencias del consejero. Y como suele ocurrir en los rodajes del xat, cuanto más gente se una mejor es la fieshta, así que acabamos roleando Dey, Spark, Lumus y yo.

Más de una vez, jugando a los juegos de la misma compañía que ha hecho Long Live the Queen (Hanako Games) me pasó por la cabeza hacer fanfics de ellos, porque sus historias están llenas de tanto encanto pero a la vez tan potencial que... que no sé, te entran ganas de escribir e inspiración. Así que cuando Dey sugirió hacer un fic de este rodaje, apoyé su propuesta inmediatamente. ¡Por fin tendría la oportunidad de hacer un fic de estos juegos! Se sumaron Dey y Spark, y comenzamos a hablar sobre cómo estructurarlo y la dirección que tomaríamos. Tuvimos ciertas disputas con Spark, quien quería un fic totalmente original sin copiar nada, pero finalmente lo solventamos y quedamos todos contentos.

Así que decidimos realizar un fic de una trama original que parte de una base similar a la del juego, y con muchos cameos al mismo (que por cierto nada más que jugué yo XDD), a modo de homenaje, como la protagonista, la princesa del fic, profundamente inspirada en la Princesa Elodie de Long Live The Queen (de hecho, comparte el mismo nombre y un aspecto parecido en nuestro fic). Sin olvidar el título del fic, Long Live the Princess!, que es un cameo directo del título del juego: Long Live the Queen.

Y así pues, aquí tenemos el producto de una noche loca de rodaje y un gran videojuego. Bueno, sólo el prólogo de momento, ¡pero proximamente más!

Sobra decir que no hace falta jugar al juego para leer el fic, son dos cosas independientes una de la otra, y buscamos diferenciarnos poco a poco del mismo.

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PV: 160
PM: 40
ATQ: 27
Fuerza Normal Destreza Normal Agilidad Normal Constitución Normal Resistencia Mala
Carisma Excepcional Espíritu Pésima Sabiduría Notable Raciocinio Notable
Debilidades Físicas: Las bombas en general, en especial las bombas de hielo/agua.
Arma u objeto: Sus bombas. Una charaball que contiene a Pommy, su charabom.
Grupo de Rol: CPS
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Luminary Umbrae · Publicado: 25 May 2012 2:36 am

No me gusta, es una basura, habria que quemarla con fuego de Volcan, rodeado de TNT, y una bomba Nuclear colocada justo encima de los 7 Medallones, mientras el Halberd, Bahamut y RAXA apuntan al texto.
Y creo que me quedo corto.

...

...

~~No, en serio, Si esperas que aquí iba a poner algo bonito, estas jodido~~
MOLA BASTANTE, No se porque, PERO MOLA. En plan Intro Guay, que narra el trasfondo inicial y en poco tiempo, como en los cuentos antiguos.
Ademas, ya de por si se nota que no es un rollo infantil, y aunque sea de humor, tendrá un punto distinto al típico cuento de Caballeros y Magos.

Aunque si hubieras puesto: '*Tono de saxo*' hubiera molado mas. (?)

Pero en serio, mola. Ahora a ver como sigue. (sleepy)

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//PV: 440 - PM: 110 - ATK: 83//

-Fuerza: Notable / Normal
-Destreza: Mala / Normal
-Agilidad: Normal / Notable
-Constitución: Normal / Mala
-Resistencia: Normal / Normal
-Carisma: Notable
-Sabiduría: Normal
-Espíritu: Excepcional
-Raciocinio: Pésimo

·Debilidades Físicas: Golpes contundentes. Daños en las cicatrices. Campos electromagnéticos muy fuertes.

·Armas/Objetos:

-Balmung Ragnarok
-Cerberus Triduum

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Kirby-Spark · Publicado: 25 May 2012 2:39 am

Escueto, pero majestuoso, simpático, clásico y original a la vez, y muy epic. Un gran punto de partida para dejar al lector impaciente. WIN

La letra capital medieval también ayuda, la subestimé. xD
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PV: 190
PM: 47
Atk: 33
Fuerza Normal Destreza: Notable Agilidad Excepcional Constitución Mala Resistencia Pésima Carisma Normal Espíritu Notable Sabiduría Normal Raciocinio Normal
Debilidades Físicas: Las enfermedades, los golpes fuertes... Es difícil alcanzarle, pero débil físicamente.

Arma u objeto: Como arma principal tiene una katana que echa chispas. También usa cuchillos, estrellas ninja...
Grupo de Rol: CPS
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Dey · Publicado: 25 May 2012 2:52 pm

Me encanta como los primeros que han comentado aquí son las personas que van a escribir el propio fic.

Bonito prólogo, ¿Ves como no era tan difícil escribirlo? Me gusta eso de que hayas empezado casi cada frase con "Érase una vez". Veo una referencia a Magicka y... ¿es eso foreshadowing? Perrrrfecto.

Amigos... esto va a ser muy divertido. Al menos para nosotros. Todos los demás me dais igual.

Seguro que cada uno va a hacer un estilo distinto para el fic, así que va a ser un caos: fuego saliendo de las entrañas de la tierra, dioses malignos, mobiliario flotante, perros haciéndoselo con gatos, el fin del mundo tal y como lo conocemos.
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PV:250 PM: 60 Atq: 43

Fuerza: MALA Destreza: NORMAL Agilidad:NORMAL Constitución: NORMAL
Resistencia: NORMAL Carisma: NOTABLE
Espíritu: PÉSIMO Sabiduría: EXCEPCIONAL
Raciocinio: NOTABLE
Debilidades físicas: Es bajito, y está muy incómodo en lugares calurosos.
Objeto/arma: Una pistola
Grupo: Por libre
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Kirby Viajero · Publicado: 26 May 2012 3:35 am

Interesante prologo, ese estilo de letra me recordó a las historias medievales de caballeros, pero en fin, esperare a ver si bomber se propone a hacer el proximo capitulo (o a postear al menos)
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Nivel 18

PV: 220
PM: 55
ATQ: 39
Características:

Fuerza Normal Destreza Excepcional Agilidad Notable Constitución Normal Resistencia Pesima
Carisma Mala Espíritu Normal Sabiduría Notable Raciocinio Normal
Debilidades físicas: La eletricidad, tiene mal aguante a las peleas largas
Objetos/Armas: Su unica arma es una espada,
Grupo de rol: Por libre
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Bombermans · Publicado: 26 May 2012 1:21 pm

Yay, gracias a todos por los comentarios e_e La verdad es que yo también estoy bastante ilusionado con esto, y, a partir de este post, impacientísimo por el post de Spark, que continuará con el capítulo 2 (GOO)

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Capítulo I: El sabor de las lágrimas

Aquella noche no paraba de llover. Las gotas de agua caían incesantemente sobre el ataúd donde descansaba mi difunta madre, como si el cielo también estuviera llorando aquella noche. El sabor salado de mis lágrimas se entremezclaba con el del agua que caía de las nubes.

El funeral se hizo en completo silencio, aunque no era lo habitual. Padre lo había arreglado para que fuera privado, y tan sólo los familiares más directos, amigos más íntimos de mis padres y nobles más importantes acudieron al mismo. Marqueses, duques, condes, vizcondes… mi tío, el Archiduque de Valoirs, el Conde-Duque de Ilatiers, los dos barones de Talentwood, la vizconde de Ishnet…

En otras circunstancias tanta comitiva me habría puesto nerviosa. Pero dada la situación, aquel era el último de mis problemas. No tuve reparos en separarme de mi padre, correr hasta el ataúd y llorar desconsoladamente, empapándome con la lluvia, gritando su nombre. Siempre le he tenido un cariño especial a mi madre. Normalmente, las infantas de alta alcurnia como yo son siempre educadas por las nodrizas y los tutores, ya que los padres no tienen tiempo que perder en labores mundanas como enseñarlas a coser, a leer y a escribir. Pero mi madre era diferente, decía que quería educarme ella misma, que Conmigo no fue así. Mi madre siempre encontraba tiempo para mí. Soy hija única, y siempre me he sentido sola. En las enormes salas del castillo, la única compañía con la que me sentía a gusto realmente eran mis padres. Aún recuerdo lo contenta que se ponía cuando le traía las flores que había arrancado del jardín. Aún recuerdo aquellas nanas que mi madre me cantaba cuando no podía dormir. Siempre estuvo a mi lado. Apoyándome, enseñándome. Cuidándome.

Pero ahora… había muerto.

“Elodie, hija mía, ¿estás bien?” preguntó mi padre, poniéndome la mano en el hombro. No respondí. ¿Cómo iba a estarlo? Ni el mayor de los tesoros podría llenar jamás el vacío que quedó en mi corazón. Durante el trayecto de vuelta en carromato no formulé palabra alguna. Padre intentó animarme. Me dijo que debía ser fuerte ahora más que nunca, ahora que el peso del reino caería sobre mis hombros. “Yo estaré ahí para guiarte, pero las decisiones deberás tomarlas tú y sólo tú. La única manera de aprender a gobernar es reinando, y en el año que viene será tu coronación.” sentenció.

Aquella noche no cené. Después de aquello no tenía apetito. Me dirigí directamente a mis aposentos y dí órdenes estrictas de que no se me molestase. Una vez en mi habitación, completamente a solas y con la puerta cerrada, corrí hasta la cama, me abracé a la almohada y me puse a llorar, desolada. “Mamá… mamá…” susurré, una y otra vez.

No sé cuándo me dormí. Así, sin más, con la misma indumentaria con la que fui al funeral: medias, chaqueta y falda marrones, una camisa bajo la chaqueta y una corbata sobre la misma. El uniforme típico de la academia privada para señoritas en la que estudiaba, junto con las otras niñas de la alta nobleza. Resultaba irónico, ya que ya no podría volver a la academia nunca más. Padre ordenó que ahora en adelante estudiaría en el castillo, con tutores privados y con clases todas las mañanas y tardes. “Es demasiado peligroso salir del castillo.” fueron sus palabras. “No ahora que eres la única heredera al trono.”

Aunque sabía que tendría que hacerlo tarde o temprano, no quería hablar con nadie. Tampoco quería que me vieran así. Me aseé, vestí y peiné yo misma y llamé, sin siquiera desayunar, al primero de los tutores. Aunque Padre dijo que podría elegir cada día qué lecciones recibir, la primera semana la organizó él. Por las mañanas, clases de decoro y elegancia. Por las tardes, clases de conducta aristocrática. No es que me pareciera muy entretenido, que digamos, pero entendía que eran necesarias. Aunque no me sentía con fuerzas de nada, me resigné y solicité las clases. Tampoco podía hacer otra cosa.

Las clases de decoro y elegancia se realizaban en dos dependencias distintas del castillo, según qué lecciones hubieran previstas. A veces en el jardín, otras en una sala especialmente preparada. Acudí a dicha sala, llamé a la puerta con cortesía y la abrí.

“Pasad, pasad, princesa.” dijo el tutor, el marqués d’Sinch, con tranquilidad. Era un hombre de mediana altura, extremadamente delgado, con una peluca blanca perfectamente peinada sobre la cabeza. Vestía unas calzas blancas que le llegaban desde la cintura a los pies, y un abrigo rosado adornado con un pañuelo sobre una camisa blanca. Se encontraba frente a un espejo, depilándose las cejas con una pequeña pinza. “Sentaos, por favor. Estáis en vuestra casa. ¿Qué digo? ¡Realmente esta es vuestra casa!” exclamó. Entré, cerré la puerta y me acerqué tímidamente a la silla que me había preparado, justo en el centro de la sala. En cuanto me senté, me miró y…

“¡¡OOOOH, DIOS!! ¡¡DIOS MÍO!! ¡¡DIOS MÍO!!” gritó, dirigiéndose hacia mí amaneradamente con los brazos extendidos y un gesto de horror en su cara. “¿¡Pero qué pelos son ESTOS, princesa!? ¡Vuestro hermosísimo y rosado cabello no puede tratarse de esta manera! ¡¿Quién os ha peinado?! ¡Solicito su inmediata expulsión del castillo! No, ¡del reino! ¡No! ¡Del mundo!”. Comenzó a dar vueltas a mi alrededor y a toquetearme los pelos, alborotándolos y despeinándome. ¡Con el trabajo que me había costado quitarme los enredos!

“Eh… he sido yo la que me he peinado.” me atreví a confesar, mirándole, desconcertada. El hombre se paró en seco, de improviso, y se acercó a mi cabeza una distancia extremadamente corta ~~y me besó~~.

“…¿Qué?”

Me miró a los ojos tan fijamente que desvié la mirada de inmediato y sonreí como una tonta, ruborizada. “Jejeje… ¿je?”

“¡¡ESTO ES ~~ESPARTAA~~ INACEPTABLEEE!!” me gritó, asustándome, a lo que yo respondí con un “¡¡Aaaaaaaah!!” tapándome las orejas y cerrando los ojos unos segundos. El marqués levantó mi silla y la arrastró conmigo hasta el tocador con el espejo. “¡Es totalmente inaceptable!” repitió, andando de aquí para allá. “¡Sois una primorosa y linda princesa de catorce años! ¡Vos no tenéis que peinaros! ¡Para eso están las criadas! ¡¿Para qué sirven si no!? ¡¿Qué será lo siguiente, por todos los dioses!? ¡¿Qué os cocinéis vuestra comida, manchándoos vuestros delicados dedos de sangre y grasa?! ¡Inaceptable! ¡¡Totalmente inaceptable!!”

“¡Pero yo quiero aprender a peinarme sola!”

“¿¡Pero por qué, milady!?”

“¡Porque mi madre…!” en aquel instante la expresión de mi cara cambió por completo y se ensombreció. “Porque… porque mi madre siempre me cepillaba el pelo por las noches…”. No pude evitar sollozar.

“¡Oh, nononono! ¡Por favor, no lloréis, princesa!” imploró el marqués. “¡Tomad, tomad el cepillo!” me puso el cepillo en la mano, agarró mi brazo y comenzó a cepillarme el cabello. “¡Así! ¿Veis? ¡Si la princesa dice que quiere aprender a peinarse, no soy nadie para impedírselo! ¿Verdad que queréis aprender?” preguntó, intentando quitarme esos pensamientos de la cabeza. Me soltó el brazo, se quitó el pañuelo y me secó las lágrimas. “No pasa nada, querida mía. Yo os enseñaré a haceros unos tirabuzones que serán la envidia de todas las mujeres de la nobleza. ¡Os haré tan atractiva que me deslumbraréis hasta a MÍ!” aclamó.

“Aunque me temo que vamos a necesitar muchas sesiones…” murmuró, mientras pasaba el cepillo lentamente por mi pelo.
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Luminary Umbrae · Publicado: 26 May 2012 1:49 pm

Pues hijo, ¿Que quieres que diga? Mola, y punto, mola bastante. Si tuviera que hacer una critica la hacia, pero es que mola y ya. Agggg D:

Lo gracioso es que del Drama se pasa al Rollo Comedia extrema, así que... A ver como se lo monta Spark, para cambiar de rollo. Aj Aj
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-Destreza: Mala / Normal
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-Sabiduría: Normal
-Espíritu: Excepcional
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Dey · Publicado: 26 May 2012 2:40 pm

Voy a decirlo otra vez: va a haber bastantes problemas con el estilo de cada uno. Histeria masiva-

En cualquier caso, muy bien hecho. Sabes narrar bien (Mucho mejor que ese guapo de Dey), usando símiles y... cosas bonitas y eso. El único problema que veo es un cambio demasiado brusco entre drama y comedia, el tio ese que grita tanto ha sido muy de repente.
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Kirby-Spark · Publicado: 26 May 2012 11:50 pm

Dios, es genial. x'D En un escueto capítulo has pasado del drama al humor de una manera elegante, que no ha hecho "pastosas" ninguna de las dos intenciones. Está todo bella y cálidamente escrito, y es mucho más fácil de leer que muchas novelas -a saber cómo te lo haces. Los pocos personajes presentados tienen personalidad y encanto.
Aunque lo que más me ha gustado es lo de empezar en un funeral y terminar con la intención de la joven princesa de aprender a ser aristócrata, todo ello sin escribir lágrimas de más ni de menos, y con una alegría que se va incrementando a medida que la princesa remonta el vuelo.
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Kirby-Spark · Publicado: 02 Jun 2012 7:27 pm

Capítulo 2: La huella del anurgón

Aquella noche resonaría el galope de los corceles.

Los rumores eran ciertos. El boquete seguía allí, en las afueras del pueblo, a pesar de las furiosas lluvias de la época y del paso de los peregrinos. Carvas, rodeado de los aldeanos que lo habían escoltado, se agachó y la examinó con detenimiento. En el fango, ya seco, había grabada una monstruosa huella en forma de estrella. Su tamaño era tal que hasta un niño podía estirarse dentro sin miedo a tocar los bordes. Un silencio nervioso se apoderó de la escena mientras el escuálido doctor tocaba un poco por allí, un poco por allá, y tomaba pictografías de aquellos detalles que le resultaban interesantes. Los cuchicheos crecientes rompían esa paz; bueno, los cuchicheos y la vieja del caldo, claro está. Se trataba de una anciana de mirada hostil y aspecto desarrapado que andaba ofreciendo caldo de pollo a todo aquel que se cruzase en su camino. Si alguien cometía el error de acceder, la vieja gritaba “¡Pues toma caldo de pollo!” y le arrojaba el contenido de un cucharón sopero a la cara. Nadie en la villa sabía por qué actuaba así, pero habían aprendido a convivir con ello, así que la vieja no encontraba más víctimas aparte de los viajeros desprevenidos.

Carvas había sido uno de esos viajeros. Había llegado a Molinos por la mañana, tras un agotador viaje de dos días que había realizado a pie. En tiempos añejos no le habría sentado tan mal la caminata, pero ya le faltaba poco para alcanzar la ancianidad. Lo notaba en su pelo entrecano. En sus ojos, cada vez más dependientes de sus extravagantes quevedos. En su escuálido cuerpo, que agradecía el apoyarse en un báculo. Lo menos que esperaba al alcanzar la “aldea-pisada-por-el-monstruo”, como algunos la llamaban últimamente, era un pellizco de hospitalidad.

- ¿Quieres caldo de pollo? –lo recibió una anciana con ojeras y un enorme cucharón chorreante.

Unos pocos segundos después, Carvas se encontraba asustado, empapado y estupefacto. Tuvo suerte de que justo pasara por allí el hijo del alcalde de Molinos. Shimo, como se presentó, no tendría más de diez años, pero le pegó una buena regañina a la vieja del caldo, y, además, invitó al doctor a su casa.
Molinos era un pueblo bello. Como todas las aldeas de la cordillera de Costanorte, estaba forrada de una confortable alfombra de césped verde que, en días soleados como aquel, relucía presumidamente. No era difícil saber a qué debía su nombre: los edificios de Molinos eran altos, alargados y contaban con ruedas de aspas. No siempre se usaban para moler grano. Se le daba otros usos a la fuerza del viento, como dar cuerda a fuelles para mantener encendida una hoguera o prensar papel. El edificio más grande y con más ruedas de aspas era la casa del alcalde. Éste resultó ser un hombre igual de hospitalario que su hijo, y fue fácil mantener una charla con él a la hora de la comida. Al alcalde le habló de la vida de campo, de la naturaleza, del olor de la hierba pastada y de la tranquilidad de las montañas; Carvas, por su parte, describió la ajetreada vida de la capital, y de cuánto la añoraba. Pero no quería volver sin haber completado antes su investigación.

- Oh, ¿es usted investigador? –preguntó el alcalde, meneando su fino bigote.

- Lo soy. De hecho, ha sido mi pesquisa la que me ha conducido a este pueblo-contestó. El alcalde pronto entendió a qué se refería.

- Habla usted de la huella… -murmuró.- ¿Cree realmente que existe una criatura en la tierra con semejante pie? Sinceramente, podría ser que esa huella la hubiera cavado un gamberro con ganas de asustar a los crédulos.

- Llevo siguiendo la pista de esa bestia durante décadas. Si es una farsa, lo sabré.

Y no, no era una farsa. La profundidad, la curva de la palma, la anchura de los dedos… Todo compartía una gran semejanza con el resto de huellas que había registrado en el pasado. Desgraciadamente, aquélla no aportaba ninguna información reseñable a su búsqueda. Sabía dónde había estado la criatura hacía unos días, y eso no era útil sin saber siquiera si podía volar. Pero quizás… Si continuaba inspeccionando...

- Doctor, ¿le queda mucho? –comentó Shimo, impacientado. Su padre le pegó una suave colleja para castigar ese arranque infantil, pero se sabía que el crío había hablado en nombre de todo el pueblo. Era comprensible, considerando el violento sol de mediodía.

- No os he pedido que me protejáis mientras hago mi trabajo –replicó Carvas.- La tarea de un biólogo es dura, larga, y no siempre da resultado. Os recomiendo que volváis a vuestras casas, porque… oh.- Sus dedos se toparon con algo verde y brillante que estaba semienterrado en el suelo. A primera vista, habría sido fácil confundirlo con un fragmento de botella de vino.

- ¿Qué es, doctor? ¿Qué es? –se adelantó el niño, ansioso.

Carvas usó un cepillo para retirar con cuidado la tierra que cubría el hallazgo. Era una pieza singular, de eso no había duda. Tenía forma de hoja de platanero, pero estaba compuesta por centenares de pelos perfectamente ordenados, flexibles y relumbrantes. Cuando estuvo seguro de que no se desmoronaría al primer contacto, la levantó meticulosamente con unas pinzas. El pueblo entero profirió un “oooh” de admiración mientras se empujaban para ver el extrañísimo objeto. Hasta a Carvas lo conmocionaba su belleza. Verde y brillante cual esmeralda, no habrían sido pocos los que habrían vendido una mansión por contar con esa joya entre su colección.

- ¿No es evidente? Se trata de una pluma de anurgón –contestó.

- ¡¿Anurgones?! Pero… ¡Eso son criaturas de cuento! –exclamó alguien.

- Seguramente. Tendré que explorar este artefacto con más detenimiento para buscar una hipótesis más razonable-, comentó, mientras colocaba la pieza en un sobre cuidadosamente. Se escuchó un gemido de decepción generalizado, pero nadie trató de apropiarse del tesoro. “Son buena gente”, pensó Carvas.

Ese día hubo un gran banquete en el pueblo, pero el biólogo no asistió. En vez de eso, se quedó en la habitación de invitados de la casa del alcalde. A la luz de la vela, los filamentos de la pluma de anurgón centelleaban como dos espadas entrechocándose. Carvas no contó las veces que limpió las lentes de sus gafas sin razón alguna. Sacó de su mochila un gran cuaderno negro.

Estudio del anurgón. ¿Realidad o fantasía?
Por Sev Carvas y Lora L.

En ese archivador habían guardado todas las pistas y documentos referentes al anurgón que él y su antigua compañera habían hallado. Muchos textos antiguos y dibujos citaban al anurgón como una enorme bestia redonda, con forma de sapo, cubierta de un plumón verdemar cuyo resplandor al reflejar el sol robaba la vista a cuantos lo viesen. Se les atribuía sabiduría infinita y capacidad de curar cualquier enfermedad, pero eso se decía de cualquier criatura mitológica; aun así, Carvas estaba seguro de que debía tratarse de un ser impresionante.

Existía. El anurgón existía, después de todo. Aquella pluma era orgánica. Era una prueba irrefutable de su existencia. Al fin Lora podría ver un pedazo de aquello que buscaban. Se alegraría mucho. Quizás los viejos tiempos nunca volviesen, pero seguro que volvía a implicarse en la investigación de alguna manera.

Resonó el galope de los corceles. Penetraron en los tímpanos del doctor como perforadoras del fatalismo, una sorprendente profecía de lo que estaba por venir. Aquel jolgorio alegre e incendiario que había poseído al pueblo desde poco antes de la puesta de sol cesó de repente.
Una fila de tres o cuatro antorchas trotó hasta la plaza de Molinos, donde los jinetes desmontaron. Los aldeanos se levantaron de las mesas con cierto temor. Pero era un temor infundado; sólo dos de los jinetes iban armados, y vestían el uniforme blanco de la Guardia de la Ciudadela. No eran guerreros, sino mensajeros. Se trataba de uno de esos minúsculos escuadrones que partían de la capital extendiendo las más recientes noticias por las poblaciones. Carvas sabía cuál era la noticia que iban a anunciar. Había sido una gran lástima que no se hubieran demorado una semana más, aunque fuese.

Uno de los recién llegados abrió un pergamino. Dos de sus compañeros lo apoyaron con la luz de sus fuegos.

- ¡Atención, ciudadanos del Reino! Lamento anunciar que nuestra excelentísima Reina, la encomiable Vulna Loraniss Laurentia, vio final a su vida el quince de Octubre. ¡Sean los dioses considerados con su alma, y el pueblo justo con su recuerdo!

No dijo nada más. Los mensajeros volvieron a sus caballos y siguieron su rumbo de nuevo, sin pedir descanso o comida. Dejaron atrás a una villa conmocionada. La Reina había sido una gobernadora justa y afable que había tratado a su pueblo como una madre y nunca había cejado en su empeño de traer prosperidad a la nación. El banquete se detuvo. La tristeza se propagó rápidamente entre los aldeanos como una infección. Pero ninguno de ellos derramó una lágrima. Únicamente Carvas.

Colocó la pluma de anurgón con cuidado en un sobre, y luego fijó el sobre al cuaderno con una chincheta. Al parecer, su compañera de investigación jamás podría deleitarse con el fulgor de aquella joya. Pero ahora no podía echarse atrás.

La luna llena empezaba a ocultarse tras la línea del horizonte. Un espeso manto de nubes tapaba las estrellas, pero el olor era fresco y puro como tan solo un verano de montaña podía ofrecer.

Partió al amanecer a presentar sus respetos. Rechazó el caldo de pollo.
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Dey · Publicado: 02 Jun 2012 8:01 pm

Buaaaaaaaaaaaaaa D':

Y Bomber me obliga a postear aquí y ahora tengo presión porque lo has hecho muy profesional y ahora todo me va a salir mal y todos me vais a odiar.

...Ahem...

No... no tengo nada que comentar, realmente. Muy detallada (aunque en ocasiones un poco distrayente y liosa) descripción y un buen twist al final (Eh, hasta que no he leido eso, pensaba que iba a tener que ser YO el que relacionara las dos historias). Un poco cliché la historia esa de los Anurgones, pero esto es un fic al fin y al cabo.

Y sí, me he centrado en lo malo. Decir lo bueno sería demasiado largo. Y ahora estoy presionado porque mi cerebro me dice que lo tengo que hacer mejor que tú.
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PV:250 PM: 60 Atq: 43

Fuerza: MALA Destreza: NORMAL Agilidad:NORMAL Constitución: NORMAL
Resistencia: NORMAL Carisma: NOTABLE
Espíritu: PÉSIMO Sabiduría: EXCEPCIONAL
Raciocinio: NOTABLE
Debilidades físicas: Es bajito, y está muy incómodo en lugares calurosos.
Objeto/arma: Una pistola
Grupo: Por libre
Link: http://comandopopstar.foros.ws/t257/dey/

Luminary Umbrae · Publicado: 02 Jun 2012 8:10 pm

Pues hijo, lo que dije en xat, o lo hacemos serio o lo hacemos cómico. Las dos cosas por extremos no, el punto seria mezclarlo, pero esta claro que siempre acabamos tirando a un lado u otro.
De resto, pues eso, un poco cliche considerando que lo que usted pedía era originalidad extrema, pero bueno, es un Fic, ¿No? Tampoco es que tengamos que ser Originales al máximo, Aj Aj.

Como es un poco largo y tengo un poco de sueño, lo he ido leyendo como pude, pero mas o menos esa es mi impresión general. Mola bastante, tiene ese punto de libro, pero demasiado serio y tal para un Fic que originalmente era de humor.

Para la próxima vez, hijo, no se tire tanto rollo para su capitulo, que como ya dije, calidad no es igual a tamaño.

Y... Eso, ya veré que escribo yo cuando me toque.
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//PV: 440 - PM: 110 - ATK: 83//

-Fuerza: Notable / Normal
-Destreza: Mala / Normal
-Agilidad: Normal / Notable
-Constitución: Normal / Mala
-Resistencia: Normal / Normal
-Carisma: Notable
-Sabiduría: Normal
-Espíritu: Excepcional
-Raciocinio: Pésimo

·Debilidades Físicas: Golpes contundentes. Daños en las cicatrices. Campos electromagnéticos muy fuertes.

·Armas/Objetos:

-Balmung Ragnarok
-Cerberus Triduum

·Link a la Ficha: http://comandopopstar.foros.ws/t278/luminary-umbrae/

Bombermans · Publicado: 02 Jun 2012 8:34 pm

Omg Spark, dios. Dios. Si parece un libro O_o

Veo dos problemas, que no has seguido el estilo marcado (usar comillas en vez de guiones, como se suele hacer en CPS), y que es demasiado profesional, demasiado de libro.

Dios, tu narración es excelente, sigo sin saber por qué dices que yo narro mejor que tú. ¡Mentira! XD La narración es totalmente de libro, con sus descripciones perfectas, sus personajes perfectamente realistas, sus detalles perfectamente señalados... Dios mío, si hasta te documentaste sobre arqueología. xDD

-Me encantó la Vieja, "¡PUES TOMA CALDO DE POLLO!" *se lo tira* XDDDD Es bastante genial. Aunque no sé por qué, quizá por la forma de presentarla en plan libro, que me pareció como forzado, no sé expresarme >_<

-Me gusta el misterio del bicho ese, el Anurgón, y cómo has integrado un papel al biólogo más allá del laboratorio en sí. Lo volviste arqueólogo ajajajajaj. Me ENCANTÓ que la Reina hubiera colaborado en el estudio con el biólogo y que fuera la co-autora, y cómo el biólogo llora por ella. Especialmente tierno el 'su compañera de investigación nunca podría deleitarse con el fulgor de esa joya. Pero ahora no podía echarse atrás.' :DD

-'Rechazó el caldo de pollo.' <--- Ajajajajajj

Lo que no me gusta es el estilo del texto en si, no tanto el contenido como la forma, no sé, es demasiado profesional, demasiado de libro, en definitiva, demasiado serio. Yo he sido dramático y serio, sin duda, por la parte del principio con la muerte y tal. Es normal que al estar en partes de drama haya que ser dramatico. Precisamente esa es la gracia. Pero como ha dicho Lumus ~~plagiandome mis palabras en xat~~, la cosa es hacerlo medio serio, medio gracia, ni un extremo ni otro. Tú has tocado el extremo de demasiado serio o demasiado profesional o demasiado de libro para un fic que originalmente iba a ser de humor.

En definitiva, está genial, pero menos seriedad. Y menos seriedad no significa introducir chistes baratos (que también (?)) significa que el ambiente, el mood, el estilo de narracion sea más simplista, de un fic, no tan experto como de un libro. ¿No querias un estilo tipo de cuento? ¡Pues esto parece una novela! XD
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PV: 160
PM: 40
ATQ: 27
Fuerza Normal Destreza Normal Agilidad Normal Constitución Normal Resistencia Mala
Carisma Excepcional Espíritu Pésima Sabiduría Notable Raciocinio Notable
Debilidades Físicas: Las bombas en general, en especial las bombas de hielo/agua.
Arma u objeto: Sus bombas. Una charaball que contiene a Pommy, su charabom.
Grupo de Rol: CPS
Link a tu ficha: http://comandopopstar.foros.ws/t384/bombermans/

¡Micaiah rulz! *¬* XD

Okapi

Solo soy un idealista y soñador...

Dey · Publicado: 05 Jun 2012 8:06 pm

Aquí está el tercer capítulo de Long Live the Princess!. Puede que no sea muy bueno ambientando como Bomber, ni haciendo descripciones fluidas como Spark. Pero si hay una cosa en la que SÍ soy bueno es en... eh... caracteriz- no... personajes orig- no... eventos emocionan-no... creación de mun-no...

En fin, disfrutad:

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Capítulo 3: Sociedades

La clase de decoro y elegancia de la princesa había sido ligeramente incómoda: con el marqués d’Sinch haciendo todo lo posible para hacer que no se sintiera mal, no había tenido la oportunidad de recibir una clase adecuada. Al menos ahora tenía un peinado precioso, cortesía del marqués.

Según el horario determinado por su padre, ahora tenía un descanso de un par de horas para comer y hacer lo que quisiera. O al menos, se SUPONÍA que tenía un descanso. A la salida de la habitación donde estaba estaban de pie y charlando el rey Normand Larielle, su padre; y dos personas más, un hombre y una mujer. Estaban ambos vestidos con ropas medianamente caras, pero se notaba que no pertenecían a la nobleza, eran simples burgueses. Elodie ya los había visto antes por el castillo: solían estar con madre mientras trabajaba y demasiadas veces interrumpían los momentos madre-hija que tenían. Al ver Padre que ya salía de la clase, se acercaron los tres.

“Hija… Se que estás triste y que lo último que quieres hacer es echar un vistazo a tus futuras responsabilidades…” Hizo una pausa, a él también le resultaba difícil hacer esto.
“Las dos personas que tienes delante son los dos consejeros reales: Zachary MacQuoid…” El hombre que estaba a su derecha hizo una reverencia. “… y Deborah Worthing.” La mujer, a la izquierda, repitió el gesto de su compañero. “A partir de ahora estarán bajo tus órdenes. No solo te guiarán en tu reinado, también harán efectivos todos tus decretos y leyes.”

“Así es” Comenzó el Sr. MacQuoid. “Como vos solo recientemente habéis tomado el mando de nuestro reino, he decidido tomar un poco de iniciativa y he preparado un dossier con todos los datos que tiene que saber sobre su administración. Lo he dejado en vuestra habitación”. La princesa gimió, no por lo del dossier, sino porque aún no había comido.

“Otro tema del que debemos hablar ahora” Deborah Worthing ni siquiera dejó a Elodie decir nada. “Hay gente que quiere hablar con vos en la sala de reuniones del castillo. Son los cuatro embajadores de nuestros países vecinos. Traen regalos.”

“Quieren reunirse ahora” Intervino MacQuoid. “Lo correcto sería aceptar los regalos y dejarles marcharse rápidamente. No parecen tener muchas ganas de discutir temas de política en este momento. Mejor lo reservamos para cuando ya hayáis leído el dossier.”

Elodie iba a protestar, pues ya empezaba a tener hambre, pero fue interrumpida por Deborah, de nuevo: “Quieren reunirse AHORA. Así que recomiendo hacer esto antes de comer. No se tardará mucho tiempo”. Y Elodie ya no tenía palabras, ¿estaban intentando mandar sobre ella o simplemente eran muy tontos como para darse cuenta de que ella era ahora técnicamente la que gobernaba?

De cualquier manera, se veía que iba a tener que ir de una manera o de otra. Ordenó a esos dos que fueran yendo a la habitación, y se marcharon de una manera muy poco elegante:

“Muy bien hecho, Worthing, interrumpiendo a la Princesa. Realmente te estás ganando tu inminente despido”

“¿Ah, sí? ¿Por qué no me haces un aburrido resumen de 500 páginas explicando eso?”

“No creo que tu cerebro pueda soportar el esfuerzo de 10 letras seguidas, mucho menos de una sola página”

“Empollón”

“Bruja” Y dejaron de estar a la vista ambos, dejando a la princesa y el rey a solas. Este último se acercó a Elodie.

“Bien. ¿Qué opinas de tu primera tarea como gobernante, hija mía?”

“¡Ni siquiera me han dejado hablar!”

“Los consejeros son muy listos, pero suelen intentar controlar a quien esté en el poder, aunque sea inconscientemente, como ellos ahora…”

“Genial, y se supone que ahora soy yo la que está en el poder.”

“…por eso tu madre les escogió a ellos. Están muy ocupados discutiendo como para intentar algo así. Tambien sirven mucho para contrastar opiniones. Si alguna vez están de acuerdo en algo, es que tienen que tener razón.”

“Parecéis saber mucho sobre gobernar. ¿Alguna razón en particular por la cual no podéis hacerlo vos, padre?”

Esto hizo callar a su padre un par de segundos. Ambos se sentían incómodos con esa pregunta: él por la propia pregunta y ella por la persona a la que se la había preguntado.

“…Prefiero no hablar de ello.” Y salió de la escena andando muy deprisa. Elodie lanzó un “¡Pero, padre…!”, pero ya era demasiado tarde, el rey Normand Larielle IV ya no se podía ver. Eso le sirvió de indicativo para que se dirigiera a la sala de reuniones, a ver a los embajadores.

La princesa Elodie conocía el castillo como la palma de su mano. No solo las dependencias privadas, que era donde había pasado la mayor parte de su vida, sino tambien todas esas habitaciones oficiales que solo servían para visitas oficiales de personas… oficiales, supongo. No necesitaba caminar mucho para llegar a la sala de reuniones. Rápidamente llegó allí, solo para darse cuenta de una cosa:

“¡Princesa!” Gritó en voz baja MacQuoid, que ya estaba allí, esperando. “¡No lleváis un atuendo adecuado para una visita de este calibre!” Y era verdad. Para la clase de decoro y elegancia se había puesto unas ropas más informales. Le sorprendía que el marqués d’Sinch no se hubiera dado cuenta de eso. “¡Mejor será que vayáis a cambiaros ahora mismo!”

“No hay tiempo.” Replicó Deborah. “Los embajadores hace ya tiempo que esperan.” A esto Zachary MacQuoid respondó con una mirada fria y penetrante que básicamente decía ‘¿Desde hace CUÁNTO no me has avisado de su llegada?’. Pero Worthing también tenía razón, no era de buena educación que una señorita hiciera esperar a personas mayores. Así que entró, o mejor dicho, la empujaron dentro de la habitación.

Dentro de la habitación había una gran mesa redonda, pero en la que ahora mismo solo estaban ocupadas tres sillas, el cuarto embajador estaba de pie en la ventana, observando el paisaje. Había unas cuantas cestas y paquetes sobre la mesa, obviamente de regalo. Al ver que ella entraba, los tres embajadores sentados se levantaron y el de la ventana se giró hacia ella. Todos la estaban observando. Y juzgando. La princesa sintió que se moría de la vergüenza. Se acercó el primer embajador.

Era un hombre muy viejo y muy bajito. Tenía el pelo blanco y la cara muy, muy arrugada. Se apoyaba en un bastón que parecía estar hecho de una madera casi tan vieja como él. Llevaba un uniforme de gala que solo podía pertenecer a un alto cargo del ejército, con varias medallas por encima, signo de que era un respetado héroe de guerra, pero a esa edad ya tenía dificultad hasta para llevar la pequeña caja de madera con piezas de joyería que traía como obsequio. El estado de su espalda no le permitía hacer una gran reverencia, pero lo intentó de todas formas.

Pertenecía al Imperio de Toihan, una de las mayores superpotencias del mundo conocido. La parte de ‘país vecino’ era muy menor, pues era la nación con más territorio conquistado que se conocía, y su frontera con Valoria era pequeñísima comparada con las que tenía con otras naciones.

“Todos lamentamos la pérdida de una líder tan sabia y justa como vuestra madre, Su Alteza” Elodie, a pesar de haber sido llamada toda su vida así, aún no acababa de acostumbrarse. Cogió la caja educadamente y se la dio a MacQuoid, que aún estaba detrás suyo.

La segunda embajadora se había pasado todo ese rato mirando al anciano nerviosamente. Llevaba un vestido largo y azul oscuro, pero nada deslumbrante, incluso menos que lo que llevaba la princesa en ese momento. Antes de entrar la princesa estaba tomando un té que le había traído un Golem de barro, subordinado suyo. Había traído un paquete blanco finamente envuelto en un lazo rojo, contenía un vestido demasiado brillante, característico de la hortera moda de la República de Broresh.

Broresh había sido parte de Toihan hace muchas décadas, pero hubo una revolución y ahora son dos naciones distintas. Esto causó mucha rivalidad entre los dos países, y recientemente ha sido la época de máxima tensión, pero Elodie ni sabía ni se preocupaba de por qué exactamente. Mucha gente sospechaba que Broresh y Toihan podrían entrar en guerra muy pronto. Por eso la embajadora miraba tan fríamente el héroe de guerra. Le dejó el paquete con el vestido a su pequeño Golem, para que encontrara a un criado que lo llevara a la habitación de la Princesa. Hizo una gran reverencia, pero no llegó a decir nada.

Al tercer embajador no lo conocía de nada, nunca lo había visto por el castillo antes y, sinceramente, si lo hubiera visto, no se acordaría de él para nada. Era un hombre ridículamente normal, sin ninguna característica especial en absoluto. Hasta el traje que llevaba era vulgar. Con ese aspecto, tenía toda la pinta de un estereotipo del Reino de Elong.

El estereotipo de Elong era que eran gente gris y aburrida, que solo se preocupaban por el dinero. Y el embajador daba toda la impresión de ello. Existía un chiste en el que se explicaba que todos ellos estaban copiando el estilo de su reina, que resultaba que era una de las numerosas tías de Elodie. La única razón por la que aún no habían intentado comprar Valoria era precisamente por ello. El regalo de Elong era un cuadro… de un autor que no era de allí. Se veia que no había nada creativo que pudiera salir de ese país. El embajador hizo una reverencia y le dio un beso en la mano.

Ahora sí, el cuarto embajador… tenía bastante de especial. No era su ropa ni su regalo. Era el hecho de ser tambien él un Golem. Un Golem de meteorito. Venía de una pequeña ciudad-estado, totalmente rodeada por tierras Valorianas y también casi totalmente poblada por Golems. Solo estaba a una semana de viaje de donde estaba Elodie ahora mismo.

Una pequeña lección de la academia volvió a brillar en la mente de Elodie.

Los golems siempre han sido herramientas. Si los magos juntan un puñado de rocas y las animan es para que éstas hagan lo que sea que se les ordene, ya que generalmente pueden proporcionar la fuerza que les falta a los hechiceros que los crean. El… ‘nivel de inteligencia’ de un Golem se determina por el poder mágico con el cual haya sido creado. Por ejemplo, el Golem de barro que aún no había vuelto de llevar el vestido tenía exactamente la suficiente inteligencia como para cumplir órdenes simples de la embajadora, pero no llegaba a tener una ‘inteligencia’, propiamente dicha.

Llegó un día en el que se usó un poco demasiado poder: un Golem había adquirido personalidad, opiniones y, por encima de todo, la capacidad de aprender. Esto era una novedad en el campo de la magia, y durante los primeros años hechiceros de todo el mundo comenzaron a replicar la magia del primero, añadiendo detalles propios. Unos lo hacían por curiosidad, otros por soledad.

El caso es que todos estos Golems inteligentes empezaron a darse cuenta de su situación. Y esto se dio aún más en Valoria. Para evitar una rebelión que podían efectuar fácilmente, debido a la mayor resistencia que poseían los golems, Vulna Loreniss Laurentia les dio parte del reino. Un pequeño pueblo para que lo administraran como ellos quisieran. Ahora había un país Golem, aunque solo fuera una ciudad. Un país dentro de otro país. Y su embajador trajo una cesta cargada de dulces, que hicieron que Elodie se acordaba de que aún no había comido. El embajador solamente dijo un “Siento vuestra pérdida. Os doy mi pésame.”, con una voz demasiado artificial para el gusto de nadie. No parecía nada humano, porque no era humano.

Por supuesto, Elodie comprendía que todas esas condolencias eran falsas. Lo único que querían esos embajadores era ganarse el afecto de la nueva gobernante hacia el país que representaban. Broresh y Toihan querían un aliado en el caso de que la guerra estallara. La ciudad Golem quería que Valoria ayudara a su economía aún en desarrollo, aparte de que necesitaban una salida al mar, que no tenían. El único del que no se sabía su intención era el de Elong, pero de ellos nunca se sabía nada.

Tuvo que quedarse con los cuatro embajadores un rato que le pareció demasiado largo. No tuvo una conversación de más de cinco palabras. Casi toda la conversación la tenían los dos consejeros que no se callaban nunca. Durante todo ese tiempo se comió ella sola una caja de bombones de las que había en la cesta. ¿Cómo se habían enterado tan rápido los gobernantes del resto de países de la muerte de su madre? ¿Habían tomado la iniciativa los embajadores antes de que llegaran las noticias a sus líderes?

Una cosa curiosa que pasó durante toda esa reunión fue que el pequeño Golem de barro, que debía de medir un metro de alto, no llegó a volver a la habitación. Seguramente se vería con su dueña al salir del castillo.

Cuando recuperó la noción del tiempo, se dio cuenta de que ya debía de haber pasado hora y media. Llegaba tarde a clase de Conducta Aristocrática. Se despidió lo más elegantemente que podía. Tanto de los embajadores como de los consejeros, y una vez estaba fuera de vista de ellos, la princesa comenzó a correr como si se acabara el mundo. No consiguió llegar a tiempo y recibió una buena regañina de parte de su profesor.

Aún no había comido.

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Horrible. Sencillamente horrible.
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PV:250 PM: 60 Atq: 43

Fuerza: MALA Destreza: NORMAL Agilidad:NORMAL Constitución: NORMAL
Resistencia: NORMAL Carisma: NOTABLE
Espíritu: PÉSIMO Sabiduría: EXCEPCIONAL
Raciocinio: NOTABLE
Debilidades físicas: Es bajito, y está muy incómodo en lugares calurosos.
Objeto/arma: Una pistola
Grupo: Por libre
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Kirby-Spark · Publicado: 05 Jun 2012 8:30 pm

Diosh, a mí me ha encantado. xD
Tu estilo también es diosh, mezclas las complejidades del contexto con un humor fino que irrumpe sin ataduras. La conversación entre los consejeros es buenísima, y más con el efecto de ir reduciendo la fuente. xDD

Lo malo, quizás, es que te has concentrado demasiado en describir el mundo en vez del argumento en sí, y tampoco hace falta que te cargues ese fardo tan gordo: todos podemos ir describiendo el mundo poco a poco. Pero has introducido civilizaciones interesantes, y los gólems son, desde luego, una raza guay.

A pesar de la ingente cantidad de información, a mí me ha gustado y el rato que he estado leyendo se me ha pasado volando. :D
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PV: 190
PM: 47
Atk: 33
Fuerza Normal Destreza: Notable Agilidad Excepcional Constitución Mala Resistencia Pésima Carisma Normal Espíritu Notable Sabiduría Normal Raciocinio Normal
Debilidades Físicas: Las enfermedades, los golpes fuertes... Es difícil alcanzarle, pero débil físicamente.

Arma u objeto: Como arma principal tiene una katana que echa chispas. También usa cuchillos, estrellas ninja...
Grupo de Rol: CPS
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